Horacio Quiroga fue un cuentista uruguayo, es conocido por su destacada narrativa y sobre todo por los símbolos de la muerte en sus cuentos.

El cuento A la deriva inicia con Paulino que es mordido por una yararacusú (serpiente venenosa), tras esparcirse el veneno piensa que la única forma de salvar su vida es irse remando en un bote hasta el centro de Paraná y allá ser atendido por un médico. En cuanto a los símbolos de la muerte se pueden mencionar los siguientes:

En cuanto a la víbora Paulino la asesina tras morderlo, esta representa la lucha del hombre por sobrevivir ante un peligro, en el caso de Paulino este peligro era real; sin embargo, a veces el miedo se manifiesta ante un peligro imaginario. La víbora es un animal que ha sido representado como mortandad, tanto por su veneno como por otras creencias históricas, este da inicio a otros símbolos planteados por Quiroga en cuya representación se muestra a la naturaleza como enemiga del hombre.

Cuando Paulino va donde Dorotea (su mujer) a pedirle jugo de caña, como no le sabe a nada le da Dama Juana, pero continúa sabiéndole a agua, de modo que, el hombre entiende que se extendió el veneno y que podía morir sino buscaba solución.

El veneno se extendió hasta el punto que la hinchazón era dolorosa e insoportable, además estaban los efectos secundarios como el vómito, este símbolo era producto del anterior (la mordida) pero aumentaba aquel énfasis que hacía Quiroga, un referente a las situaciones que deterioran poco a poco desde dentro.

El paisaje parece representar un funeral que se prepara para darle la despedida a Paulino, habla de paredes altas que encajonan fúnebremente el río, negros bloques de basalto, etc. Todas estas imágenes se resumen en la mención del paisaje agresivo donde reina un silencio de muerte.

La naturaleza es un ente con vida, parte de un ciclo que siente cuando algo empieza a fenecer, ella indica como un augurio la finitud de la vida, de hecho, una característica del ser humano es el de presentir o al meno así lo plantea Quiroga en “A la deriva”, donde el hombre siente que lo rodea una naturaleza agresiva que esperaba su muerte.

En otro orden, el sol también forma parte de este acto fúnebre, cuando el hombre se monta en su canoa y llega hasta el medio del río, ve que el sol se traspone al monte, el hecho de “trasponer”, se puede relacionar a ocultarse, el sol se acuesta en la tarde para que inicie la noche, por esto también se puede considerar un símbolo de la muerte, en el que se cierra una etapa importante y llena de claridad para aquel ser que quería seguir viviendo.

En cuanto a los delirios, aunque este es más un síntoma producto del veneno, podemos considerarlo un símbolo, porque nos presenta al hombre pidiendo ayuda a un compadre que ni siquiera está presente, más adelante una falsa sensación de bienestar. En cuanto a la muerte, el hombre que cree haber mejorado empieza a recordar personas y sucesos, parece una señal de despedida de su mundo, algo muy interesante porque Quiroga muestra que en los últimos momentos de la vida del personaje nada era realmente importante. Toda su vida pasaba por sus ojos, y el hombre se sentía bien, como si su muerte lo estuviera liberando.

En estos delirios de bienestar, se muestra a un hombre esperanzado que cree que superará la situación y se encuentra en paz, durante ese proceso agobiante, fue cuando estaba a punto de morir que perdió la capacidad de adolecer. Delirar es un aspecto característico de las personas que se encuentran en sus últimos instantes, el ser humano se obliga a una sensación de bienestar, algo psicológico y físico por el veneno.

La canoa siguió su propio curso, como si los planes del hombre fueran nada comparado con los del destino, que parece estar guiado por la naturaleza; el hombre se sentía cada vez mejor, había cambiado el lugar al que se dirigía, pero con aquella sensación de tranquilidad a portando a la idea de que la muerte libera.

Ir a la deriva hace referencia a vagan sin rumbo o propósito fijo, y a merced de circunstancias adversas, este término suele usarse para referirse al naufragio de algún barco que pierde el curso establecido, en general por el viento, o la corriente del mar, como el hombre que fue en busca de su salvación, pero perdió su curso. En el cuento se expresa qué: "la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma ante el borbollón de un remolino".

Por último, el río, este es uno de los símbolos más importante de este cuento, muchos escritores lo usan para mencionar lo efímero de la vida, sin embargo, el énfasis esencial es que aún cuando el hombre muere, el río que representa la vida misma, sigue fluyendo. Esto es referente al ciclo de la vida, unos mueren, pero el río continúa, la vida sigue con su marcha fúnebre de las ajenas desgracias, la misma naturaleza que vio morir a Paulino, es la que abre sus brazos a otra vida, otra historia y otro que deriva.

Los símbolos usados en A la deriva, nos muestran la fragilidad de los seres humanos, la lucha por sobrevivir y la inevitabilidad de la muerte de Paulino, que parece haber sido planificada por algo más fuerte que la mordida, el destino. La muerte de Paulino, aunque probablemente dolorosa para lo que los rodean no detuvo el flujo del río que simboliza el ciclo de la vida, de modo que el hombre es solo alguien pequeño e insignificante en un inmenso río que continúa, y donde quedarán a la deriva otras generaciones, un ciclo que hasta ahora no acaba.

BIBLIOGRAFÍA

Los mejores cuentos de Horacio Quiroga (2020). Mestas ediciones.

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Julianny Cuevas es estudiante de la licenciatura en Letras Puras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.