Por aquí anda un toro bravo, Primo hermano
Que cuando le pica el hambre, no hay soga que lo sujete
No hay alambre que lo aguante Yo vide un toro así mimo
Que se baña en los alambre
(Toro Bravo/Luís Días)
Al menos quien suscribe creía, en los tiempos de la juerga y el bonche de uso continuo, que el Veterano nunca iba a envejecer. Que no llegaría a los 70 años. Mucho menos morir antes de esa edad. Algo similar a la generación flower power que desconfiaba de los que ya habían cumplido 30 años. Hace rato que la edad de la inocencia falleció de muerte natural.
Luis Días, Maestro de la Música y Padre del Rock Dominicano , así con mayúsculas, hace 13 años no está con nosotros. Ahora sería un señor setentón. Seguro más pausado y con menos energía para lanzarse desde una tarima, guitarra en mano, a tocarle al público que una noche lo fue a ver en lo que hoy es la Plaza Juan Barón.
Recuerdo la noche: jartura de chimis con pan de agua, tomate y mucho picante (buenísimo ¡!!!) cervezas y la excitación de escuchar desde el calor y el salitre a Vickiana tiene encendido un bombillito a donde van todos los presos a sentarse y a leer muñequitos.
El joven Terror en vivo y directo. Rodeado de los antiguos s cascos negros a los que el Veterano les lanzaba besos. “Saludos al teniente, allá, al fondo, beso pa ti y los muchachos”. Y el público gozó el atrevimiento. Se vacilaron la ocurrencia.
Retornando de cabeza al presente. Previo a la actividad en el Centro Cultural de España de #Los70delTerro Retrospectiva de Luis Días auspiciada por Discolai.com y Producciones Camden bajo la conducción de José Duluc, Oscar Chabebe y Manuel Betances, me atreví, mejor dicho, me arriesgue a preguntarle a tres figuras ligadas al Veterano, de alguna manera, sobre Luis, entre los vivos, con 70 años recién cumplidos.
El primero en contestar fue el compositor y músico José Duluc, compañero de vida y de música del Terror. “Ahora mismo disfrutaría de lo que sembró, de su obra, aquí en su patio como en el extranjero. Luis sería más maduro. Compuso hasta el día de su muerte. Con eso te lo digo todo”.
El cronopio Manuel Betances. Y dice así. “Yo creo que ahora fuera una persona más madura y consciente. Alguien que estaría con un ojo muy acucioso y bastante crítico con lo que sucede en la sociedad, tanto en lo musical como en los acontecimientos que a diario nos toca vivir en nuestro país y a nivel global”.
Luego , le tocó el turno a Kim Sánchez, precursor del rock y gestor cultural. Y también dice así “Yo lo visualizo como un artista que hubiera madurado lo suficiente para ofrecer mejores frutos. Luis vivía en constante evolución. Nunca dejo de experimentar. Lo visualizo creando sin poner nombre a las cosas, sin etiquetas, Yo considero que la obra de Luis debe tener un nombre, un nombre que todavía no lo tiene”.
Ahora me toca a mí. Lo imagino cogiendo fresco bajo una mata de mango , bien frondosa, guitarra en mano. Canoso, transparente, limpio y descalzo como una vez lo vi correr en una comunidad de Samaná. Disfrutando del campo. Sacando de sus entrañas tonadas monte adentro. Lejos del ruido de la farándula y de los tráfagos de la ciudad.