La mujer habitada de Gioconda Belli es una novela publicada en 1988 pero como la historia avanza lenta y en ocasiones parece que retrocede, sigue siendo su lectura una experiencia alesionadora. Esto así, porque si los recursos literarios empleados por su autora son de complejo y exquisito nivel creativo, el contexto recreado pertenece a una realidad cruda y difícil de la historia política reciente. Gioconda Belli que en distintas ocasiones ha demostrado que su trabajo creativo no se enajena de su contexto crea un entramado imaginario de circunstancias, personajes y acciones, en cierto modo, ficticias pero que los hechos retrotraen al lector a su natal Nicaragua de 1970. Su título: La mujer habitada recoge la sabia que le da vida a su protagonista y representa la singularidad de la obra; la heroicidad de una mujer.
Dos narradores dan vida al personaje principal; un omnisciente que cuenta la vida de Lavinia, la joven rica que, formada de arquitecta, regresa de Europa a su natal Faguas, un país de América que vive una dictadura con todas las secuelas de opresión y desigualdad social propias de estos regímenes. La joven quiere hacerse a sí misma, rechaza los roles y forma de vida que su entorno y su historia le tienen reservados, dígase casarse, formar familia y dedicarse a la vida social y superficial llena de lujos y comodidades e indiferente a la situación de indignidad y opresión en que viven las mayorías. El otro narrador es el protagonista, Itza, quien habita en ella, mujer indígena que murió en la lucha contra los colonizadores y decidió no parir para no dar más esclavos a sus verdugos. Esta, habita a Lavinia a través de un naranjo e insufla en ella la rebeldía frente al estado de cosas que vive el país, a tal punto, de que renuncia totalmente a su estilo de vida y se une al movimiento clandestino que lucha por derrocar la dictadura; en contra de todas sus inseguridades y el novio, también arquitecto, parte del movimiento clandestino y machista.
Los roles de Lavinia dentro del movimiento fueron creciendo progresivamente, y muerto el novio tomó las armas y el liderazgo en el asalto a la casa del general más cercano al dictador. En este operativo hay muertes de parte y parte, muertes que en ese momento no importan, porque para los pertenecientes al régimen y los rehenes importan sus vidas y para los combatientes del movimiento importa el éxito del operativo, las negociaciones por venir y el logro de su objetivo, derrocar la dictadura. Es en este operativo donde Lavinia alcanza la heroicidad y la trascendencia.
Gioconda logra crear en el lector la intriga teñida de placer, porque une la tensión con acciones llenas de belleza, sensualidad y erotismo. Así como, al describir las acciones violentas y tensas utiliza metáforas y analogías de gran belleza y expresividad. Junto a las acciones violentas de los personajes conviven sentimientos de empatía, solidaridad y filantropía. De igual modo cuando describe la pobreza y la injusticia lo hace junto al exaltación de los paisajes, exalta la naturaleza de tal modo que le quita importancia a la miseria ante la exuberancia del ambiente natural. Los árboles también tienen protagonismo, actúan, observan y hablan para conformar junto a Itza la heroína en ciernes.
Como se ha dicho al principio la mujer es el centro de esta historia. De forma simultanea actúan mujeres en distintas circunstancias. La doméstica que trabaja mucho, pero vive en la miseria, quien experimenta el abandono, el machismo, el aborto insalubre y todas las vicisitudes de las amplias brechas sociales, en contraste con las esposas de los altos mandos militares que dilapidan el dinero en joyas, viviendas exageradamente lujosas y otras superficialidades. Las niñas de clase alta que son presentadas en sociedad como un maniquí en escaparate para acercar el matrimonio con un joven de su misma clase social y seguir con su vida de relego y vanidad. La madre que sufre por los hijos metidos en el movimiento revolucionario, a los cuales la vida le huele a sangre, en contraste con la que viven despegadas de los suyos porque su vida social no les deja espacio y tiempo para ellos. Las heroínas que luchan junto a los hombres sin el permiso de ellos en la clandestinidad del movimiento. La que han entrado a la historia por necesidad. Estas últimas asumieron que el género no es el problema, sino, que la opresión, la censura, los presos políticos, el hambre y la insalubridad les afecta a todos por igual.
Finalmente, La mujer habitada es una mezcla de magia, ficción y realidad que ubica al lector en el pasado reciente. Un pasado en que la mujer decidió no sufrir por los hijos, esposos, novios nietos y sobrinos, sino, luchar junto a ellos por la dignidad colectiva. Un pasado con el lema: ¡Patria o muerte¡ , que vislumbró, en muchos casos, un espejismo, una quimera en donde se vivió la muerte, pero que aún espera por la patria.