Rey Andújar, es esencialmente escritor, poeta, cuentista y novelista. Un artista con voz propia y con una propuesta que va más allá de lo que la historia plantea, y como bien se define en alguna entrevista que le escuche, es un autor multi interesado.

Es autor de las novelas El hombre triángulo y Candela, esta última fue seleccionada como una de las mejores novelas del 2009 por el PEN Club de Puerto Rico, reeditada recientemente en Argentina, por Editorial Corregidor. Es importante destacar que Candela fue llevada exitosamente al cine por el director dominicano Andrés Farías Cintrón.

Sus cuentos de Amoricidio recibieron el Premio de Cuento Joven de la Feria del Libro en el 2007. Su colección de cuentos Saturnario ha sido traducida al inglés y fue galardonada con el Premio Letras de Ultramar 2010. Ha escrito los guiones cinematográficos de los documentales "Isla de dos repúblicas", dirigido por Héctor Montás y "Diáspora", dirigido por Héctor Valdez.

Rey es parte del Departamento de Humanidades de Governors State University y Asesor Cultural del Ministerio de Cultura de la República Dominicana. Con la tesis Formas del ascenso: estructura mitológica en Escalera para Electra de Aída Cartagena Portalatín, obtuvo el grado de Doctor en Filosofía y Letras Caribeñas por el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Es un gestor natural del incentivo a la literatura y de la promoción a las letras que somos y hacemos.

Su novela Los gestos inútiles, es la invitada en esta ocasión, recibió el VI Premio Alba de Narrativa Latinoamericana y Caribeña, durante la Feria del Libro de la Habana 2015 y ha sido reeditada por Ediciones La Pereza. 

Conversemos con Rey:

Angela Suazo: Rey, Cuando pienso en tu obra, inevitablemente pienso en un narrador, en una voz que magnifica lo que presenta y lo eleva, sin importar el género o la época en que fue escrito o si estás contando tu propia historia. Narrar, del latin “Narrare”, significa contar, relatar, referir. ¿Qué evoca en ti esta palabra?

Rey Adujar: Contar historias. Para mí es vital que la historia tenga fuerza y a través de las obras que he escrito he afinado la idea de que lo más importante es la historia, luego sus personajes y ya lo demás son elementos complementarios. Por ejemplo, nunca sacrificaría la historia para resaltar un personaje o un elemento personal que en ocasiones los escritores tienden a develar. Me gusta escribir cuentos y novelas porque siento que la historia juega de igual a igual con el creador, en el sentido de que llega un punto de la narración en que lo escrito empieza a tomar vida propia y a proponer las formas en las que debe ser escrito, diseñado. Me gusta mucho la libertad que me dan las formas mitológicas y sociológicas del cuento y la novela, y cómo estas se expanden al teatro y al cine, que son áreas que también me interesan mucho.

AS: ¿Cómo nacen las historias?

RA: En mi caso un cuento puede tomar un día, una semana o un mes, y se refiere a algo específico, una acción, un verso, un suceso. La primera vez que escuché que el cuento tenía una técnica fue de nuestro Juan Bosch, que siempre decía que el cuento “es la narración de un suceso”. En ese sentido trato siempre de concentrarme en algo en específico cuando siento que una idea puede convertirse en un cuento. De nuevo, el cuento para mí nace de una mirada, de un instante, de una idea, de una complicación… En cuanto a la novela, pues es un espacio que me permite más libertad pero ciertamente, diferente al cuento, la novela para mí es una idea que resiste el tiempo de largo aliento, es decir, a veces la idea de una novela puede durar en mí de dos meses a dos años, y si sobrevive esa prueba del tiempo, pues entiendo que detrás de eso hay una historia en la que puedo trabajar. Recuerdo que la idea de escribir Candela para mí llegó en medio de la escritura de El hombre triángulo y luego duré tres o cuatro años, dos libros de cuento y una obra de teatro de por medio antes de publicar Candela como tal.

AS: ¿Crees que las sociedades se cuentan o se inventan en la literatura moderna?

RA: Se cuentan, por no decir que se “re-inventan”. Es mi opinión que lo nuevo en nuestras sociedades son los elementos aleatorios, ya que muy en el fondo, como humanos, no hemos cambiado mucho en tanto nuestras complejidades.

AS: Tu universo literario, ¿De dónde se alimenta?

RA: Del viaje y el movimiento, por un lado. Las migraciones y los traslados son muy importantes en mi trabajo. Luego está el aspecto humano, el de los acentos, las relaciones familiares, específicamente las fraternales o paternalistas. Me alimento, finalmente, mucho, del Caribe y de toda su poesía. Últimamente estoy trabajando con las posibilidades de la ficción especulativa y la ciencia ficción, no de lleno, pero me encanta coquetear con esas formas mitológicas. Me reta y me seduce.

AS: ¿La narrativa de hoy, utiliza las letras para lanzar críticas al sistema o solo brinda la posibilidad de visibilizar las debilidades?

RA: La crítica debería venir acompañada de una labor auto-crítica, y ese no es nuestro caso, así que tendemos a hacer lo segundo: resaltar la debilidad del sistema, pero sin proponer nada. Las redes sociales contribuyen mucho a esta actitud, que me parece un poco pasiva y a veces hasta cobarde. Con esto dicho, lo cierto es que un libro no va a cambiar el mundo, y que el trabajo de nosotros necesariamente no tiene que ver con el activismo, pero creo que uno no escribe aislado y que el trabajo literario tiene que tener la capacidad de defenderse a sí mismo dentro del contexto en que se publica. En mi caso particular, y para establecer un ejemplo, sin proponérmelo directamente mi trabajo tiene mucho que ver con las distancias y las cercanías entre la cuestión dominico-haitiana, y sin embargo, no me considero un activista en ese sentido. Me interesa ese problema y mis personajes viven en una isla compartida, muchos de ellos al menos. Pero esto no me hace un experto o un activista en el tema.

AS: ¿El calor caribeño se puede contar?¿Crees que lo cálido de nuestro clima y lo candente de nuestra cultura está presente en tu obra?

RA: De poder se puede, yo al menos lo he intentado en cada obra, ya que el clima caribeño es una fuerza de la naturaleza que es una fuente muy rica para crear historias.

AS: ¿Me darías una definición de Rey Andújar, como un personaje de tus libros?

RA: Claro. Andújar es un soñador, un tipo que por estar en la luna siempre llega tarde. Un poco mucho egoísta con su tiempo. Amigo de los amigos y un apasionado por el viaje, el cine, el arte y el performance de la vida diaria. Otro lado de este espectro que es Andújar es el padre, esposo, hermano, joseador y de nuevo, performero.

AS: ¿Renunciarías?—¿Entiende la vida sin la escritura?

RA: Por mucho que me gusta escribir, podría renunciar a ello, pero no, definitivamente no podría renunciar a un mundo sin libros, sin cine, sin teatro… Si yo tengo que renunciar a escribir para poder leer y disfrutar el trabajo de otros, pues vaya, no es un buen prospecto, pero me atrevo a hacerlo sin que me tiemble la mano. ¿Por qué? Porque como espectador, como lectores, nosotros también creamos.

Una página a la vez es un espacio para hablar de libros, de la magia de leer, del reto de escribir, de compartir, de contar, de transmitir. Hoy los invito a leer Los gestos inútiles. 

Sinopsis

¿Suicido o asesinato? He aquí la urdimbre que mueve la narración. Le corresponderá al policía Rojo Agramante encontrar y armar las piezas sueltas para dejar esclarecido si fue muerte voluntaria u homicidio. Todo parece indicar que a Bertrán — trasterrado en New York por persecución política en el pasado– pero ahora ligado el poder– lo liquidan desde adentro del Estado, ya que supo de la trama de unos colombianos que mataron en las cercanías de las Dunas de Baní, presuntamente vinculados a un esquema de alta corrupción sutilmente conectada con el narcotráfico. 

AS: Rey, hablemos sobre Los gestos inútiles, ¿En qué género se desarrolla esta novela?

RA: Es un policial puro y duro. Es la novela que cierra una trilogía que empezó con El hombre triángulo y luego Candela. Los gestos es un esfuerzo por escribir una novela policial que contara con la mayoría de los elementos fundamentales del género, que a la vez, toman una significación muy particular al ser escrita en el Caribe. En este contexto, es una novela con la que me interesa insertarme en lineup de escritores caribeños que trabajan el género como Wilfredo Matos Cintrón, en Puerto Rico, Leonardo Padura, en Cuba, para mencionar dos de los muchos que hay y que me han inspirado a través de los años.

AS: ¿Qué peso tuvo el proceso de documentación para la escritura de esta historia? ¿Te documentas antes de escribir tus historias, o estas llegan primero y, a medida que las desarrollas, vas a acudiendo a fuentes de documentación?

RA: No me documento en el sentido estricto. Quizás el trabajo en el que más me he documentado es en el área forense, no tanto porque la historia lo precise sino por una fijación propia. Las novelas claro está se alimentan de la realidad externa, claro está, pero mi objetivo es usar esto solo como punto de referencia y procurar que los relatos se alimenten del propio universo que se genera en sí mismas. También echo mano de mis otras novelas y mis cuentos, películas y mi propio teatro. Esto lo aprendí de Aída Cartagena Portalatín, que se referenciaba a sí misma en toda su obra. En Los gestos por ejemplo reescribo la historia política reciente dominicana, usando personajes de la realidad y creando personajes alternos. Finalmente, quiero creer que mis historias son alternas a la realidad “real”. Me interesa más cómo está la ficción en la realidad y no lo contrario.

AS: ¿Alguna anécdota durante el proceso de escritura?

RA: Escribí esa novela con una disciplina férrea en las horas tempranas de la madrugada y la mañana, con mi hija en el regazo, ya que durante ese tiempo trabajaba el turno del overnight en un hotel para poder cuidarla durante el día. Me dio mucho trabajo encontrar una editorial para el texto y por eso fue que decidí enviarla a Cuba a un concurso y luego ya sabemos el resto.

AS: ¿Alguna escena favorita?

RA: Varias. Me encanta la escena que da inicio al segundo capítulo, en donde Beltrán, su esposa y el niño tienen un accidente. También me encanta la escena de Guideon y Miralba en el restaurante.

UNA PÁGINA A LA VEZ es un espacio radial y virtual de transmisión semanal, que promueve la literatura. Se transmite cada martes a las 6 de la tarde, con una retransmisión los miércoles a las 8:30 de la mañana a través de RFI Santo Domingo 90.9 f.m y queda disponible en todas las plataformas de podcast.

ANGELA SUAZO Poeta. Gestora cultural. Egresada de las carreras de mercadeo, administración de empresas y finanzas corporativas con experiencia en el mercado de valores y banca. Gestora de la fundación Te Reto a Leer, creada con el objetivo de incentivar la lectura en República Dominicana. Conductora del espacio radial y digital Una Página a la Vez.