Aunque no llovió, los montes Banilejos se llenaron de café y su producción y comercialización se convirtieron en la dinámica económica durante décadas de poblaciones y comerciantes banilejos La novela de Billini, Engracia y Antoñita, se desenvuelve en los intríngulis de esa dinámica que cambió la vida cotidiana banileja por completo.  Fundación de Peravia, comunidad rural y el popular barrio del Pueblo Arriba, son ejemplos pedagógicos existenciales de ese proceso, incluso manifestaciones culturales como la Sarandunga de la Vereda está definida y redefinida por el proceso del café.

Emprendedores visionarios y creativos se dedicaron a la comercialización del Café, incluso el propio pueblo banilejo acogió factorías que transformaban la dinámica urbana, donde el grano era procesado para su venta a nivel de mercado para su consumo.  Don Manuel de Jesús Perelló y su familia fueron pioneros creando Industrias Banilejas, conocidas como INDUBAN.

Logo del Centro Cultural PErelló

Primero sus operaciones eran realizadas en el contexto banilejo, pero Don Manuel de Jesús, emprendedor visionario, redefinió su espectro y su empresa pasó a incursionar en el mercado nacional y la presencia de INDUBAN se multiplicó a nacional e internacional convirtiéndose en marca-país con su Café Santo Domingo y Café Gourmet Induban.

Diferente a los empresarios exitosos tradicionales, cuya existencialidad es la de ganar y acumular capital, olvidándose de los pueblos, Don Manuel, contrario a eso, pensó como contribuir al desarrollo cultural de los jóvenes de su pueblo natal y decidió en hacer una gran biblioteca.  Con el tiempo, se amplió su visión y decidió hacer un gran centro cultural.

Don Rafael Perelló, entonces presidente de Induban, para honrar el compromiso familiar y de Don Manuel, no regateó recursos y para hacer realidad el centro cultural buscó lo mejor que se podía en el área creativa arquitectónica y de construcción, contratando a Pedro José Borrell, el artista que diseño el Teatro Nacional y a Jaime Augusto Batle, un profesional de la más alta calidad.

El Centro Cultural Perelló fue edificado en la población de Escondido próximo a la ciudad de Baní, en original diseño que tiene una Sala de Exposición temporal de obras de Arte, un imponente salón multiuso para talleres, cursos, seminarios y toda actividad docente, pedagógica-educativa, una mediateca, una cafetería y un salón de actividades culturales con capacidad para 150 personas, en una ambientación con la quietud y el simbolismo de un parque pueblerino.

Su inauguración fue un acontecimiento que contó con la presencia del Dr. Leonel Fernández como presidente de la República.  Desde el inicio la idea fundamental, era integrar las comunidades cercanas, en la dirección del centro estaban Ismael Díaz Melo y Julia Castillo dos profesionales jóvenes banilejos conocedores de la cultura y la idiosincrasia banileja.  Como asesores, estaba contemplada la Dra. Milagros Ortiz Bosch, Freddy Ginebra, Pablo Mackinney, Luís Mejía Oviedo Fabio Herrera Miniño, Miguel Franjul y Dagoberto Tejeda Ortiz.

Fotografía de la parte frontal del Centro Cultural Parelló

Además, tenía un Consejo Consultivo: Criselio Martínez, Dione Daniel, Francis de los Santos, Luís Manuel Pimentel, Marcos Aurelio Guerrero, Milagros Pimentel y Vitelio Manuel Valera Valdez.

Durante más de doce años el Centro Cultural Perelló ha realizado una labor cultural de impacto permanente en la formación cultural y medioambiental en las poblaciones rurales cercanas y todo el pueblo de Baní, Su directora de años, la promotora cultural Julia Castillo con los más altos niveles profesionales y personales ha redimensionado al centro para que se convierta en un patrimonio de la región Sur y una referencia nacional e internacional, donde cada año se despide con un concierto impactante de la Orquesta Sinfónica Nacional en una dimensión popular, responsabilidad de un descendiente banilejo, el maestro José Antonio Molina.

El Centro se ha convertido en difusor de la cultura banileja, en el centinela que vela por su existencia e identidad, siendo la acción más notable la revalorización de la UNESCO de la revista Páginas Banilejas como patrimonio documental del Caribe, América Latina y el mundo.

La mediateca del Centro es una de las más valiosas del país, abierta para los investigadores, estudiantes, profesores y público en general.  Entre documentos tiene la colección de libros de historias locales más completa del país, con una colección de Páginas Banilejas y entre las joyas bibliográficas tiene un ejemplar de la edición del  libro de Carmita Landestoy, banileja antitrujillista, “Yo también Acuso”, siendo el único ejemplar original que existe en el país de su publicación, ya que las ediciones del Archivo General de la Nación y el Ministerio de Cultura fueron reproducidas de instituciones internacionales como el Congreso de Estados Unidos.

Acorde con su filosofía y visión cultura, la tarea de vigilancia con celos de la cultura banileja, del “banilegismo”, el Centro quiere que sea compartido por todos como privilegio y para estimular y valorizar esa actividad, redimensiona la realidad para que este sea un reconocimiento de orgullo, legitimado ceremonialmente en una distinción pública.  El primer reconocimiento como Centinela de la Cultura Banileja, recayó en “Prandy”, un personaje reconocido por todos, símbolo de la valorización, el orgullo de la cultura banileja y un ser humano excepcional.

El 19 del presente mes de septiembre, en ceremonia formal del Centro Cultural Perelló, será designado Dagoberto Tejeda Ortiz como Centinela de la Cultura Banileja, que será recibido con orgullo y humildad.  Es una distinción como reconocimiento al trabajo realizado en valor por la revalorización y difusión de la cultura banileja, el cual es un compromiso de vida para seguir haciendo lo que ha hecho con más celo y determinación, integrarse a las actividades del Centro, como centinela de la cultura banileja.

La familia Perelló ha dado un ejemplo de empresarios con conciencia nacional, visión patriótica y un amor hacía su pueblo, al igual que la familia León en Santiago.  Diez, quince, veinte o más empresas con esa visión que sean capaces de hacer la acción cultural de la familia Perelló y la familia León, se reproducirán los centros culturales, crecerá la cultura dominicana, contribuirán al mayor desarrollo de la identidad nacional y  cada dominicano se sentirá orgulloso de su pueblo natal.

Uno de los murales que adornan el interior del Centro Cultural Perelló