Día Internacional de los afrodescendientes
El pasado jueves 31 de agosto, se celebró el Día Internacional de los afrodescendientes, en homenaje a las contribuciones de la diáspora africana alrededor del mundo. Esta fecha fue establecida por la Organización de las Naciones Unidas, en el año 2021 con el objetivo de sensibilizar a la población acerca de la necesidad de eliminar las formas de discriminación contra los afrodescendientes en el mundo.
La creación fue presentada por Costa Rica, copatrocinada por 52 países miembros para su aprobación en Asamblea General de las Naciones Unidas, motivada por la celebración del Decenio Internacional de los Afrodescendientes, proclamado en el año 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. La declaración se generó en el marco del centésimo aniversario de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Negros del Mundo, mediante la cual se reconoció el 31 de agosto como día para celebrar las contribuciones de los afrodescendientes y las diásporas alrededor del mundo. Con ello se quiere reafirmar la libertad e igualdad de derechos, reconociendo su potencial de contribución al desarrollo y bienestar de la sociedad.
Esta proclamación se centra en la protección de los derechos de las personas de ascendencia africana, así como en el reconocimiento de sus aportaciones y la preservación de su patrimonio cultural. Ya que muy a pesar de que se han alcanzado algunos progresos en los ámbitos legislativo, normativo e institucional en los países, se siguen manifestando diversas formas de discriminación racial, violación de derechos, marginación y exclusión, evidenciado en desigualdades estructurales en materia de derechos humanos, faltas de políticas públicas y la violación de acuerdos y convenios internacionales, como es el caso de la Republica Dominicana, y todo lo que viene ocurriendo con la población negra.
Siempre nos ha llamado la atención, que siendo nosotros los dominicanos el primer pueblo afrodescendiente de América, fruto de los procesos históricos que todos conocemos en el país, todas estas fechas pasan sin penas ni glorias. No ha habido una agenda institucional que cumpla esa deuda acumulada con el ser afro que somos y del que también se ha forjado la dominicanidad. Reiteradas veces hemos escrito sobre el tema, los que siempre generan ideas y situaciones adversas, por parte de sectores y personalidades que todos conocemos por su agenda anti negra y anti todo.
Racismo, machismo y el no reconocimiento por la iglesia de monjas católicas negras
Quienes me conocen y los que me leen, saben que una de las líneas de investigación que llevo a cabo, es sobre la visibilización de las mujeres negras, sus aportes, papel jugado y puesta en valor en América y el Caribe. Es por esta razón que hace unos años vengo trabajando desde diferentes plataformas y proyectos esta temática.
Los historiadores establecen que las mujeres negras se iniciaron en las ordenes de la iglesia católica, siendo admitidas solo como sirvientas de las monjas blancas y cocineras de los sacerdotes.
La expresión «el otro del otro» se toma prestada del feminismo negro, un movimiento que resalta la invisibilidad de las mujeres negras y que afirma que la mujer negra es el otro del otro. Esta declaración es una relectura del concepto clásico de Simone de Beauvoir (2009) la mujer como el otro, mero objeto que no tiene la reciprocidad de la mirada del hombre, hecha por Grada Kilomba (2012) en la perspectiva de que la mujer negra es el otro del otro, es decir, que se halla en una posición de difícil reciprocidad.
Para hablar del tema, es importante resaltar el trabajo de investigación que ha desarrollado la norteamericana Shannen Dee Williams, profesora de historia e investigadora en la Universidad de Dayton, que creció negra y católica en Memphis y se interesó por buscar más sobre la vida de estas mujeres negras, que como las blancas también habían entregado sus vidas al Señor, pero por su condición de ser negras, fueron sometidas a toda la clase de discriminación por los hombres de la iglesia y congregaciones de monjas blancas, que nunca la aceptaron.
La maestra Williams después de 14 años de tenaz investigación, sobre las monjas negras en América, en especial Estados Unidos, ha aportado mucha información y ha visibilizado desde la academia los aportes de estas mujeres negras a la iglesia. Williams descubrió que muchas monjas negras fueron modestas acerca de sus logros en la iglesia, no daban a conocer sus malas experiencias, como el racismo, discriminación y hasta violencia ejercidas contra ellas por la misma iglesia. Así lo establece en su obra: Su obra “Hábitos subversivos”, que recoge la vida de mujeres religiosas negras desde la década de 1870 hasta la década de 1950, cuando las monjas negras no se libraron de la segregación y discriminación que sufrían muchos otros afroamericanos.
Algunas reconocieron eventos desgarradores vividos por monjas negras en los conventos, pero que nunca salieron a la luz, solo después de que Williams los confrontó con detalles obtenidos de otras fuentes en su investigación. La educadora manifiesta en entrevista sobre el tema: “Para mí, se trataba de reconocer las formas en que el trauma silencia a las personas de formas de las que ni siquiera son conscientes”.
En la década de 1870 hasta la década de 1950, ni las monjas negras se libraron de la segregación y discriminación que sufrían muchos otros afroamericanos en el mundo, ellas lo sufrieron desde el encierro, los conventos, la oración, la vida contemplativa y el silencio. En los años de 1960, escribe Williams, las monjas negras a menudo eran desalentadas o bloqueadas por sus superiores blancas para que no participaran en la lucha por los derechos civiles. Sin embargo, una de ellas, la Hermana Mary Antona Ebo, estuvo en la primera línea de los manifestantes que se reunieron en Selma, Alabama, en 1965 en apoyo del derecho al voto de los negros y en protesta por la violencia del Domingo Sangriento cuando policías estatales blancos dispersaron brutalmente a manifestantes negros pacíficos.
Aunque la iglesia católica, siempre se ha declarado antirracistas; por el contrario, muchas veces silenciaban y reproducían el racismo en su organización (Almeida, 2019). Las congregaciones religiosas femeninas, en la primera mitad del siglo xx, solo recibían a jóvenes negras si eran objeto de ayudas caritativas, empleadas de los conventos o preferentemente hermanas oblatas (también llamadas hermanas conversas o legas), una especie de segunda clase; en la primera clase, estaban las hermanas de coro.
Las mujeres que querían seguir la vida religiosa, pero no eran consideradas, «capaces de ejercer todos los oficios», ósea las negras, dentro de una congregación, por presentar alguna deficiencia física, dificultad intelectual o impedimento de cualquier otra índole, como era considerada la cuestión del color, en el caso de las mujeres negras. Por esta razón, solo les estaba permitido «ayudar en el trabajo más duro» (Villac, 1953).
Conferencia de Hermanas Negras, como articulación y espacio de resistencia
En 1968 un grupo de monjas católicas formaron la Conferencia Nacional de Hermanas Negras con sus siglas en inglés: NBSC. La religiosa afroamericana Patricia Grey, fue una de las monjas clave en ese movimiento, ella formaba parte de las Hermanas de la Misericordia y fue fundadora de la NBSC antes de abandonar la vida religiosa en 1974. En la década de 1960, escribe Williams, las monjas negras a menudo eran desalentadas o bloqueadas por sus superiores blancas para que no participaran en la lucha por los derechos civiles. Sin embargo, una de ellas, la Hermana Mary Antona Ebo, estuvo en la primera línea de los manifestantes que se reunieron en Selma, Alabama, en 1965 en apoyo del derecho al voto de los negros y en protesta por la violencia del Domingo Sangriento cuando policías estatales blancos dispersaron brutalmente a manifestantes negros pacíficos. Estas religiosas por su compromiso social y antirracista se unían a esas manifestaciones de forma oculta, discreta y sin el consentimiento de las autoridades eclesiales. Esto ocurría sobre todo con las monjas que formaban parte de la Conferencia de Hermanas Negras,
La hermana Ebo, enfrentó muchas luchas para derribar las barreras raciales. A esta religiosa las monjas blancas les negaron la admisión a las escuelas católicas para hacer sus estudios de secundaria y luego de enfermería debido a su color negro, ella soportó políticas de segregación en la orden de las hermanas que era dirigida por mujeres blancas, a la que se unió en St. Louis en 1946, según Williams. Pero su resistencia desde el convento hizo que poco a poco otras negras se unieran a la iglesia y formaron un equipo que fue derribando esas barreras de crecimiento para ellas, hasta lograr poco a poco ver la conquista de sus derechos.
De las religiosas afroamericanas lideresas que rompieron el corozo y se enfrentaron a los hombres y mujeres blancos de la iglesia católica, por su reconocimiento y la lucha de sus derechos, se destacan: Las Hermanas de la Sagrada Familia, formada en Nueva Orleans en 1842 porque las hermandades blancas en Luisiana, incluida la orden de las Ursulinas, esclavista, se negaron a aceptar afroamericanas, fundada por Henriette Delille; la fundadora de las Hermanas Oblatas de la Providencia, la afrocubana Mary Lange, pionera en educar los negros desde escuelas católicas; Thea Bowman, educadora, evangelista y cantante; Cora Marie Billings, primera negra admitida por las Hermanas de la Misericordia en Filadelfia, luego fue la primera monja negra en enseñar en una escuela secundaria católica en Filadelfia y fue cofundadora de la Conferencia Nacional de Hermanas Negras. En 1990, Billings se convirtió en la primera mujer negra en los EE. UU. en administrar una parroquia, en la Iglesia Católica St. Elizabeth en Richmond, Virginia.
Durante años, los estudiosos del pasado católico negro se han negado a declarar la marginación y el borrado absoluto, sobre la historia de las monjas católicas negras. Williams establece, que fue en la era anterior a la Guerra Civil, cuando algunas, incluso en los estados esclavistas, encontraron su camino hacia la hermandad católica. Algunas ingresaron en órdenes que anteriormente eran solo para blancos, a menudo en roles de servicio, mientras que algunas mujeres pioneras fundaron las primeras órdenes religiosas en Latinoamérica para monjas negras en las ciudades de Baltimore y Nueva Orleans en Estados Unidos. Una de esas órdenes religiosas, es la de las Oblatas de la Providencia.
Madre María Elizabeth Lang
En julio de este año en el viaje a Santiago de Cuba, compartiendo con mujeres académicas de comunidades descendientes de haitianos, conocí un poco de la historia una mujer que ha trascendido, pero no ha sido visibilizada. Es una negra cubana nacida es Santiago de Cuba, de padres haitianos, que luego de salir de Haití hacia la Republica Dominicana, donde vivieron, decidieron irse a Cuba, específicamente a la ciudad de Santiago. Conocer esta historia, me motivó a seguir investigando sobre esta mujer, con la finalidad de integrarla a un trabajo que llevo desarrollando hacen varios años, que en algún momento publicaré.
María o Mary, nació en el año 1784 en una comunidad haitiana de la ciudad de Santiago de Cuba, en el seno de una familia que trató de brindarle una buena educación. Los Lange como familia de historia negra, no se detuvieron en busca de su porvenir, por eso luego se fueron de Cuba a vivir a la ciudad de Baltimore en Estados Unidos, sobre todo huyendo de la inestabilidad cubana de esos años, allí se unieron a una amplia comunidad de afroamericanos libres, salidos de Santo Domingo y de otras ciudades, aunque había aún muchos más que continuaban siendo esclavos.
Mary Elizabeth fue una revolucionaria que pronto se dio cuenta de que aquellos hombres y mujeres libres a duras penas podían dar una buena educación a sus hijos puesto que no existían escuelas públicas para niños de color. Ella sí había obtenido una buena formación que podía poner al servicio de la comunidad y no se lo pensó dos veces. En su propia casa, Mary Elizabeth abrió una escuela que sería el inicio de un largo proyecto vital. Durante diez años, ayudada por su amiga Marie Magdaleine Balas, invirtió su tiempo y dinero en formar a todos los niños y niñas que quisieron acercase a su casa convertida en escuela. Pero transcurridos los años, tuvo que rendirse a la evidencia de que el dinero se agotaba y no recibía demasiadas ayudas.
Hermanas Oblatas de la Providencia
En la América esclavista, una mujer venida de Cuba ayudó a los niños negros a formarse y creó una red de ayuda a la comunidad negra de Baltimore.
Su altruismo en la ciudad había sido conocido por muchos y fue entonces cuando el reverendo James Héctor Joubert, que conocía la devoción cristiana de Mary Elizabeth y su espíritu de vocación, le propuso continuar con su proyecto a través de la fundación de una congregación religiosa de mujeres negras. Ella no lo pensó y comenzó a ubicar las jóvenes negras que le interesaba formar parte.
El 2 de julio del año 1826 funda en Baltimore la congregación de hermanas Oblatas de la Providencia, junto a otras tres mujeres negras, hicieron sus votos ante el arzobispo de Baltimore. Su integración como religiosa se realizó aun con la oposición de autoridades de eclesiales de la ciudad.
Esta afrocubana hizo historia con el nacimiento de la orden de las Hermanas Oblatas de la Providencia, y la nueva hermana Mary Lange se convertía en la Primera Superiora General de la Primera Congregación de Mujeres Negras Afroamericana en los Estados Unidos.
Las hermanas se definen así: “Las Hermanas Oblatas de la Providencia somos una sociedad religiosa de vírgenes y viudas de color. Su fin es consagrarse a Dios de una manera especial no solo para santificarse y así asegurar la mayor gloria de Dios, sino también para trabajar por la educación cristiana de los niños de color”.
Una vida de resistencia y altruismo con las comunidades negras
Mary Lange fundó la Academia Saint Frances en el año 1828, una escuela mixta católica para hombres y mujeres negros, priorizando "los pobres y los abandonados". Su Institución religiosa en la actualidad permanece intacta y expandidas por otros países. Con su misión fundamental de educar a las poblaciones negras y pobres en el mundo. Así como el centro educativo fundado por ella, desde donde han egresados miles de hombres y mujeres negros de nacionalidades distintas, que se han destacados en diferentes campos del saber.
La madre María durante su vida creó un orfanato para niños negros, una casa de apoyo a las viudas negras, fundó una escuela de educación de adultos recientemente liberados, alfabetizando cientos de miles de negros y negras que habían salido de la esclavitud.
Durante momentos de crisis como la dura epidemia de cólera de 1832, las hermanas oblatas no dudaron en acoger a los afectados y ejercer de enfermeras, intentando curarlos o dando consuelo espiritual a los enfermos terminales. La hermana Mary sobrevivió a la guerra civil de la década de 1860 junto a sus hermanas de la congregación, sin dar nunca de lado a los enfermos ni heridos. Terminado el conflicto, el número de huérfanos creció, pero encontraron en el convento de las Hermanas Oblatas un nuevo hogar.
Mary Lange tuvo una vida longeva, vivió hasta los noventa y ocho años y no dejó nunca, hasta que las fuerzas se agotaron, de ayudar a los demás y servir a Dios con sus oraciones.
Tras su fallecimiento, la Congregación de las Hermanas Oblatas continuó con su labor educativa y asistencial hasta la actualidad. Una labor que se resume en esta frase de la hermana Mary Lange: “Nuestro único deseo es hacer la voluntad de Dios”.
La congregación permanece activa en Maryland, Florida, Nueva York y Costa Rica. Falleció el 3 de febrero del año 1882, a los 93 años.
En 1991, el cardenal William Keeler, entonces arzobispo de Baltimore, con la aprobación de Roma, abrió oficialmente una investigación formal sobre su vida de unión con Dios y obras de caridad que podrían conducir a su canonización como santa en la Iglesia católica.
Un comunicado del arquidiócesis de San Antonio de Estados Unidos, establece:
“Mary Lange, fundadora de la primera congregación religiosa afroamericana, declarada venerable. El Papa Francisco ha promovido la causa de la santidad de la Madre María Isabel Lange, una religiosa negra que fundó la primera congregación religiosa afroamericana del país en Baltimore en 1829. El reconocimiento de la virtud heroica de Lange y el avance de su causa de sierva de Dios a venerable fue anunciado por el Vaticano en un decreto firmado el 22 de junio. La Iglesia ahora deberá aprobar un milagro atribuido a su intercesión antes de que pueda ser beatificada. Lange murió el 3 de febrero de 1882, a la edad de 92 o 93 años, y su causa de beatificación fue abierta más de un siglo después, en 1991, por el cardenal de Baltimore William Keeler. Hoy, las Hermanas Oblatas de la Providencia tienen aproximadamente 80 miembros sirviendo en tres ciudades de Estados Unidos y dos ciudades de Costa Rica. Según la actual superiora general, la hermana Rita Michelle Proctor, la congregación continúa respondiendo a las necesidades de la época como lo hizo la Madre Mary Lange, “confiando en la providencia, amando a todos y viendo a Cristo en cada persona”. El Papa Francisco también avanzó el 22 de junio. El decreto, fue emitido por el Vaticano en el Dicasterio para las Causas de los Santos”.
Cuba y el Caribe están próximo a tener una mujer negra santa de padres haitianos
Oración Por La Beatificación de la Venerable María Lange
Oh Dios Todopoderoso y Eterno, Tú concediste a la Venerable Mary Lange una confianza extraordinaria en Tu providencia. La dotaste de humildad, coraje, santidad y un extraordinario sentido de servicio a los pobres y enfermos.
Le permitiste fundar las Hermanas Oblatas de la Providencia y brindar ministerio espiritual especialmente a la comunidad afroamericana.
El amor de la Venerable Lange por todos le permitió ver a Cristo en cada persona, y el dolor del prejuicio y el odio racial nunca nublaron esa visión.
Dígnate elevarla a los más altos honores del altar para que, por su intercesión, más almas lleguen a una comprensión más profunda y a un amor más ferviente hacia Ti.
Padre celestial, glorifica tu corazón concediéndote también este favor (menciona aquí tu petición) que te pedimos por intercesión de tu fiel sierva, la Venerable Mary Lange.
Amén
Referencias:
https://es.aleteia.org/2021/07/20/mary-elizabeth-lange-fundo-el-primer-convento-femenino-afroamericano/. Consultado el miércoles 30 de agosto del año 2023.
https://archsa.org/es/blog/mother-mary-lange-founder-of-first-african-american-religious-congregation-declared-venerable/ Consultado el jueves 31 de agosto del año 2023.
https://blackandindianmission.org/servant-god-mother-mary-lange-osp. Consultado el jueves 31 de agosto del año 2023.
https://www.cubanet.org/actualidad/mary-monja-de-origen-cubano-podria-ser-declarada-santa/ Consultado el viernes 1 de septiembre del año 2023.
https://www.motherlange.org/mother-lange. Consultado el viernes 1 de septiembre del año 2023.
https://sfacademy.org/mother-mary-lange-elizabeth-clarissa-lange/. Consultado el viernes 1 de septiembre del año 2023.
Magdala Marie Gilbert. An Hour With Mother Mary Lange. Liguori (febrero 2020).