Sin querer, pero queriendo, me he dado a la tarea de sacar del sombrero unos nombres de poetas y narradores, creadores que, tal vez, los conocen bien nada más en su espacio vivencial, en este caso, "Villa Mella"
¡¡¡Y qué bien!!! Eso me regocija, porque rompo con el falso cliché de repetir los nombres del falso y amañado "canon de la literatura dominicana moderna", tirado por dos o tres "santones" que son los "imponen" su tribu, su "casta" perversa y canalla, asumiendo el de su clan de alimañas, turbios rituales y cofradías.
Hasta en el ambiente literario nacional, hay corruptos y viciosos, santiguando premios nacionales que no aguantan una revisión crítica de su discurso creativo. Y, como "yo no estoy en un concurso de belleza, te lo digo claro, amigo lector, bien lo defiende un calumniado, llamado Diógenes Céspedes, hay que repensar el estudio de nuestra producción literaria.
Céspedes tiene razón, hay que revisar los pensas de nuestras academias, iniciando por la escuela de educación primaria, en la República Dominicana.
Debemos darnos nuevas miradas críticas, fuera de apego a tal o cuál religión o lejos de la perversidad de los partidos políticos nacionales.
Y nombres como estos no suenan, ni son de "alto relieve". Váyanse donde Lucifer, por no decirles como dicen en mi barrio bachatero, en Neiba, al diablo con su trulla.
Ya hoy tenemos la prensa en el baño y todos ya somos editores, gracias a la tecnología.
Yo siempre aprovecho cualquier brecha para desahogarme y hablar sobre temas que me interesa dar a conocer, para que no se queden en el olvido.
El real tema de hoy, no está desvinculado de esa bellaca introducción, porque dar a conocer el título de esta novela ……y arriesgarse a fijar el nombre de su autor, hay que estar claros de nuestra misión como gestor cultural y como militante y defensor del humanismo transformador, basado en los ideales de Eugenio María de Hostos, don Pedro Henríquez Ureña y de Juan Bosch.
Trece (13) capítulos integran el cuerpo narrativo y argumental de esta novela, titulada "Lupita", editorial "Santuario", Santo Domingo, República Dominicana, 1918, de la autoría del economista, poeta y narrador, Eudys Moreta (Palo Alto, Barahona. Año de nacimiento (¿?).
Y lo grande es que la narración de inicia en la página del libro, con el capítulo titulado "El surgimiento de un fulgor".
Leyendo la novela, me encontré con un personaje de nuestra flora nacional, se trata del inolvidable investigador, don Eugenio de Jesús Marcano, un científico que campea las ciencias ambientales con el descubrimiento de la "Pereskia Marcanoi", o "Flor de Banica" (1958).
Es que "Lupita" ("Lupita Sánchez") está centrada en nuestro medio ambiente, de ahí la nostalgia de un personaje central (Orolino Vargas), quien se dedplaza, desde la ficcionalidad del sujeto-autor, detrás de las huellas de la irrenunciable y melancólica, "Lupita".
Se trata de un decir o un narra hechos de manera muy directa. Creo que el poeta debe aparecer como narrador que pudiese describir el contexto en cada caso, con las imágenes y las metáforas pertinentes, sin abusar del ambiente o del marco contextual de la novela.
Hay algo aquí que yo no.puedo ocultar: el amargue, la ira, el desprecio a…y una necesidad urge te del desahogo. Es como una narración para ser estudiada por un psicólogo-clínico, más allá de lo artístico, por su entramado espiritual y de angustias.
Aborda una temática poco trabajada en ma narrativa nacional. Y ese es un valor que debemos resaltar en este trabajo.
Aunque, seca y directa, nos induce a mirar nuestro entorno natural , y dejar ver y sentir más la presencia y el discurso poético, en toda la narración.