Parece que fue ayer cuando asistí, en abril de 2004, a la sala Juan Francisco García, del Conservatorio Nacional de Música –en el marco de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo–, a la puesta en circulación del número uno de la revista Global, de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode). Fundada por Carlos Dore Cabral, esta publicación vino a llenar un vacío en su tipo y a establecerse, con singular prestigio, en el ambiente intelectual y cultural del país.

 

Este órgano informativo y comunicativo arriba a su número 100, lo cual representa una hazaña y una proeza ante la desaparición de las revistas impresas en la República Dominicana, y en muchas partes del mundo. Desde su fundador, el sociólogo Dore Cabral, pasando por el escritor Frank Báez, y hasta la actualidad, con el escritor, intelectual y ex ministro de Cultura, José Rafael Lantigua, esta revista ha mantenido una estupenda calidad gráfica, en su diseño, y magnífica filosofía editorial y espléndida rigurosidad, en su contenido. Sus páginas han estado siempre repletas de formidables contenidos, que abarcan, fundamentalmente, las ciencias sociales, las comunicaciones y las humanidades, con textos académicos y periodísticos, de gran calado intelectual. Por sus páginas han desfilado firmas de destacados escritores, académicos e intelectuales, nacionales y extranjeros. De ahí que me uno a su celebración, lo cual me llena de orgullo y satisfacción, pues he estado vinculado a Global, colaborando con artículos y ensayos. Y porque fui director-fundador de la revista hermana, País Cultural, del Ministerio de Cultura, durante la gestión de José Rafael Lantigua, y luego de José Antonio Rodríguez, etapas en las que editamos 19 números (2006-2016), y 4 en su segunda época (2020-2021), con doña Carmen Heredia de Guerrero, a cuya salida, desde entonces, la misma cayó en el olvido y el silencio. Se rompió su edición, circulación, continuidad y presencia, acaso por el mal histórico de la no continuidad del Estado, la falta de voluntad o interés, la retaliación política, la cerrazón ideológica y la carencia de criterio gerencial, al no valorar, en su justa dimensión cultural y alcance lectoral, la necesidad e importancia de su existencia, pese al sitial logrado, la composición de lujo de su consejo editorial y asesor (nacional e internacional) y a su proyección en el extranjero. Amén de su versátil diseño, criterio editorial, variedad de contenido, pluralidad, apertura estética, prestigio y fama de sus articulistas, y a su inclusión generacional y geográfica. Asimismo, a la participación de intelectuales, escritores y artistas, cuyas páginas y portada los proyectaban y homenajeaban, con ilustraciones de sus dibujos y pinturas, a más de su apertura a las nuevas generaciones de autores, y donde se combinaban escritores consagrados y emergentes, del interior y de la diáspora. Y a que cada número estaba dedicado a un maestro de la plástica dominicana –la mayoría ganadores del Premio Nacional de Artes Visuales. A nuestra salida del Ministerio de Cultura y de la dirección de la revista, en 2016, la asumió Soledad Álvarez, amiga y prestigiosa poeta y ensayista, quien editó 3 números, introdujo un nuevo criterio editorial, formato y filosofía gráfica, conforme a los nuevos tiempos –y a cuyo Comité Editorial pertenecí.

La interrupción, en 2021, de la publicación y difusión de País Cultural, constituyó una tragedia, una enorme pérdida y una lástima, pues dejó huérfana a la clase intelectual, y sin rumbo a los jóvenes autores y talleristas literarios, en cuyas páginas abrevaban buscando formación, estímulo y espacio para la publicación de sus textos. Más allá del silencio de la comunidad intelectual del país, por la desaparición de País Cultural, la revista Global representa una bocanada de aire positivo, una ventana esperanzadora al mundo intelectual y una brecha de dignidad en el desierto, triste y árido, del mundo editorial nuestro, en materia de revistas culturales.

Colecciono y difundo la revista Global (tengo la colección completa), por su importancia y calidad, y por mi pasión por las revistas del mundo, de las cuales atesoro decenas de ejemplares de Letras Libres, Plural, Vuelta o Cuadernos Hispanoamericanos, que llenaron una época de gran periodismo literario: forjaron una tradición letrada y lectora, sirvieron de vehículo de comunicación y expresión del talento hispánico y dinamizaron el panorama intelectual del siglo XX. Y fueron dirigidas o fundadas por preclaros e ilustres pensadores y escritores que liderearon el debate de las ideas, desde América Latina hasta España. Desde Orígenes y Casa de las Américas, en Cuba, hasta Sur, en Argentina; desde Cuadernos Americanos, Plural, Letras Libres y Vuelta en México, hasta la Revista de Occidente, Cuadernos Hispanoamericanos, Ínsula, Quimera y El Urogallo en España; desde Amauta de Perú hasta La Torre de Puerto Rico, y desde la Revista Iberoamericana y Revista Hispánica Moderna en Estados Unidos, la historia de las revistas culturales y académicas jugaron un rol estelar, en la configuración del mundo intelectual del siglo XX, en la creación del periodismo cultural, en la difusión de la filosofía y en la formación del ensayismo hispanoamericano. Desde Martí y Rubén Darío, hasta Lezama Lima y Ortega Gasset, desde Borges hasta Pedro Henríquez Ureña, desde Victoria Ocampo hasta Roberto Fernández Retamar, desde Salazar Bondy hasta Leopoldo Zea, desde Octavio Paz hasta Federico de Onís, desde Alfredo Rioggiano hasta Pedro Laín Entralgo, gran parte del periodismo literario, del ensayo y la filosofía latinoamericana, están en deuda moral con las revistas culturales: desde Estados Unidos hasta Chile y Argentina, y desde el Caribe hispánico hasta la península Ibérica. La huella y el legado dejados por estos autores y pensadores en la formación, perfiles y configuración del pensamiento filosófico y literario hispanoamericanos, por inyectarle fisonomía, carácter y personalidad, es de una invaluable e imperecedera importancia.

Global es una revista –situada en esa tesitura antes dicha–, que nos prestigia: porque es plural y variada –equilibrada entre lo académico y lo periodístico–, y porque persiste aun, contra viento y marea, en medio del erial de órganos de este tipo, amén de que es la única de su carácter que circula y se imprime en nuestro medio editorial. En fin, porque se moderniza y actualiza con el tiempo y con las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, con su formato físico y virtual, para un consumo y recepción masivo y global.

En suma, porque vive aun, permanece y persiste, tenazmente, y augura –por lo visto y oído–, que tendrá larga vida. Es una revista de culto y colección, y ha sido esencial –a mi juicio– en el diálogo de las ideas y la difusión del conocimiento, como espacio indispensable del saber e instrumento eficaz de comunicación. Amerita un aplauso por su constancia y permanencia.

Felicito a mi amiga, Noris Eusebio, exdirectora de la Editora Global, a mi amigo y compañero de batallas culturales, José Rafael Lantigua, por alcanzar este logro y por arribar a esta meta. De igual manera, al ex presidente de la República, doctor Leonel Fernández, presidente de Funglode, a cuyo acto presentación de esta revista asistí, y donde imperaron la creatividad y la emoción, la alegría y la nostalgia, en un espectáculo artístico y cultural, conducido creativamente por José Rafael Lantigua, y en el que hubo música, testimonios, canciones, palabras emotivas, y un recuento impecable de la historia y origen, evolución y proyectos de Global, de parte del doctor Fernández Reyna.

Esta centésima edición, volumen 18, año 19, fue dedicada al centenario de la conferencia La utopía de América, de Pedro Henríquez Ureña, dictada en octubre de 1922, en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de la Plata. Publicada luego en libro, y recogida como título en la antología de la prestigiosa, histórica e icónica colección Ayacucho, de Venezuela –con prólogo y cronología del académico y ensayista colombiano, Rafael Gutiérrez Girardot, y compilación del crítico literario uruguayo, Ángel Rama–, esta obra se transformó –muchos años después–, en un texto capital: representa la esencia del pensamiento y la obra del ilustre humanista dominicano. Se trata, junto con Seis ensayos en busca de nuestra expresión, Historia de la cultura en la América hispánica y las Corrientes literarias en la América hispánica, de un texto que encarna la idea de utopía del continente mestizo. Este número conmemorativo de la revista Global es un justo homenaje a la figura, vida, dimensión humanística y personalidad intelectual de don Pedro, en una edición especial y de colección, que habrá de ser de consulta obligada para sus estudiosos y admiradores, dominicanos y extranjeros, del presente y del futuro. Once expertos y estudiosos de su obra y pensamiento, académicos e intelectuales –dominicanos, y de Argentina, Chile, España y Colombia–, abordan, desde diversas perspectivas y ópticas, su obra ensayística, a saber: Carlos María Romero Sosa, Beatriz Sarlo, Bruno Lloret, Carmen Ruiz Barrionuevo, Néstor E. Rodríguez, William Marín Osorio, Eva Guerrero, Bruno Rosario Candelier, Miguel de Mena y Soledad Álvarez. Igualmente, hay que desatacar la entrevista a Pedro José Ortega, otro estudioso de don Pedro, y académico de las nuevas generaciones de intelectuales dominicanos –y a quien Global agradece la consecución de varios de los colaboradores de este número. Además, de las ilustraciones y fotografías alusivas a esta edición, cabe resaltar el texto de la afamada ensayista argentina, Beatriz Sarlo (quien obtuvo el Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña del Ministerio de Cultura de la República Dominicana, en 2015). De igual manera, de las académicas españolas Carmen Ruiz Barrionuevo (ex directora del Máster en Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Salamanca) y de Eva Guerrero (profesora y coordinadora de la cátedra Pedro Henríquez Ureña -creada en 2011– de la misma Universidad).

En fin, se trata de un número que cierra un ciclo con broche de oro de esta revista emblemática e icónica de la vida intelectual, académica y cultural del país, en medio del páramo de estas publicaciones periódicas impresas.