“El sexo forma parte de la naturaleza. Y yo me llevo de maravilla con la naturaleza”- Marilyn Monroe.
El narcisismo sexual podría definirse como un conocimiento fastuoso de la capacidad sexual, que en el entendimiento del narciso le permite intervenir en actividades de manejo emotivo y corporal en perjuicio de la pareja. Notablemente, el narcisismo sexual está muy acentuado por el déficit de intimidad. En el vínculo, el cónyuge se agota para complacer las exigencias yoistas del narcisista.
Los narcisistas, son seres diestros en convertir en viciados a sus afectados, es paradójica esta disonancia cognitiva porque, aunque padezcan humillaciones y crueldades sus víctimas se dejan engañar continuamente, cayendo en su anzuelo y los narcisistas tienen su especialidad para atraparla entre sus brazos, con una astucia extraordinaria.
Estos, usan una gama muy basta de tácticas de manejo siendo la más persuasiva el sexo. Emplean los nexos sexuales para atrapar instaurando un vínculo parecido a un gran filme sentimental, creado a la dimensión y anhelo de sus presas. Esta relación que suele ser prodigiosa en sus inicios no es impensada y no tiene nada de impulsiva. Es fríamente calculada, comienza con ese asedio amoroso, ese acoso maravilloso impregnado de un enamoramiento especial que enganchará y se quedará flotando en el corazón de sus presas. En este periodo los detalles florecen. Regalos, cuidados, una deferencia romántica inigualable, toda una creación de excelencia para el anclaje, pero para su complemento el sexo es el elemento seductor que finaliza el ciclo de acción afectuoso, este tiempo se recordará y se querrá reproducir, aunque esté en pequeñas porciones, pero la triste verdad es que el sentimiento vasto de esta relación solo es un espejismo creado por el ilusionista.
Desde el comienzo este ser contempla y erige su interpretación magistral para ligar. Se amolda a todo lo que place, a las preferencias, descubre aspiraciones insondables. Ahonda en la naturaleza del ser, complace brindando apetencias como en un sueño mágico.
A menudo ellos se proyectan con rapidez. Su intensidad y velocidad son complementos que aturden. Este período quieren apresurarlo porque los estropea, les suscita debilidad minando su potencia, de esta manera los sujetos sometidos no tendrán oportunidad de razonar con claridad. Los manipulados están en un estadio de dilemas y se entregan sin entender que van en línea recta con destino a un precipicio visceral. A veces estos sujetos narcisistas pueden tener un paso pausado dependiendo de si su presa va a una velocidad lenta en lo sexual. Estos narcisos siguen actuando acorde a la manera de ser de sus presas y podrían declararle que el sexo no tiene una relevancia significativa. De este modo provocan seguridad, ganándose su confianza y entre sus garras apresarla despacio. Cada ser manipulado es diferente. Si a uno lo rige el amor, la efusividad, el narcisista expresará su ímpetu prontamente y su objetivo será inducirlo a tener sexo arrebatado donde todo aparente que surgió de lo impulsivo, de una chispa de amor y enganche singular, una unión incomparable.
Los narcisos esperan que las víctimas conciban que no puede haber otros seres idénticos, que no se pueden acoplar con nadie que no sea como ellos. Estos vampiros psíquicos ofrecerán el cuerpo y este será el mecanismo para encadenar. En sus actuaciones su desempeño será hacer que sus sometidos experimenten que son únicos, significativos, valiosos. Aunque esto solo ocurrirá en el lapso del asedio amoroso.
Después de esta etapa, empiezan a humillar, a desdeñar, van disminuyendo la valía, hacen que sus oprimidos/as se cuestionen en su todo, que se sientan opacados, inseguros de su cuerpo, de su sexualidad (en la conexión con ellos). Perversamente empequeñecen las capacidades, los anhelos, la empatía y la entrega. Súbitamente los subyugados cambian de ser especiales y superiores parejas de este universo a ser personas sin relevancia que no pueden conseguir saciarlos en el sexo, pero esto no es más que un señuelo para ejercer abuso, atropello, desgaste. Esto lo hacen para que sus presas duden de ellas mismas, de sus potencialidades.
El asedio amoroso donde se inserta el erotismo ocasiona dependencia, adicción. La dopamina va destilando placer desprendido de los sesos, esta cortisona produce mucho goce (placer al sexo, es adictiva). Esta hormona está presente cuando se bebe alcohol o se consumen componentes agregados que suscitan satisfacción y el cuerpo reclama consumirlos cuando no obtiene ese placer. Pero esto se puede convertir en un daño mortal si no se frena. Las víctimas no experimentan amor, solo sujeción. Querrán recuperar este tiempo estelar sublimizado marcado por el sexo y obnubilado por la seducción. Este enamoramiento repleto de esperanzas de esas vivencias mágicas y emociones envolventes, que arrobaban. Sin percatarse del desligue visceral que sienten los narcisos.
La complicación consiste en la no correspondencia del sexo con el amor. Un vínculo satisfactorio sexual no es equivalente al amor y a un acoplamiento psíquico. Los narcisos emplean alocuciones para desconcertar, se dedican a dominar, sacan partido de la turbación y astutamente inventan que existe un lazo maravilloso y singular que jamás lo habían sentido con nadie y otros tipos de pláticas efusivas que generarán una invidencia emotiva, enajenada de alegría sin que se advierta que no hay cariño y sentimiento verdadero en voces o expresiones. Es inaudito su alejamiento en la confianza real, la falta de honradez lastima la maleabilidad en el proceder. ¡Cuánta superficialidad! ¡Cuánta elaboración! Todo un proyecto perfecto pero irreal, mientras los sujetos sometidos están sumergidos en el entusiasmo y deleite de esta fase no captarán la crudeza de esta verdad y empezarán la entrada a respirar una quimera del instigador trastornado. El acto sexual le vale para estampar el tiempo radiante del bombardeo de amor que no es más que un afianzamiento sensible en el que no se olvidan esos instantes dichosos.
Pero el suplicio viene detrás, esa destitución que aniquila cuando estos engendros te tienen bajo su poderío después de confiar, de colgarte en la red de ese enamoramiento sutil. Justo aquí empezará el ciclo del rebajamiento y claramente incluido el sexo. Esta hipotética fabulosa unión sexual que estaba entre los dos, donde la víctima era inmejorable y lo que se veía distinto entre ustedes comienza a deflactar gradualmente como la altivez turgente del narciso.
Cuando la bola se atraviesa se revela que solo era aire que había dentro. Es toda una ilusión conformada, postiza y la verdad es que el narcisista tramposo tenía la voluntad de sustentarla en el transcurso del tiempo. Todo era una trampa para producir adicción y engarzarte con toxicidad. Cuando aguardas a sentir nueva vez este placer y requieres el sexo entonces el narcisista tiene el control y esa es una ración complementaria para él. Es la puntada para la aproximación del descarte progresivo, una de sus tácticas es suprimirte el sexo como una sanción cuando no le complaces en algo que quiera.
Esto crea mucha turbación, surgen preguntas como: ¿Si todo era perfecto y único entre nosotros, debí hacer algo muy mal para que esté molesto/a? La presa accede a sus caprichos. Maneja el sexo como un arreglo, un entendimiento y lo usa como si fuese una gratificación cuando se le complace. Es un remiendo hacia la adicción, un incentivo a esa práctica agradable para obtener recompensas.
Este comportamiento se reproducirá cubierto de crueldad, el narcisista será severo desplazándote de a poco y obligándote sin que te des cuenta a ser esclavo/a de lo que le apetezca, entrarás en un estado de discordancia creyendo que algo te agrada y no es así, que disfrutas y la realidad es que no lo haces, tal vez nunca optarías hacer con otra persona lo que el psicópata trastornado te propone, Lo haces porque no quieres perder el placer que él te proporciona. No es nocivo probar experiencias nuevas intensas siempre que estés de acuerdo, a los narcisistas le gusta el fetichismo, sadomasoquismo para subyugar a sus presas y desenterrar su real ‘‘yo’’. Ante la máscara coartada perfecta de ardor en su campo sexual. Esto debería sucesivamente estar acordado y ansiado por los dos. No se debe sentir imposición o censura si no se apetece realizar algo para que ambos gocen. Los convenios son para no sentir fallas o coerción. Y cuando esto ocurre tu interés lo han resquebrajado y es necesario que tengas repudio a efectuar cualquier clase de práctica sexual que te importune. El narcisista no tiene ningún derecho a tocarte sin que tú no quieras. Los narcisos están acostumbrados a no mostrar empatía. Sienten que eres un objeto que pueden poseer a su antojo, no muestran el mínimo respeto al exhibir su agresividad. No puedes dejarte abusar por estas conductas. Después que pasa la etapa dorada te llevará a su contorno, solo le importarán sus deseos y resarcimiento sin ni siquiera estimar los tuyos. Tus propuestas las desestimará. Todo será a su modo, en efecto él no hace el amor contigo sino con el mismo.
Los narcisistas si hay espejos se miran en ellos con complacencia y a ti te utilizarán como un envase. No aceptan opiniones, ni recomendaciones, se enojan y son capaces de expresar que con todas las personas con las que estuvieron antes siempre lo halagaron, que solo contigo son las quejas, que tienes la culpa, que eres egotista y solo piensas en tu propia satisfacción sin pensar en él y no podrás expresar tus anhelos.
Cuando quieras que algo se haga a tu manera, lo sentirá como una afrenta en torno a su vastedad y eminencia a la apreciación de sí mismo porque cree que todo en él es perfecto y no le importa para nada que puedas disfrutar, pues en la primera etapa hizo creer que le importaban tus deseos, pero no era por inclinación sino porque quería maniobrarte y generar caos mental y emotivo en ti.
Recuerdas esas noches románticas y quisieras volver a probar esa sensación placentera, el envilecimiento sigue su agitado discurrir haciéndote dudar de tu rendimiento en el sexo, de tu cuerpo, vigor, de todo conjuntamente. Te comparará con parejas anteriores dirá que eran mejores, más bonitas, que les soportaban todo. Comenzará a trilaterarte con otros/as para que te sientas inestable y deficiente. Será irónico con alguna imperfección que tengas, sarcástico si tienes un complejo, podría decirte que has aumentado de peso, que ya no tienes el mismo desempeño en la cama, pero que a pesar de todo eso sigue contigo, que eres dichoso/a, que te quiere así, pero que tienes que cuidarlo para que no se aleje de ti, haciendo tu mejor trabajo con esmero.
También te expresará que la relación carnal entre ustedes se está tornando tediosa. El narcisista con esto obtiene dos cosas:
1-Que experimentes incertidumbre y temor a que te deje por otra persona.
2-Que te afanes más para contentarlo y que comiences a realizar todo lo que te pida, aun cuando verdaderamente no sea tu deseo realizarlo. Solo para satisfacerlo y encontrarte querido/a otra vez.
El orgullo lo sentirás muy lastimado que requerirás revalidarte en su libido, explorarás distintas formas para reconquistar su apetito carnal por ti. En lo sucesivo tendrás fijación para bajar de peso y realizarás diversos programas y variaciones solo para conseguir que se vuelva a interesar por ti.
El narcisista de esta forma comprueba su poder. Siente una emoción más ardiente, en demasía reconfortante, inclusive que cualquier orgasmo. Su jubilo reside en refrenarte, en apreciar el dominio que ejecuta sobre ti. En atenuar tu respeto de ti misma/o a una escala en descenso donde percibas que ningún ser humano podría pretenderte para que quedes a su concesión.
Siempre surgirán dudas: ¿Estuve a la altura de sus expectativas? ¿Se cansará de mí? Esta secuencia manipulativa se redoblará si no consigues captarte oportunamente quedando prisionero/a de tu particular aditamento y desbarajuste cerebral. El propósito del sexo para ellos siempre será un engranaje de preponderancia y utilización. Un disparo de estrés. Esto es meramente somático, realmente no perciben una comunicación amorosa o enternecedora. El narcisista conoce la valía y consonancia sentimental que se le confiere a lo sexual, por esto el sexo es una herramienta esencial y vital, le da mucha significación, lo mejora, optimiza y abraza a cada una de sus víctimas, este tipo de mecánica hace que sus sometidos sientan negación por su cuerpo y puede acarrear dificultades con posteriores cónyuges. Puede provocar un efecto repugnante por el sexo, privación de apetito sexual, indecisiones diversas.
Sus relaciones son pocos saludables con el coito y su tratamiento es una tarea autogratificante. Los engendros con este trastorno están habituados a conseguir lo que se propongan y solo ponen su placer en primer plano y esto no es una señal venturosa para una vida sexual adecuada. Las banderas rojas no engañan, si quieres una verificación de que tu pareja padece este desorden de personalidad, busca estos signos en el lecho.
Deja a sus parejas con insatisfacción, ellos no priorizan complacer y por eso la relación sexual es totalmente desfavorable. Cuando se pasa una noche con ellos te harán sentir deprimido/a, hacen alarde de sus amantes y conquistas sexuales, no muestran timidez a la hora de vanagloriarse de sus vivencias amatorias y con todas las personas que han tenido sexo. Si se le niega el sexo se tornará espinosa la vida por un tiempo. Nunca esperes su comprensión. Si no disfrutaste en la última salida, si sentiste dolor al ser tocado/a te dirá que tu satisfacción es tu propia obligación. Los narcisistas eliminarán interrogantes que tengas sobre la conexión sexual entre ambos. Los compromisos no están en sus planes, no les interesa. Si esperas eso entonces el desengaño lo sentirás en el espíritu. No están dotados para tener uniones sanas, ellos frustrarán todos los intentos para no llegar a tenerlas. No muestran afecto, cariño. Es presumible que no comprendan su significado. Si estás enredado/a con un narciso desestima los mimos, gestos tiernos, caricias, juegos preliminares a la intimidad sexual. Olvídate de abrazos cálidos después de la entrega amorosa. Después que llegan a la culminación y a la gratificación se levantarán de la cama. Desgraciadamente no tienen la disposición de amar. Enjuiciaran a sus parejas. Paradójicamente esperan de ellas halagos. En la sexualidad se trata de reciprocidad. Pero con estos patológicos no aplica dar y recibir. Con ellos es una distribución independiente. Exigen opiniones favorables sobre su rendimiento y las necesitan para vivir en su egocentrismo, pero perversamente censuran el tuyo, porque para ellos no cumplió sus expectativas. Precisan ser superiores.
Les urge el contraste, específicamente de la asiduidad de las relaciones sexuales. Si otros sujetos tienen más logros sexuales estos trastornados patológicos se sentirán amargados y si fuera inversamente su sensación será de regocijo. Para los narcisistas los abrazos son un modo de enlazar y retener bajo poder. No quieren hacer progresar un enlace emocional con sus presas ni desean complacer sus exigencias o el afán de proximidad.
La conmoción que deja el apareamiento con estos vampiros psíquicos es devastadora, los moldes conductuales en ellos por causa a su desregulación sensitiva y con dificultades alteradas de personalidad conducen toda su libido alrededor de ellos mismos, se encumbran cuando se dan placer en solitario. Sus conquistas son un accesorio, muy incidentales. Esta acción se llama ipsación y esto significa que en sí mismos son su elemento erótico. Disfrutan la ostentación de exhibir su autoerotismo.
Cuando se sienten contemplados esto los excita grandemente. Gozan de la apodisofilia (relaciones sexuales con extraños). Se objetivizan y utilizan el cuerpo de sus conquistas como un juguete de placer y es un juguete canjeable, sustituible, no existe una relación íntima ni sentimiento puro. El narcisista se hace el sexo a sí mismo. La sexualidad con el narciso siempre va a ser autodestructiva por el desequilibrio que causa en ti. ¡Cuántos impactos nocivos!
La vida se torna siniestra, insólita. El narcisista inutiliza tu ser, tus ansias, tu inventiva. Te conviertes en una persona vacua. No te alimentas de vivencias nuevas. El perverso mental te roba tu vigor y es muy satisfactorio para él. Puedes llegar a tener padecimientos como: insomnio, depresión, migrañas y afecciones autoinmunes. Es un atrofiador de tus emociones. El acto sexual va dejando de tener significación porque te sientes maniatado/a, utilizado/a. Es triste saber que nada es recíproco en lo emocional y esto bloquea tu capacidad de autoconocimiento, tu plática íntima es nociva. Vas cuestionándote, titubeas de ti mismo/a, sientes menosprecio y empiezas a minimizarte. Eres irreconocible frente al espejo de tu existir. Te miras como una cosa, un objeto sexual secundario. El narciso es adúltero, libertino, inmoral y muestra apatía y desapego hacia ti. La imprudencia y la vergüenza te consumen cuando te miras en los ojos del perverso.
Las fantasías del narciso evidencian el temor que tiene a lo íntimo. Su aversión y rechazo a las mujeres, la obsesión de dominar el onanismo, el fetichismo, masoquismo y sadomasoquismo, entre otras perversiones, son encubiertas. Las complicaciones de igualdad de género y diversas erotopatías sexuales. Las fantasías del trastornado psicopático lían la deshumanización violenta de un ser sin cara, sin nombradía. En muchas ocasiones sin sexo o en ambientes genéricos impropios o singulares. En sus fantasías transitan agresiones, homosexualidad, parafilias. Los seres vinculados no son humanos, son pedazos de cuerpos que se introducen en sus ensueños (metidos en su propio cuerpo). Todo esto ocasiona la extrema fogosidad. Se asemeja a un director de películas pornográficas. Un voyerista que disfruta al máximo las escenas que mira. La exhibición de sí mismo le excita. Todo esto con un equipamiento actoral que se intercambia. Sus fantasías están carentes de algún deseo de rendimiento o de un impulso de compensar a la actividad obscena, sensual.
Nunca el narcisista querrá satisfacer a estos sujetos incógnitos. Esto no está en su cabeza, en su razón. Estos individuos deben interpretar su papel como autómatas (androides), Si su pareja real acepta sus fantasías está forzada a manejarla como un simple repuesto, un cuerpo con que se masturbará, un juguete infectado en ceremonias de orgías y cambios de parejas, la convierte en una ramera, a su pareja la transforma en una zorra. En su cerebro, con esta clase de mujer, él logra tener sexo lascivo sin sentimientos en su pensamiento desordenado. El narcisista retiene su intimidad y su amor a féminas asexuadas como las vírgenes porque son carnalmente inasequibles, imposibles.
Su progenitora es un ser inalcanzable, él compara a su madre con la prostituta y sabe que nunca habrá similitud entre las dos, por esta razón se hastía. Va en busca de una gama de mujeres, de figuras inorgánicas en una escenografía creada por él. Muchos narcisistas son andróginos escondidos, transexuales. En esos escenarios creados a su gusto. Intentan interpretar papeles enfilados a sus preferencias pretendiendo que sus parejas los interpreten por estrambóticos, prohibidos y exagerados que pudiesen ser.
Estos psicópatas están conscientes que sus cónyuges a veces no aprobarán tales extravagancias. En ocasiones se cuidan de exhibirse con tanta desfachatez, para que no le nieguen sus deseos, porque pueden perder el otro suministro que es la asistencia y los agasajos. Cuando ellos se exponen al descubierto desatan en sus parejas resistencia, asco, pavor y alejamiento. En su generalidad no revelan ese tipo de fantasía con sus consortes. Los narcisistas racionales exclusivamente se apartan a la abstención erótica justificada en el autoerotismo impulsivo, nutrido por la sicalipsis (malicia sexual) Los narcisistas orgánicos exploran apasionadamente víctimas frescas para ofrendarlas en el lugar profano de su ficticia humanidad. El narcisista oscila entre calculador y físico, de acuerdo a sus ventajas. ¿Vale la pena estar al lado de un ser con estas peculiaridades? La sexualidad es esencial en las conexiones del hombre y la mujer ¿Cuánto te sacrificarías por un narcisista que no respeta tú sexualidad? Estos seres nunca cambiarán, jamás podrás transformarlos.
En una unión saludable y auténtica se precisa mucho el bienestar de los dos amantes. Se dialoga, se dilucida si hay dificultades concernientes a lo sexual, para encontrar la resolución al problema. Con un narcisista no hay posibilidad de hacerlo. ¿Cómo podemos conducir a un narcisista sexual? Si tienes el presentimiento que tu pareja es un narciso sexual. Hay alternativas para aclarar tu panorama, puedes tener un diálogo amplio, claro con él, buscando resultados para sanar la relación.
Posiblemente el narciso lo tome como un insulto al egocentrismo inflado que tiene de sí mismo y decida vengarse. Tratarse con un terapeuta sería lo más conveniente si está en el ánimo de los dos. En caso de que el trastornado no quiera admitir el proceder inadecuado en su accionar y procurar subsanar la relación, debes preocuparte por tu salud mental. Tu tranquilidad emocional debe ser lo más importante.
Ten presente que, si no dejas al narcisista porque tienes miedo, este logrará lentamente desligarte más de ti. Erige y reclama la aprobación a los términos sexuales que apruebas para ti. Crea un programa de seguridad. El tratamiento personal (terapia) puede ser que aplique para pugnar con las circunstancias adversas que estás viviendo.
Si el narciso no acepta ninguno de estos correctivos, lo probable es que a la unión de ambos le haya llegado el final. Y si la dinámica que envuelve su sexualidad gira en la inhibición sexual o la agresión sexual psíquica y/o corpórea, lo más oportuno que tendrás que hacer es comunicarte con organizaciones y autoridades pertinentes que te ofrezcan su colaboración y ayuda para tu bienestar emocional. La ruta a tu mejoría, a ese rescate de ti mismo/a se llevará un periodo, una duración, que puede ser prolongada. Necesitarás documentarte. Requerirás auxilio profesional cualificado. Deberás comenzar tu desarrollo de recuperación para que sanen tus heridas. Debes ir al encuentro fortuito de buscar tu amor propio, aceptar lo que perdiste de ti y aceptar lo que podrás volver a ser. En un comienzo lleno de luz donde las sombras quedaron atrás.
Te manipularon, te confundieron en un caos mental, violaron tu alma, no hay fallos en ti, la opresión se fue. Si entiendes esto, si lo interiorizas, caminas hacia tu mejoría. ¡No mires atrás! podrás sanar.