En la literatura dominicana lo breve no encuentra espacios. Para algunos escritores, sobre todo principiantes, escribir es presentar una "sabana" o una "longaniza"de palabras, a veces sin criterios, ni razón de la extensión, eso significa para ellos " saber escribir", como si el valor estético de un texto, está prefijado en la extensión del escrito, y no en el dominio que, del discurso o de la lengua y sus universos simbólicos y expresivos, se tenga, por parte del sujeto creador, en este caso por parte del narrador.
En contra de los cánones del escribir textos extensos, está el principio de lo breve, el poder de la síntesis o del resumen al escribir.
Contar, decir o comunicar de manera breve es cuestión de experiencia escritural que expresa densidad y manifestación de buen dominio en el uso de la lengua, por parte del escritor.
Esa magia no está en todos los escritores. Yo anhelo tenerla y lucho a cada momento conmigo mismo por obtener ese valor expresivo en mi práctica cotidiana de la creación.
Aprender a comunicarse de manera sintética o resumida debe ser una de las tareas de cualquier sujeto-comunicador. En la mayoría de nuestros escritores esta es una tarea muy difícil.
En la literatura dominicana contemporánea hay modelos a seguir, como es el caso de Marcio Veloz Maggiolo (1936-2021), y actualmente, tenemos varios autores y autoras fundando su escritura desde la brevedad.
Esto es lo que ocurre con el narrador y cineasta Leo Silverio y su obra "Puesta en abismo" (Microcuentos. Crónicas de travesías y sueños). Editorial Santuario. Santo Domingo, República Dominicana. Primera edición. 129 págs. 2023.
El libro presenta en la portada una obra de la pintora Rosa Esther Lamarche, sin título, con técnica mixta, en acrílica y óleo. Tamaño: 21 x 14 pulgadas. Consta de un total de 114 microcuentos o microrrelatos y un prólogo escrito por el poeta, dramaturgo narrador, destacado escritor para niños y niñas César Sánchez.
En la introducción o prólogo, César Sanchez destaca que "(…) el renglón más popular de la narrativa escrita en la última parte del siglo XX, ha sido el microrrelato", también conocido bajo la denominación de minicuento, minificción, microcuento, cuento breve o cuento brevísimo
(…). Ver pág. 15 de la obra citada.
Este contador de historia cortas se nos presenta, esta vez, con una obra narrativa proyectada por una diversidad temática que conlleva al guionista y cineasta, a ubicar su imaginario en distintos países, para contarnos alguna historia, desde su mirada ficcional.
Para César Sánchez Beras, narrador y poeta dominicano, "Leo Silverio, con esta obra, se consagra en la búsqueda de la brevedad minimalista" (Ver prólogo escrito por Sánchez Beras, pág. 16. Obra citada).
Se trata de una condensada en el decir desde la condensación de lo narrado, procurando conllevar al lector a formarse un amplio mundo sobre contado, en el mínimo de palabras del autor y del narrador, quienes, no siempre son los mismos, en una narración.
Realmente, el autor de estas narraciones, se auxilia del cine, para simbolizar los hechos y resumirlos en las acciones sorprende de sus personajes o sus realidades contextuales.
Este es el narrar desde lo mínimo,con el objetivo de sorprender al lector, y atraparlo desde la brevedad de su discurso narrativo. Lo breve, entra aquí a comunicar universos, por lo que cada palabra escogida por el narrador, no está plasmada al azar, sino desde un intencional acto de planificar el qué digo, el cómo lo digo y el para qué lo digo. Esta una narración repensada, planificada de antemanos.
Eso indica que al primero que el autor le cuenta las acciones que en cada uno de estos breves relatos acontecen, es a sí mismo. Él mismo se constituye en su primer sujeto-público, para entonces integrarnos a nosotros, sus lectores, como parte de la trama que ha estructurado, fuera del texto ficcional.
"Puesta en abismo" (2023)-Microcuentos-,es una muestra del dominio alcanzado por el sujeto-autor, en esas lides de contar hechos a distintos públicos, sin cansar al otro, sino entendiendo a los otros e integrándolos a su narrar y a su imaginar.
Con esta obra, Leo Silverio se constituye en un cuenta cuentos, con la marcada la intención de sumergirnos, como lectores o como escuchas, en sus diversos panoramas narrativos. Nos cuenta sus cuentos, para que los escuchemos o para que podamos leerlos, integrados a sus tramas, desde un contar breve…o brevísimo que sitúa sus distintos panoramas, dentro de cada narración.
Aquí hay finales de narración que nos atrapan y descubrimos su fin, al sentir el asombro que nos deja su conclusión, ya sea al leer o al escuchar lo que se narra. Son finales de flash cinematográficos que envuelven de asombros a su público, ya sea como sujetos-escuchas o como sujetos-lectores.
Brevedad y sentido relampagueante de la palabra dicha o escrita, por parte del sujeto autor, en una armazón narrativo de sorpresas que traslimitan la significación de la trama, desde la inmediatez. La introducción del hecho, su nudo y su desenlace, aquí quedan organizados, a manera de trampa para el lector o para el sujeto que escucha.
En este caso, en dos oraciones, Leo Silverio, nos narra toda una historia en torno a la esperanza del ser humano, la que, al final, se convierte en vacío, en nada. Veamos.
"Caminamos en lo profundo del bosque.Atravesamos todo lo ancho del desierto.Después,arriesgamos el pellejo para cruzar el mar, y no encontrar nada. La esperanza es una pasajera ilusión al igual que nosotros".
(Ver microcuento "La esperanza", pág. 30. Obra citada).
Veamos ahora, como y de qué manera, el sujeto-autor, desde tres (3) líneas que forman dos (2) oraciones, nos expone una extensa historia sobre una viejo problema de la humanidad, más allá de las fronteras humanas: La ilegalidad.
"Luego de mucho vagar, preferí la cárcel al desprecio de la gente; el hambre a la limosna leprosa. Los ilegales somos una carga en cualquier país, el resto, es solo letra muerta en los periódicos".
(Ver microrelato "Ilegales", pág. 32. Obra citada).
Ahí queda cifrada esa situación que hoy atraviesa el mundo. La ilegalidad es uno de los más viejos flagelos por los que atraviesan nuestras naciones, y esa situación es explicada aquí, desde la imagen de brevísimas expresiones, sin dejar de expresar el dolor y la angustia que nos genera. Hoy nos constituimos en un universo de indocumentados en nuestra propia tierra.
La síntesis narrativa de lo aquí expresado, nos queda al leer su microcuento titulado "Ramsés II (Historia III). En una oración, el sujeto-autor atrapa al lector en lo que , para explicar esa historia, se ha llevado varios tomos de y legajos de papeles, mientras todo queda consignado en dos líneas y una oración. Veamos:
"Un gobernador en cada estrella y yo el gran faraón, Ramsés II, eterno e infinito en todo el universo".
Ver pág. 35. Obra citada).
Cuando nos encontramos con el microcuento titulado "Palaestina" (Historia III), con un epígrafe que dice:
"¡ El pan de Jericó es bendición de Alá!", es cuando quedamos atrapados en en el asombro del asombro. Veamos esta historia, contada desde una línea oracional:
"Me niego a cruzar a Israel. Palestina no tiene fronteras".
(Ver pág. 56. Obra citada).
Estamos ante un autor que, sin titubeos y alaracas, ha perfilado un decir desde la síntesis expresiva, para narrarnos sus historia, como si procurara envolvernos en sus cintas cinematográficas y convertirnos en su espectador exclusivo, desde la magia de la palabra.
Aquí la metáfora es significación y síntesis de lo relatado. La historia dicha va más allá de lo expresado o de lo escrito, para convertirse en el relato de las sorpresas, desde el narrar de lo resumido, para sugerirnos multiplicidades de mundos encontrados en cada espacio de sus escenas.
Todo cuanto ocurre en cada escena narrativa, es el resultado de una planificación de los hechos. El azar no queda aquí como una ñapa espontánea del narrador, no, aquí el narrar responde a un diseñado plan del esquema narrativo del sujeto-autor.