Meditación después de la siesta
Muchos te nombran y te llaman hermano
pero sospecho que te han traicionado
Dijiste: amaos los unos a los otros
y todavía está yerma tu heredad de amor.
Arrojaste del templo los torpes mercaderes
y aún profanan la paz de tus altares.
Multiplicaste los panes y los peces
y seguimos hambrientos de paz y de justicia.
Para que nadie más cayera,
con un madero a cuesta caíste una y otra vez,
burlado por las turbas que intentaste salvar;
por los fariseos que no quisiste confundir,
por la extranjera soldadesca que escarneció tu rostro,
¡… y aún retuviste aliento para perdonar!
Jamás se ha visto semejante ingenuidad.
Jamás se ha visto hombre de tanta fe, de tan impar confianza
en los designios de lo impredecible.
Será por eso que aún musitan tu nombre lo impíos
después de veinte siglos de incomprensión.
Mas yo no seré cómplice de tanta iniquidad.
No me atrevo a nombrarte, porque fuiste tan humilde,
tan parco en la palabra, tan rotundo en los actos,
pero recuerdo tu tierra ardida cuando miro mi país en llamas,
entre siniestros mercaderes que merecen tu látigo,
turbas que exigen la multiplicación de los panes,
escribas, fariseos y la extranjera soldadesca.
Sobre Juan Alberto Peña Lebrón
Juan Alberto Peña Lebrón publicó el libro de poemas “Orbita Inviolable” en 1952. Y con esos poemas se asentó definitivamente en la historia viva de la poesía dominicana, y más allá.
Y este más allá significa: la hechura limpia y sostenida, la imagen dramática que es, a final de todo, el poema y la poesía, no importa espacio y tiempo. Y algo más, en estas breves líneas, es él, con este libro, que desde el mismo título conforma una perfecta imagen que describe el estado especial en que vivía el país; encerrado en una circular, hermética, dictadura.
Juan Alberto pone a fuego, letras y pulso el tono nuevo, la urgencia expresiva, la singularidad necesaria, sin desatender la tradición que arrancaba con vedrinistas, postumitas, independientes del 40, poesía sorprendida.
Es él, Juan Alberto, en esos poemas, quien siembra la angustia, el miedo, la incertidumbre: esa forma de vivir en un dolor que no cesa a pesar de conciencia, lucha y persistencia. Todos estos elementos tejen un estado de vida tensado desde la palabra en sus sentidos íntimos y perdurables.
Acento, con la publicación de este poema, se suma al homenaje que, este martes 10 de mayo de 2022, la ciudad de Moca, le rinde a este gran hombre y poeta.