‘’El hombre nunca se enaltece tanto como cuando se arrodilla para ayudar a un niño’’ -Frase final del código 20-30

Lucía Amelia Cabral, ganadora del Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil 2021. Nos deleita con Mar y Asombro, antología 2023. Primer libro de la serie Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil, el mismo contiene 20 narraciones, una selección acertada que maravilla la narrativa poética de la literatura infantil. La prolifera escritora es abogada, animadora cultural y editora. También miembro fundadora del Círculo Dominicano de Escritores para Niños y Jóvenes.

Los cuentos son un manantial de diversión que no tienen límites. Esta antología nos invita a volar, a pasar un tiempo extenso sin cansarnos, en sus alas de magia en un mundo imaginario de posibilidades a granel. Es una obra, una creación para ser interpretada, entendida y analizada. De esta manera se apreciará el deleite real que nos brinda internarse en el universo de su poética, de su trova. La expresión y el arte literario que la definen nos convocan a un banquete sin igual. El sentido o el juego de sus vocablos es un fluir de todo lo que puebla el mundo infantil en su derecho y su revés. Los cuentos infantiles descubren en los niños/as caminos a un universo de versos y rimas florecidas, donde impera la expresión y donde logran instruirse sobre los valores y las emociones significantes que estos entrañan.

Como podemos percibir en ‘’Gabino’’:

‘’- ¿Será cierto? ¡Estás de vuelta!  -exclamó el papá corcel-. ¿Por qué, hijo mío? ¿Has tenido algún trastorno?

Gabino les contestó:

-No me imaginas, Mamá. Sí, he retornado, Papá. Me fue muy bien.

Heme aquí, regreso feliz. ¡Cuántos caminos he cruzado, incesante mi galopar, las pezuñas gastadas de trotar! Y he vuelto. Porque ¿de qué me sirve lo aprendido si no es para compartirlo con ustedes y mis amigos y conocidos?’’ (Página 45)

Este es un cuento para compartir con los hijos, un relato para toda la familia. Los padres obsequiamos bastante a nuestros hijos durante el transcurso de su niñez. Pero uno de los regalos más relevantes que podemos darles es instruirles a que estimen la lectura y específicamente los cuentos. El infante que desarrolla la costumbre de leer, de seguro que seguirá este hábito, esta inclinación y amor hasta su adultez. Lucía Amelia Cabral nos regala esta ocasión de convertir este tiempo en un extraordinario momento, leyendo este catálogo primoroso que ella inventó para que nos deleitemos a nuestras anchas por él. Los niños cuando se inducen a la lectura, aprovecharán la oportunidad a lo largo de todo su existir.

A través de los cuentos y poesías, tus hijos pueden explorar en la creación de la expresión de ideas, sentimientos y emociones de su mundo circundante. Los cuentos y poemas se revelan distintamente en cada niño que los descifra. Son estas personitas lectoras que concederán una comprensión particular a la obra. Antiguamente esto se veía ligeramente como un caudal emocional del entendimiento, hoy día es diferente. Se estima como material invaluable y benéfico para que la niñez asimile el juego con las rimas, palabras y que entiendan la importancia de expresar sentires y emociones. Indudablemente el cuento infantil es vasto camino para que los niños se acerquen a la lectura. Pero así mismo tienen otros magníficos privilegios que igualmente te convidarán a leer con tus pequeños.

El cuento es un surtidor de esparcimiento inmenso. Conseguimos transportarnos sin cansarnos en el tiempo que leemos cuentos, el aprendizaje de un vocabulario nuevo. Los cuentos son descubridores de palabras desconocidas en el caso de los niños más pequeños. ¡Qué especial la ayuda que proporcionan los versos! Tan prioritario en el crecimiento del lenguaje. Los versos permiten a los niños ejercitar su oratoria y escritura. Así mismo la enseñanza de la gramática y ortografía. Si los estimulamos a memorizar los versos activaremos de manera adecuada la memoria y la concentración. En estas historias la autora de Mar y Asombro nos presenta una lírica subjetiva de una belleza que encanta.

‘’Claro que sí, en cualquier momento. Poly puede construir una nave fantástica. El aire jamás tiene fin.

 Mientras, qué tremendo paseo. Hoy no hacía falta caminar en la arena ni tampoco en el agua nadar.’’ (Página 113)

A través de los cuentos los infantes perfeccionan la entonación y dicción, afinan el ritmo y cadencia. Por medio de estos la sensibilidad brota, son extraordinarios colaboradores para estimular la expresión corporal de los chiquitos. La poesía infantil favorece su progreso emocional y cognoscente. ¡El verso dulce! ¡El verso tierno! Se puede comenzar por poemas y relatos simples que provoquen su interés. La interpretación de un buen poema suele ser agradable, emocionante.

‘’Amistad

Mar de agua profunda

Mar de arena y espuma

te miro y te miro

y te vuelvo a mirar

detenida en tu orilla

sin cansarme jamás.

¿Cómo agradecerte, Mar,

que cuando te alejas

siempre eliges

a mis pies regresar?’’ (Página 23)

El placer de la poesía no tiene por que acabar aquí. ¿Acaso permiten los versos transformarse en un medio didáctico de utilidad? ¿Logran fortalecer las diferentes enseñanzas que los pequeños van teniendo, en el transcurso de un curso a otro? ¡Qué emocionantes son estos aprendizajes con la literatura infantil! La escritora exhibe historias con aroma a poesía, a recreo.

‘’Eran únicas sus ideas, lo que se dice extraordinarias. Y fue así que de decenas de coquitos se dedicaron a construir unos columpios estupendos. ¡Seguros, estables y ligeros! 

Y una vez listos, sin jamás desperdiciar un momento libre, en sus originales columpios las florecitas se mecían y mecían. Gozaban tanto que el alegre bullicio se oía en lejanos parques y jardines’’ (Páginas 64, 65)

Invita también a levantar el ingenio, esa chispa que genera carcajadas.

‘’¡Es que era tan lindo día, mar tan espectacular y no trajimos nuestros trajes de baño!’’ (Página 112)

‘’Todo terminó perfecto, pero lo que nunca pudo repararse fue el hecho de que a Juan desde entonces lo apodaban Juan Bobo y a Pedro, con todas sus implicaciones, lo llaman Pedro Artimaña’’ (Página 87)

Lucía Amelia Cabral nos convoca a amar la vida en el arrullo, (enamoramiento) de los pececitos en la cabeza de “Mariola”, a esparcirse, a desparramar belleza en: ‘’El triunfo de las mariposas amarillas’’, dando alegría a los mortales e iluminando más al astro Sol. Esta artista de la palabra canta con notas melodiosas a la naturaleza, hila en su prosa en un fantástico adorno con fracciones de alas y capullos.

La narrativa fina y especial encanta debido a la grandiosa aplicación del lenguaje, la florida fantasía, el estilo variado de imágenes (tropos), las historias y sus protagonistas y las múltiples metáforas; en concreto las cinestésicas que pertenecen a la educación inicial. Su creación literaria se complementa con la utilización certera y cuidada del lenguaje fónico, semántico y morfológico. Su narrativa se contextualiza en un atractivo sin igual. Sorprende como enlaza la creatividad con la lengua.

Esta inventora tiene un conjunto vasto de recursos gramaticales para conseguir crear belleza en verso, belleza en prosa, en la amplia gama que ofrece la literatura infantil. Una ballena viene presurosa a comer de sus manos, una sirena camina a sus anchas y prefiere su campo llano, el mismo Dios desaparece al obsequiar la voz que despierta al campo en las mañanas y se entreteje con ritmo, rima y palabras que sobresalen en su total sonoridad. Sus cuentos y poemas consiguen por su calidad y excelencia que puedan leerse en cualquier lugar de este mundo y ser comprendidos por todos los niños/as. Y es que en sus mágicos versos hay un gozo duradero, una dicha que traspasa, un juego que no cansa, una llamada a la felicidad. Nos convida al asombro y por añadidura a la reminiscencia de la pequeñez.

Esta obra maestra es un aporte oportuno en la revolución educativa que queremos, es un material que favorece el aprendizaje del alfabetismo. Esta joya es un insumo necesario y suerte que está a nuestra disposición. Esta compilación es una fiesta para la imaginación. Rebasa alborotada la magia. La naturaleza adorna con ambientes increíbles en los que habitan animales, nubes, flores, sirenas y niños. Tejen su abecedario, su rastro de alfabeto en un escenario de gratos garabatos.

Esta creadora de fuste, de méritos nacionales e internacionales en el ámbito de la literatura infantil, conoce a carta cabal este oficio de escritora. A ciencia cierta no sabemos hasta dónde llegarán sus alas. ¿Hasta dónde progresará su narrativa y poesía? Lo que leemos en esta antología consigue autentificar que la creación lírica, intimista de esta edición tiene la valía idónea para ser merecedora del interés de los niños/as. Al escribir estos cuentos ella pensó en esa niña que fue. Animó su inventiva, su delicadeza sublime y benefactora. Ella intuye que los pequeños poseen la capacidad de conmoverse. El entusiasmo los rige, siempre que alguna cosa les atrae.

Por esta causa en el verso y la prosa tiene que bailar la diversión con la melodía, el juego con el ritmo, la ternura con el encanto y el colorido lo cubre todo. Flores sobre el pasto llovido. Paseos empapados del sollozo de una nubecilla. En esta etapa de la primera infancia en la cual la Ciguapa-Sirena gira en una metáfora sin igual, esta protagonista se asombra del oleaje del Mar y Alhelí perfuma con todo su ímpetu. En las vivencias de Lucía Amelia Cabral ya estaban aves cantoras, hermosos vocablos surcando los cielos. La poética que adorna la infancia está implícita en lo natural, en esa capacidad sencilla al mirar el pequeño mundo en su Génesis y de ir razonando y digerirlo de a poco en una práctica figurada de la vida. Este insistir en la remembranza y la melancolía en el cuento ‘’Gabino’’, ese caballito que va al hogar y luego se cuestiona pensando en las interrogantes y vicisitudes que enfrenta y como el hijo pródigo regresa; es una alegoría de las situaciones difíciles que encaramos en la cotidianidad, esa disyuntiva o ese misterio que no precisamos. ¿Qué será lo que ocurrirá en el cruce de una calle o en un rincón apartado de todos los caminos por los que pasamos? Podemos decir que su fraseología es un sumario de saudade, de alegría nueva, de sus ideas que se van erigiendo con los fundamentos frescos de la lengua, de esa poesía que respira flamante como una llovizna oportuna.

Al leer este texto resucita la aventura del niño que llevamos dentro. ¡Ay! Y es que después de leer estas historietas nos sentimos tan aquietados, tan relajados, flotamos felices en esa nube en que nos suspende. ¡Huy! Se siente como cuando se regresa al hogar luego de estar en un viaje prolongado. ¡Hey! Y es esa sensación sutil de sentirse estupendamente, la que nos invade. Surge ese niño que salta, que se columpia, que aún cierra los ojos y se descubre con la más alta emoción que sigue ahí. ¡Vaya alegría! ¡Estos cuentos son súper recomendables! Tanto para los chiquitos, pero también para los adultos. Tendrán con ellos una amena lectura.

Podemos volver a la niñez, a esa primera infancia, ese espacio fructífero. Si estamos estresados, saturados con los compromisos de trabajo, con las ocupaciones profesionales, si la carga estresante nos invade, estas lecturas nos hacen interconectarnos con nuestra candidez primigenia, con esta intensidad y agilidad armoniosa.

Es terapéutico leer literatura infantil. ¡Lean! Como cuando veían que este futuro actual se les hacía muy distante y solo el hoy que vivían era lo que les interesaba. ¡Atrévanse! Cuando lean en las noches se sentirán tan relajados. ¡Soñarán! Tendrán sueños bonitos. Cuando despierten lo harán impregnados de nuevos bríos, el ánimo los regirá. Su percepción de esta vida estará enfilada por la aventura con lo lúdico en donde el cuento y la poesía ríen. Emanará esa chispa de gozo desde lo profundo del corazón.

El aspecto que tiene la felicidad se logra cuando vuelves a mirarte como un niño, un niño que verdaderamente le fascina y le importa el afecto que produce la amistad, lo que entraña el amor sincero. Ese perenne sendero de un ser que se explora también y que está en la esencia factible. Una ola que va y viene rauda o apacible, un amigo para correr en el campo, una caminata con el viento acariciando el sombrero. Lucía Amelia Cabral consigue restituir la lozanía de ese pasado que nos sustentaba, de lo que somos ahora: Niños que conectan entre el antes y el después, niños que corren entre sonrisas llenos de regocijo y abiertos a la belleza de la vida. El poema se presagia escondido en el relato. La poesía está en la casualidad de mirar lo que concede el día a través de la mirada de unas flores juguetonas. Es esto lo que propicia la invención prosística de la autora. Alojar en nuestro pensamiento un suceso repentino. La decisión de un asunto que anteriormente se entendía irrealizable. Esta creadora retira al ser de la penumbra y lo sitúa en la escenografía radiante antagónica inventando la estructura poética correcta.

La literatura infantil anima en los mayores estos vínculos sensitivos que sacuden la memoria, una memoria ligada con experiencias líricas, vividas y sentidas. Esas experiencias poéticas se ocultan como destellos refulgentes en los espíritus (almas silenciosas) que en los adultos reposan en recovecos. Nunca giran a ver cuando las vidas son muy convulsas. En los cuentos de Lucía encontramos tantas vivencias poéticas como es el caso de los lagartos que tenían que sobrevivir sin importar como fuera.

Un razonamiento poético cuando se lleva en la praxis definitivamente tiene un efecto memorable para uno mismo. Esta acción nos transporta a un circuito por encima de la marcha de nuestro propio discernimiento. El cuento de: ‘’Quico, Ana y el inesperado acontecimiento’’ plantea a los leyentes la toma de decisiones rápidas. Estas narraciones en las que encontramos riquezas ocultas, instrucciones que conseguimos transferir a nuestro diario vivir. De esta manera el texto realiza su misión de contribuir a los que lo leen a descubrir inquietudes, cuestiones intrínsecas y miedos, por medio de sus protagonistas y solucionarlas de formas que la literata torna factible.

Estos cuentos nos invitan a ejecutar actividades poéticas que nos aparten del confort. Salir y probar el planeta, abrirse a todas las posibilidades. Un punto distinto es que ella destaca a los animales y aunque también hay personajes humanos, son los animales los que cautivan el interés.

En este libro los niños y animales realizan sus sueños. Los protagonistas de los cuentos son: Coralina, La sirena del monte, Virtuoso, Gallito Kikiriki, Caracolita, Gabino, Mariola, Mariposas Amarillas, Carmelo, El Doctor Helecho, Florecita Rosada, Quico, Ana, Poly, Juan Bobo, y Pedro Artimaña, El paisaje, Nubes, El Pan, Juanfe, Baldemira, El gajito de mandarina, entre otros.

Los personajes secundarios: Abuela Ostra, Don Caracol, Caballito de Mar, Tortuga, Señorita Alga, Tiburón Martillo, Grillo, Loro, Cangrejo Bermejo, entre otros.

Tiene ilustraciones hermosas con un excepcional sentido artístico de Adela Dore, para el agrado de los más chiquitos. Pablo Picasso dijo: ‘’Cada niño es un artista. El problema es cómo seguir siendo artista una vez que se crece’’, Para esta bella escritora eso no fue una dificultad porque es capaz de seguir creando, iluminando la infancia con su arte. ¡Enhorabuena Mar y Asombro! Tejo lianas de Sol a tus letras frente al azul, de cara al verde que se desprende de tus musas. Trenzo lianas de Luna a tu Mar, a tu Asombro. Hilo un círculo de esperanza donde cabe el mundo chiquito que se desprende de tu capullo de vocablos en flor. Trenzo, hilo, tejo y me asombro y río. Lucía Amelia pequeña, Lucía Amelia grande ¡Juego contigo!