El resultado militar de las expediciones de junio de 1959 es harto conocido. Todo se sabe acerca del trato dado a los comandantes de los desembarcos de Constanza, Maimón y Estero Hondo. También se sabe que la furia ilimitada del tirano ordenó ataques despiadados por aire, mar y tierra contra la dignidad de los dominicanos. Sabemos, además, que los expedicionarios de junio estimularon los anhelos libertarios que durante mucho tiempo anidaban entre los dominicanos. Tan grande fue la conmoción que perdimos el miedo, vimos más claro el porvenir y nos lanzamos  a labrarlo seguros del éxito de la razón sobre el terror y  la fuerza.

En la intrepidez y el amor patrio de los expedicionarios de junio del 59  está la reedición de Cayo Confites y Luperón, junto a la inspiración del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, de la acción valiente de los panfleteros de Santiago y de la apertura de las complicidades contra el tirano sin que importaran las consecuencias. Desde entonces, la acción heroica, el ejemplo de los combatientes y de sus comandantes Enrique Jiménez Moya, Delio Gómez Ochoa, José Horacio Rodríguez y José Antonio Campos Navarro, ha dicho presente en todas las batallas libradas por la libertad y la dignidad del pueblo dominicano. Nuestra inclinación reverente ante la memoria de aquellos hombres y mujeres que, sin proponérselo, rompieron la barrera del tiempo para ser parte de la Raza Inmortal.

(18 de junio de 2023)