¿Qué significó para el municipio de Piedra Blanca, provincia Monseñor Nouel,   la pasada rendición de cuentas del presidente Luis Rodolfo Abinader Corona? De hecho, esta demarcación podría bien representar uno de los múltiples memoriales donde la patología palaciega de los textos narrativos propaga sus hazañas recurriendo a las abstracciones de todo un país inventado, pero al margen, paradójicamente, de las jurisdicciones comunitarias. 

En ese sentido, nunca debemos privilegiar la intencionalidad de una narrativa cuyo apaño consiste en extrapolar a la geografía absoluta de la nación las posibles indulgencias propias de un núcleo específico, social o territorial, del país. Existen, indudablemente, varias y legítimas lecturas de mayor validez respecto a las relaciones y condiciones pragmáticas de la vida comunitaria que, la más de las  veces, distan mucho de la narrativa oficial, grandilocuente y vocinglera del progreso íntegro de la República. Tal es el caso, por ejemplo, de una familia de cañeros del municipio de Piedra Blanca, Alejandro Martínez Cruz y Cándido Flores García, quienes por 36 años ofrendaron sus pellejos al sol candente de los cañaverales. Ciudadanos que aún andan al trote arrastrando sus penas en búsqueda de una pensioncita miñinguita que ni siquiera le alcanzaría para despedir su último aliento.

El discurso del presidente Luis Abinader no alcanzó para mitigar el sueño de una pensión para los munícipes cañeros Alejandro Martínez Cruz, a la izquierda, y Cándido Flores García, a la derecha.

En la susodicha rendición de cuentas del Presidente Luis Abinader Corona, igualmente se quedó subrepticiamente embrollada la problemática escolar de un paraje adyacente, La Cumbre, donde el año pasado, no bien empezarían las clases, la administración del exministro de Educación, Dr. Roberto Fulcar, derrumbó la escuela María Teresa Hernández, todavía habitable, con el pretexto de construir otra supuestamente mejor, pero que todavía sigue pendiente. Los niños fueron apiñados en una casa particular, mientras otros fueron dispersados a diferentes comunidades, perjudicando su regular asistencia por falta de dinero o transporte. ¿Qué garantía educacional, social y de aprendizaje le proporcionó el Estado a los chicuelos del susodicho paraje?

En La Cumbre, de pie, sólo quedó la entrada de la escuela María Teresa Hernández.

Por otra parte, el loable experimento de una justicia independiente y  lucha contra la corrupción, justo y necesario propósito del presidente Luis Abinader para beneficio de todo el país,  bien podríamos sentirla con un tanto de recelo en la medida que no se persiguen los casos de corrupción que tienen un impacto mucho más cercano e inmediato en el mismo corazón de las comunidades. En tal sentido, en mi artículo Piedra Blanca, de la estafa del siglo y otros objetos (acento.com.do, 30-01-2022), expresé mis preocupaciones por las violaciones de las Leyes No. 507-05 y No. 91-05 en cuanto a la distribución proporcional de los beneficios que pertenecen a dicho municipio como resultado de las actividades mineras en las provincias Monseñor Nouel y Sánchez Ramírez. A decir verdad, en los trabajos de investigación social realizados por quien subscribe, Luis Ernesto Mejía y Germán Cabreja,  rebelamos que el Consejo para el Desarrollo de la Provincia Monseñor Nouel (léase Consejo de Desarrollo de Bonao) de entonces, manejó la suma de mil 300 millones de pesos (1, 300,000) desde su formación en el 2006 hasta el cese de sus funciones. De ese monto, correspondían a los municipios de Piedra Blanca y Maimón más de seiscientos millones de pesos (600,000,000). Pero resulta que desde el municipio de Bonao, común cabecera, y la capital de la República, respondiendo a la lógica de la centralización del Estado, manejaron los fondos mineros manipulando su distribución en detrimento del desarrollo de las demás municipalidades.

En ese contexto, ¿acaso al presidente Abinader lo dejaron solo en su lucha experimental contra la corrupción y la implementación de una justicia independiente? ¿Qué ha pasado con las autoridades provinciales de Monseñor Nouel, legisladores, fiscales, además del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo,  que no han llevado el susodicho caso al pleno de la justicia para que se rinda cuenta de los desmadres cometidos? ¿O es que el miedo o la posible magnitud de las complicidades todavía participan, igualmente, como guardianes de la corrupción, la impunidad y el irrespeto a la Constitución y a las leyes? 

En todo caso, con relación a la problemática de los recursos mineros de la provincia Monseñor Nouel, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), en sus dos primeros años de gobierno, todavía no acaba de asumir una postura a la altura de las circunstancias, colocando, en consecuencia, dicho partido en una situación de riesgo en la mencionada provincia. ¿Qué dirá la población, ¿Más de lo mismo? Sin embargo, asimismo justo es de reconocer que un régimen presidencialista conlleva, rígidamente, a un adocenamiento mental de tal magnitud que obliga a ciudadanos y autoridades a depender de la voluntad expresa e inexorable del presidente de la república. En este caso, el Lic. Luis Rodolfo Abinader Corona.

 

Luis Ernesto Mejía en Acento.com.do