Con motivo del Día de la Independencia Nacional, proliferan los discursos y las celebraciones sobre la patria. El Programa Nacional para la Promoción de la Ética Ciudadana (PROÉTICA) ha querido aprovechar la ocasión para reflexionar sobre el acontecimiento desde una perspectiva distinta a la meramente protocolar. Por ello, organizó la conferencia: Una mirada ética de la patria, a cargo del Dr. Wilson Genao, historiador e investigador del Centro de Estudios Caribeños, quien propició un espacio de reflexión crítica sobre las perspectivas más convencionales de la patria.
Luego de presentar una panorámica histórica sobre el tema de como se ha entendido el concepto de la patria desde distintas tradiciones del pensamiento dominicano, el Dr. Genao ha motivado una mirada ética, retomando la idea originaria del proyecto duartiano, según el cual, la construcción de la nación está indisolublemente vinculada a la promoción de la justicia y del interés común.
En este sentido, la mirada ética de la patria externada en nuestra actividad estimula a un examen de los males que obstaculiza la realización de un proyecto de comunidad sostenible: la corrupción, la instrumentalización, el autoritarismo.
La corrupción socava el proyecto de interés común al generar déficits económicos y sociales; la instrumentalización convierte a los conciudadanos en medios para la satisfacción de las apetencias personales en detrimento del bien general; el autoritarismo destruye las instituciones colocando el capricho personal del caudillo por encima de criterios razonables de convivencia democrática.
La preocupación por la nación dominicana no es inseparable del cuidado por el entorno donde nuestro proyecto de comunidad debe afianzarse. Como señala el filosofo Gabriel Marcel, la seguridad existencial fundamental consiste en la afirmación de un lazo original con un entorno concreto al que pertenecemos como a un nido. Este cuidado implica la protección de nuestro ecosistema, un cuidado en nuestra relación con los otros que comparten este lazo de comunión.
En conclusión, una mirada ética de la patria implica un compromiso con el sentido originario de ética (ethos), el lugar habitado, la raíz de donde emergen las acciones humanas y, por consiguiente, alude más al conjunto de prácticas que podemos realizar para sostener nuestro lugar común que el conjunto de discursos o palabras con que podemos enaltecerlo.