Es obvio que la confrontación con la iglesia católica es inoportuna, innecesaria y extremista por parte del gobierno de Daniel Ortega y de su bien poderosa vicepresidenta, Rosario Murillo. Hace mucho que las confrontaciones desde el ángulo ideológico-filosófico entre iglesia y poder político, asumido desde el prisma de los llamados gobiernos de izquierda, perdió fundamentación ideológica y por supuesto, política.

Las creencias religiosas son un espacio de la vida del ser humano, con una u otra litúrgica y argumentos, lo sagrado está presente en la vida humana. Tal vez se argumente que inciden los religiosos de Nicaragua en la vida política del país, lo cual no ha de negarse, pues la iglesia no puede separarse de lo político porque en el fondo, ella es una expresión del conjunto de ideas sociales de un país y tiene su propia mirada sobre la economía, lo social, lo cultural y lo político; de lo que se trata, es de cómo manejar este componente importante de la formación social de nuestros países.

La Rusia soviética impidió el culto religioso o lo hostigó, Cuba igualmente, y otros gobiernos de la órbita socialista, tal vez el argumento de base es aquella cita algo deformada en su contexto de la obra la Ideología alemana, de gran fundamentación teórica, del fundador del socialismo científico, el sociólogo, economista y filósofo alemán, Carlos Marx, cuando definía a la religión, como el opio de los pueblos…más adelante en ese mismo contexto, Marx también decía que la religión era una conciencia invertida del mundo, pues el mundo real está cargado de desigualdades, conflictos e inequidades de todo tipo, y el paraíso es el mundo soñado que prometen las religiones, agrego yo a la cita del gran pensador de finales del siglo XIX.

El sandinismo no debe olvidar, que una de sus principales figuras que luego se le distanció, fue el intelectual, poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, de gran arraigo entre los sectores sociales medios y hasta religiosos de su época.

Todo lo anterior, refiere a que, desde el poder, el socialismo no se ha conducido con inteligencia ante determinados poderes ya concebidos en el viejo concepto de formación social incluido en el análisis marxista respecto a la complejidad de ideas, intereses, sectores sociales y miradas que se conjugan en una sociedad y que son todos necesarios para entender y ejercer la gobernanza.

Más luego, la sociología política introdujo el concepto de poder factico para complicar la manera de articular un ejercicio político, mantenerse en el poder reconociendo los otros poderes facticos, es decir, sin presencia visibles, pero sí reales.

La iglesia en la sociología política es un poder factico que desde el control político del estado no debe ser ignorada, minimizada, excluida o confrontada de forma abierta.  Esto no niega las contradicciones propias de la sociedad y de los intereses que cada uno representa, sencillamente es tomarla en cuenta en las estrategias de dominación.

Cuando la iglesia se distanció de Rafael Trujillo a final de su régimen, a lo que también se sumaron otros poderes facticos como el de la Embajada de los Estados Unidos, la clase media y los más allegados aliados naturales, vino el colapso.

El sandinismo no debe olvidar, que una de sus principales figuras que luego se le distanció, fue el intelectual, poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, de gran arraigo entre los sectores sociales medios y hasta religiosos de su época. Si hay intereses encontrados con la iglesia hoy, el camino escogido por el desfigurado sandinismo actual fue inadecuado, pues las imposiciones según la historia nunca terminan triunfantes, como ha sucedido con la prohibición de las celebraciones de Semana Santa, por lo que este conflicto y la incorrecta conducción por la cúpula gubernamental o su binomio de poder, augura resultados negativos y de un pronóstico histórico catastrófico para el actual gobierno nicaragüense.

 

Carlos Andújar Persinal en Acento.com.do