"Mami, operación elefante", de Luis Martín Gómez.

La naturaleza, dentro de la literatura, ha sido por siempre, una fuente de base creativa y de poeticidad. No es nada más "Caperucita Roja" ( ), perdida en el bosque…Hay también en estas tierras del Caribe inhóspito y dependiente, una mirada esquiva hacia la naturaleza, desde su defensa, su amor y acechanza contra sus enemigos dentro y fuera del discurso estatal.

En esta ocasión, una vez más, es desde la literatura para niños que nos ponemos frente a una narrativa que, a pesar de la expresión extensa de su decir o de su contar, mantiene el ritmo duscursivo de quién narra, para mantener a sus lectores alertas, ante el sonido de las hojas o la figura de algún animal que nos es familiar, como ocurre en esta ocasion, con "Mami, operación elefante", de Luis Martín Gómez (Editora Amigo del hogar, Santo Domingo República Dominicana, 2014. Con ilustraciones de Elías Roedán. Editorial "Mar de tinta"). 

Como sujeto lector activo o alerta, supe de "Mami", seguí su historia filial en el zoológico y, por eso, al ser llevada a la realidad fuccional, asumo y reconozco el dolor de mi recuerdo, al saber de su deceso o de su muerte, convertida en libertad, fuera del encierro obligatorio de sus grandes orejas, sus ojos de ciruelas y su larga trompa.

He aquí el discurso del entorno familiar y la expresión lúdica de la memoria, en una obra estructurada en trece (XIII) capítulos, organizados en el proyectar la acción lúdica de una niñez juguetona y filial, persiguiendo a "Mamí", por encima de su muerte.

No es aconsejable mantener una narración de hechos, con párrafos tan extensos, porque, como se trata de niños o de lectores adolescente, les puede provocar alejamiento o cansancio frente al texto. Hay que adaptar el narrar a la edad y al desarrollo psicoafectivo de los posibles lectores. Eso en literatura para niños es fundamental.

En este caso las ilustraciones y el universo cromático de las imágenes que complementan al texto, contribuyen a mantener el proceso de atención y de continuidad de los lectores.

En este sujeto autor, Luis Martín Gómez, hay dominio de la   secuencia imaginaria, lo que le es más fácil sostener, por su condición de comunicador y su posible experiencia de reportero, en busca de la realidad los hechos o del acontecer periodístico, y eso también cuenta, al momento de exponer o de reinventar los hechos reales o ficcionales.

Dentro de la literatura infantil Dominicana, "Mami" no es una obra más, sino un reforzamiento más de nuestro necesario quehacer creativo para niños, en procura de la construcción de una nueva ciudadanía democrática, con derechos y con deberes de ciudadanos pensantes. Y eso se edifica desde la niñez, en, y, fuera del hogar o del núcleo familiar.

Texto w ilustración mantienen una armonía estética, lo cual es extraño en la edición de libros para niños en este país. Si algo debo observar, es la distribución de los textos, los que, por su extendion, en ocasión, aparecen como aglomerados y eso hay que evitarlo, por la secuencia visual y por sostenimiento del lector, ante el texto.

Leer a "Mami" nos expresa la manifestación de un quehacer literario para niños vigente y sostenido en nuestro paism, a pesar del pírtuco apoyo estatal, ante la creatividad y el desarrollo creativo infantil y de textos para niños, en nuestra sociedad.

Hagamos de estos textos la excusa más patriótica, para que, desde el Ministerio de educación de la República Dominicana, comencemos a adiestrar a los padres de familia a dominar la lectura de cuentos y poemas, y a dominar títeres,   ante sus hijos y sus nietos.

Lo mismo con los maestros y las maestras, para adiestrarlos y adiestrarlas, a nivel metodológico, trabajar bb enseñarles a NO DAR CLASES, sino a compartir saberes, con niños y niñas, por un mejor país.