Los reencuentros entre escritores y lectores protagonizan una nueva edición del Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires (FILBA), un clásico de la cultura porteña que este año aprovechará para poner a los diferentes activismos en el centro de la escena.
La argentina María Negroni tuvo a su cargo el discurso inaugural, el miércoles, de un evento que se prolongará hasta este domingo y que servirá, como cada año, para acercar la literatura al mayor número de personas posible, pero siempre desde un punto de partida festivo y "descontracturado".
"El festival siempre tuvo la particularidad de ser en la primavera y me parece que ahora se potencia mucho más ese reencuentro, empezar a salir a la calle, tomar los espacios… Esta necesidad que siempre hemos respirado me parece que este año se va a notar más que nunca", asegura a Efe Amalia Sanz, directora de la Fundación FILBA.
AUTORES DE DIEZ PAÍSES
Tras dos ediciones truncadas por la pandemia de coronavirus, en las que gran parte de las actividades se desarrollaron de forma virtual, el FILBA ha recuperado la plena presencialidad este año, como muestra la confluencia de más de 80 escritores procedentes de 10 países.
Diego Zúñiga (Chile), Clyo Mendoza (México), Laura Fernández (España) y Laurie Anderson (Estados Unidos) son algunos de los autores extranjeros que viajarán hasta Buenos Aires para participar en esta edición, en la que coincidirán con voces tan consagradas del panorama local como Pedro Mairal, Leila Guerriero y Claudia Piñeiro, entre muchas otras.
Desde la Fundación FILBA, entidad organizadora del evento, confiesan que existe "mucha expectativa" por este reencuentro no sólo de los escritores con sus lectores, que se verán en pasillos, cafeterías y librerías, sino entre los propios autores y miembros del sector editorial.
"El festival tiene una escala que hace que sea una experiencia muy cálida. No es una enorme feria y el acceso, ese encuentro, es real. Si a vos te interesa mucho conocer a McKenzie Wark, no hay dudas de que vas a terminar charlando con ella. La atmósfera que se busca es que se puedan dar ese tipo de reencuentros", señala Sanz.
Bajo el lema "Fuerza Activa", el FILBA de este 2022 trazará las "distintas constelaciones" del activismo en el seno de la literatura, ya sea desde la naturaleza, la imaginación, la ciencia ficción o la política.
"Tenemos un montón de propuestas que buscan pensar cómo estamos intentando modificar, transformar, motorizar desde la literatura los distintos planos de la sociedad en general", afirma a Efe Catalina Labarca, programadora de contenidos del festival.
EL "LADO B" DEL FILBA
Además de las charlas con escritores y los talleres literarios, una seña de identidad del FILBA son sus noches, ese "Lado B" que permite una conexión única entre la literatura, disciplina solitaria por excelencia, y el ocio.
En esta ocasión, el festival ofrecerá dos fiestas nocturnas: una noche de poesía en Eterna Cadencia, hermosa librería del barrio porteño de Palermo, y una de las míticas "Francachelas" de la librería Aristipo, en donde choripanes, vinos y música callejera acompañarán a los lectores frente a una enorme mesa de libros recomendados.
"Nosotras intentamos conjugar eso que tiene la literatura, que es el encuentro con quien escribe un libro, con actividades un poquito más descontracturadas", argumenta Labarca, sobre un "Lado B" que pretende "encontrarse con la palabra escrita desde otro lugar".
LITERATURA COMO REFUGIO
Este festival, cuyas actividades vuelven a ser totalmente libres y gratuitas, permitirá reivindicar ese espacio de protección y cobijo que supone la literatura, en un país que atraviesa diversas convulsiones en el plano político, social y económico desde hace varios años.
Si bien la literatura, para Amalia Sanz, no debería cumplir ninguna función social, sí que puede representar un "refugio" para muchas personas, sin que eso implique abandono o renuncia ante los problemas de la realidad.
"Este año vamos a indagar en el activismo literario, cuando la literatura dice, cuando la literatura sacude conciencias, cuando la literatura denuncia, cuando muestra lo doloroso, tiene ese doble juego. No necesariamente es sana la literatura, la literatura puede lastimar, y esa también es su fuerza y su potencialidad", sentencia la directora de la Fundación FILBA. (Javier Castro Bugarín)