Artículo dedicado a Sulamita Puig quien sugirió el tema y aportó ideas.
En la época moderna los colores primarios no son tan frecuentes. Cada vez más las tonalidades sufren modificaciones que tienen el propósito de atraer la atención y causar una impresión positiva. Los colores vivos y el contraste entre uno y otro atraen la atención hacia lo que se desea destacar y como con tantas otras cosas de la vida moderna, con ello se trata de manipular al observador. En algunos casos se llega hasta a captar la mirada con el color vivo, aunque el mensaje sea banal.
Los colores revisten gran importancia; por eso los artistas del pincel se valen del color en muchas ocasiones para representar maravillas. Es interesante que volvamos la atención a los colores y a los orígenes de sus nombres, porque la paleta actual no parece que tenga límites. En el desarrollo del tema se apreciará cómo se orientaron los nombres de los colores por medio de la inventiva del ser humano para identificar los colores Nos conformaremos con las descripciones de los nombres, destacando sus características, porque no se recurrirá a la reproducción de los colores mencionados.
Antes de entrar en materia, se recuerda que el vocablo color en la actualidad es de género masculino, pero antes de que se fijara con ese género se vaciló durante un tiempo, pues fue femenino. Por mi parte recuerdo haber oído a muchos hablantes de español dominicano hablar de la color, usándolo en tanto sustantivo femenino. Eran personas mayores o de origen rural. En español hubo vacilación hasta la época clásica. Aún en nuestros días puede encontrarse usado en femenino en poesía. Por esta indeterminación en portugués continúa vigente el género femenino para cor, que significa color en esa lengua. No ha de mostrarse demasiada extrañeza, pues en lengua francesa sucede lo mismo, la couleur.
Husmeando en el diccionario he contado por lo menos veinticuatro vocablos derivados o relacionados con color. El que más me llamó a atención fue colorete, que en la actualidad es de poco uso. Vale aquí recordar que colorete era (y es) un cosmético de tono rojizo que las mujeres se aplicaban en las mejillas. Durante años esta coloración rosada de las mejillas fue importante para las mujeres. No sé si ustedes recuerdan que en el libro Ana Karenina las mujeres se pellizcaban regularmente las mejillas para tenerlas rosadas. Claro, cuando los varones no las veían. De menor uso aún es arrebol para el cosmético mismo.
Muchos colores deben su nombre a la fruta o flor a la que se asemejan o que fueron las que les dieron origen porque los llevan de modo natural. La naturaleza ha suministrado muchas referencias para los colores; así como las ciencias en general lo han hecho para muchos vocablos del habla cotidiana. Los dominicanos podemos recordar el “verde limón” de la cancioncilla infantil. Algunos ejemplos de esto lo veremos en el curso de este trabajo. Varias definiciones o acepciones de colores por fuerza tienen que recurrir a los colores de algunos productos naturales, frutas, minerales, gemas, para transmitir el mensaje.
Azul
Para que no se me acuse de discriminación estudiaremos los colores por orden alfabético. Al azul le corresponde el primer lugar. Obligado por las normas que rigen las definiciones, en el lexicón mayor de la lengua española se define este color así: “. . . semejante al del cielo sin nubes y el mar en un día soleado”. Sin duda alguna el nombre de este color proviene del árabe que lo tomó del persa y pasó por el árabe hispánico, pista que sigue la Real Academia en su diccionario al trazar su etimología.
“El azul es uno de los colores primarios de la plataforma cromática en cuya virtud cautiva por su encanto”. Influenciado por la presencia del azul del cielo en un día sin nubes, es lógico que este color se relacione con el cielo. En calidad de metáfora el azul significa idealización. Puede representar el ascenso a la claridad espiritual. En literatura es la representación de fascinación y encantamiento. Diccionario de símbolos (2017:37).
Se escribió más arriba que es lógico que el azul se relaciones con el cielo. La razón está en la definición que para azul expone el Diccionario de la lengua española: “Semejante al del cielo sin nubes y el mar en un día soleado”. En lengua francesa entienden que azul es el color del cielo puro, claro, o, colores análogos más oscuros. En español se conoce el azul celeste que es semejante al del cielo despejado o el de la alta mar, azul marino. De ahí que a ese azul se le denomine cerúleo que refiere al cielo.
Como sucede con todos los colores, hay toda una gama, es decir, una escala, una gradación de colores presentes en la naturaleza. Además, los pintores han ampliado este espectro mezclando pigmentos. Algunos colores se identificaron en minerales. En tanto coloración de materia existe el azul turquesa. Para este color Corominas y Pascual citan a Skeat quien postula la teoría de que la materia con ese color procede de unas minas del Turquestán. En francés cuentan con un vocablo, azur, que es claro: A su vez en español el azur es un azul oscuro. Los dos azures no coinciden en su definición; el francés es claro y la materia con ese color resulta de la mezcla natural con cobalto.
El material del que se tomó el nombre para el azul turquesa se considera una piedra preciosa. Ese material se encontró por primera vez en la región conocida con el nombre de Turquestán que está situada en Asia Central. En francés antiguo se conoció así: pierre turkeise, (hacia 1200), que luego evolucionó a turquoise. En el siglo XIV. En español se define el color de la piedra como “azul verdoso”. Los angloamericanos han retenido la palabra del francés, turquoise en su lengua para el color y la piedra preciosa cuando tiene un color azul cielo.
Los franceses, sin necesidad de chovinismo aseveran que el Azur del alemán y el azure del inglés provienen del azur del francés. El azur designa literariamente el cielo y en sentido figurado la idea. Con la combinación Cote d´ Azur los franceses han creado un nombre publicitario para la Riviera Francesa. Los franceses entienden que recibieron la denominación del color a través de las hablas de la península ibérica.
Hace muchos años ya que manejé a lo largo de la Costa mediterránea en Francia. Allí pude observar que existe el contraste del azur oscuro del español y el azur claro del francés en el mar. Si alguien desea experimentar esa sensación de contraste en una panorámica no tiene que ir tan lejos; basta con viajar al sur de la República Dominicana, entre Barahona y Enriquillo. Me parece apropiado expresar que el azul larimar puede convertirse en propiedad del español dominicano para caracterizar el color propio de la mencionada piedra; naturalmente, este color que se destaca mejor una vez esta está pulida. Solo las personas con adiestramiento en colores pueden diferenciar algunas denominaciones de colores; por ejemplo, si la hay entre el azul turquesa y el azur. El primero es azul-verdoso.
El azul ha dado lugar o ha servido de base para combinaciones increíbles. Ahí está “sangre azul” cuya creación los franceses atribuyen a los españoles y equivale a “linaje noble”. ¿De dónde sale esta paradoja? Hay que tener presente que en la Edad Media los nobles no trabajaban, permanecían a la sombra en sus castillos. Los vasallos trabajando a la intemperie se exponían al sol. Eso oscurecía la piel, por tanto, no se destacaba el azul bajo la piel. Luego, vino de la observación de las venas bajo la piel blanca que aparecen azuladas. No es una broma. Dictionnaire historique de la langue française (2012-I-396). No puede olvidarse que existe el queso azul que en toda propiedad es el de Auvernia (Aubergne) que es veteado de puntitos negros que aparecen azulados por la mezcla y contraste con la parte blanca del queso.
Para el color de la piel los dominicanos se valen de una combinación del color azul y la oscuridad que produce la caída del sol. Dicen que algunas personas son de piel “entre azul y buenas noches”; esa locución (sus. / loc. adj.), corresponde a “negro retinto”. Ese retinto sirve para “muy oscuro”. Con la ayuda del azul los hablantes de español dominicano han denominado "azul bolita” al añil que es un azul muy intenso. Diccionario del español dominicano (2024:63). La bolita aquí es porque con el añil que se vendía para lavar la ropa blanca se hacía una bolita que facilitaba su empleo; además de que se podía comprar con esta forma. El secreto es que esta bolita hacía (hace) aparecer el blanco mate, sin brillo.
Blanco
¿De dónde viene el nombre del color blanco? Aquí el blanco se define mediante comparación con la impresión que causa en el ojo al mirar la nieve o la leche. De ese recurso se vale la Real Academia para identificar el color blanco. Ahora bien, ¿cuál es el origen de la denominación blanco para este color? Aunque puede parecer extraño, llega al español desde las lenguas germánicas. ¿Cómo es eso posible si ese vocablo suena perfectamente español? Se supone que deriva del germánico blank, que valía para blanco, brillante. Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1980-I-598). Se especula que antes de llegar al español pasó por el francés. Es posible que este paso se haya efectuado hacia el final del siglo V con la conversión de Clovis al cristianismo que hizo que los invasores aprendieran la lengua de los conquistados, el latín, pero conservaron e introdujeran términos germánicos. L´aventure des langues en Occident (1994:277).
Hay otros datos con respecto al recorrido del vocablo blanco que no pueden olvidarse. El origen remoto se barrunta que llega de -bhel-, con alargamiento. Este infijo, como lo indican las rayas antes y después, procede del sánscrito para destacar “brillo, palidez”; al entrar en letonio balts, significó “blanco”. Ese étimo remoto está en el seno de varios colores, dependiendo de la lengua. En latín devino “amarillo dorado o rojizo”. En alto alemán antiguo un color con tonos de “azul oscuro”, blao. En alemán llegó bajo la forma de blenda en tanto “brillo metálico”. Ese es el brillo que cegaba, de donde salió, blenden, cegar, que consta en inglés bajo forma blind, ciego. Llegando al germánico blank que es “blanco, brillante”. El color blanco en teoría es la ausencia de coloración. En la descriptiva de los minerales cubre una amplia gama de color, gris claro, blanco lechoso, etc. Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua española (1997:23).
Antes de la entrada de blanco en la lengua que devendría el castellano, el vocablo de uso era albo que corresponde a blanco en la actualidad. De acuerdo con el diccionario académico de la lengua, en la actualidad albo se usa generalmente en la lengua poética. El adjetivo albugíneo es enteramente blanco. Es generalizado el concepto de que los colores encierran o transmiten creencias, conceptos o sucesos. El blanco representa iluminación, ascensión, revelación y perdón. A Dictionary of symbols (1971:56). El blanco es el más claro de los colores de la escala cromática. El blanco se retiene también como símbolo de pureza y perfección. Diccionario de símbolos (2017:51-2).
Para mí fue una sorpresa enterarme del origen de la palabra blanco para el color que conocemos en español con ese nombre. Sí, proviene del alemán, así como el marrón, el marrón aleonado (referencia a la piel del león), que es una coloración de marrón amarillento, y, el gris. Todos estos colores con sus denominaciones vinieron del alemán, entraron primero al francés y de allí al español. Al francés llegaron con los soldados alemanes que los usaban para mencionar los colores del pelamen de los caballos. La denominación blanc para la ausencia de pigmentación en francés eliminó las voces que existían llegadas del latín, albo y cándido. Dictionnaire historique de la langue française (2012-I-389).
En las lenguas internacionales se observa los hablantes de diversas que se refieren al vino blanco, a la carne blanca. Para referirse a la calificación de la pigmentación de la piel humana existe blanco, o ser blanco, raza blanca. Desde época muy temprana el blanco reemplazó a cándido para calificar a la persona sin mancha, pura. En la naturaleza se menciona el blanco del ojo. En la sociedad encontramos a los empleados de cuello blanco, por oposición a los obreros.
Esta ausencia de color tiene muchos matices. El blanco hueso no es el más blanco entre los blancos, pues tiene un ligero matiz a beis (beige). Existe el blanco de España que tiene muchos usos. Es un carbonato de calcio. Generalmente se consigue en forma de polvo. El blanco perla no es tan blanco como se piensa en general; por lo menos de acuerdo con su definición, pues es agrisado. Es un blanco de tono más cálido que el blanco puro; por tanto, es vivo y estimulante, se siente que se proyecta de la superficie que lo tiene. El blanco colonial es neutro y atemporal, es otro blanco que no es puro blanco.
Los dominicanos con su vena creativa en el habla aseguran que el “tiro al blanco” es un deporte que inventaron los negros. Todos sabemos que no es cierto. Sabemos también que “dar en el blanco” es acertar. Estos hablantes califican de blanco a la “persona cortés, bien educada”. Llaman de “blanco jipato” a la persona cuya piel es pálida tirando a blanco. El dominicano con su gracia característica, a la pieza sin pinta en el juego de dominó designa con el nombre de “caja blanca” o simplemente caja.
Verde
Una vez más los lexicólogos y diccionaristas para definir un color, tal el verde, se ven precisados a volver la mirada nueva vez a la naturaleza, color “semejante al de la hierba fresca o al de la esmeralda”. ¿Recuerdan cómo hacíamos en la escuela cuando no teníamos lápices de color verde? Pues utilizábamos los lápices azules y sobre estos los amarillos en la misma superficie. Hay quienes aseguran que el color verde es un azul amarillento.
¿De dónde salió el vocablo verde para mencionar el color? El vocablo viene del latín viridis que era la forma de representar el color en la escritura de esa lengua. De ahí pasó al italiano, español, portugués, francés (vert). Con el color verde en español se alude a “vigoroso, vivo, joven”. De allí es de donde derivan muchas de las expresiones que conocemos en español en las que se emplea con esos valores, por ejemplo “viejo verde”. Ese tema se verá más adelante.
El color verde se manifiesta con profusión en el trópico donde los árboles con sus hojas tiñen de verde el ambiente. En biología se tiene este color como símbolo de la florida primavera y la vitalidad de la naturaleza. En mística se retiene el verde en tanto símbolo de la potencia creadora de la naturaleza. Diccionario de símbolos (2017:469-70).
En el habla de los dominicanos el plátano verde se opone al amarillo. El último es el maduro que adquiere la coloración amarillenta al madurar. Más arriba se escribió que verde es fresco. Los dominicanos conocen el guandul verde que es más sabroso que el amarillo. También llaman habichuela verde a la que no ha llenado completamente, es nueva y más blanda, sabrosísima. No se puede olvidar aquí mencionar el “verde botella” que es el color que exhibe la emblemática botella de cerveza dominicana. Ahí está el “verde cotorra” que es un verde estridente, (sin diente). que resalta. No hay nada más dominicano en la cocina que el “aceite verde” que es el de oliva. Para los dominicanos la esperanza se identifica con el color verde, hasta que se la come el burro. El caramelo más conocido es el “menta verde”. En el habla dominicana “decirle a alguien hasta barriga verde” es amonestarlo, reprenderlo o insultarlo.
Al final de esta presentación es menester admitir que permanecen muchos colores interesantes y llenos de historia que no se han estudiado. Eso no significa que no se puedan estudiar más adelante. No es una amenaza; es más bien un indicio de lo que puede seguir. Antes de despedir esta intervención hay que recordar que en la literatura como en las artes plásticas los colores desempeñan un papel muy importante. Ahí está Azul de Rubén Darío. No se olvida a García Lorca con su “verde que te quiero verde . . .” No se mencionó el color rosado que deriva de la flor, rosa. Al evocarlo recuerdo el rosado de la piel de las jóvenes que pintó Renoir. Antes de pasar al párrafo final debe reconocerse el vino verde de los portugueses, elaborado a partir de uvas verdes.
Para cerrar. Los dominicanos tienen colores propios. El color ladrillo que es un castaño que dependerá de la intención del hablante. Puede ser más claro o más oscuro. El mamey es un color que se supone que es el de la fruta, aunque los dominicanos de preferencia la mencionan por otro nombre. Para un tono más oscuro usan el color sapote. Tener los ojos claros es un plus en una “sociedad mulata” de acuerdo con los estándares de belleza en el país de los dominicanos. Por aquello de que no hay ojos completamente negros, los dominicanos los califican de color café. La intensidad variará según sea el café, más o menos fuerte, cargado. Las mulatas tienen la piel canela. Cuando se trata de excluir a alguien echan una “bola negra”.
Roberto Guzmán en Acento.com.do