Más allá de ser una industria creativa, el tercer capítulo de la publicación Dominicana Creativa: Talento en la economía naranja, desarrolla el tema de la moda como modelo de negocios. El proyecto es una iniciativa del Banco Popular Dominicano para promover las industrias creativas y culturales del país.

Detrás de cada prenda de vestir hay una escalera lineal y permanente de recursos humanos y materiales que dinamizan la economía nacional. Esa escalera se establece desde la obtención de la materia prima (sea importada o local) hasta el producto final.

El proceso que se lleva a cabo para curar las piezas y que estén aptas para salir al mercado, requiere de un equipo de hombres y mujeres cuyas familias dependen de distintas áreas del negocio de la moda para sostenerse. Desde quien siembra la materia prima que luego se convierte en una tela, pasando por el equipo creativo que diseña la estampación, diseñadores, patronistas, costureros, terminadores, y la planta que procesa las piezas, ya sea de consumo masivo, o si es una pieza de ropa a la medida en un taller.

Pero esa pieza no se queda ahí. Debe salir a publicitarse para venderse, por lo que entran al juego los equipos de creatividad mercadológica y de negocios para que llegue a su destino final, que es el consumidor. En la elaboración también se benefician otros actores que no son parte directa de la industria de la moda: artesanos, orfebres y otras ramas que sirven de complemento.

“El mercadeo ha venido a ser tan necesario como el diseñador, o como la costurera y como el patronista, pero también el fotógrafo, pero también la modelo”, dice Anny Abate, profesora en la escuela de diseño Chavón y diseñadora de moda.

Carla Quiñones Polanco, directora ejecutiva de la Casa de Moda Jenny Polanco que colaboró en el capítulo 3 del libro, apunta en las páginas de su autoría que la actividad que mayormente se ha desarrollado dentro de las zonas francas es la confección textil, fabricación de calzados, manufactura de joyas, ensamblaje de componentes electrónicos, productos médicos, procesamiento de tabaco, telecomunicaciones, entre otras. Para finales del año 2019, de las 695 empresas establecidas, 141 correspondían a sectores relacionados a la moda, representando poco más de un 20% y generando el 52% de los empleos, un 18% de la inversión y un 30% de las exportaciones, conforme a las estadísticas del CNZF.

Para tener una idea de lo que se produce como industria creativa en moda, si se hace una sumatoria de joyería, calzado y confección textil, en el régimen de zonas francas la moda es el número uno en generación de empleos, el número uno en capacidad instalada y el número dos en generación de divisas. “Estamos hablando de un producto que aporta al PIB del país”, resalta Sócrates McKinney, director de Dominicana Moda y estilista.

Caras detrás del diseño de moda

Miguel Genao, que participa en un episodio naranja del podcast Popular Talks, descubrió la moda a través de su familia. Su mamá y hermano siempre consumieron moda local e internacional. Disfrutaba de ilustrar diseños para sus profesoras y era fijo en los campamentos de Chavón.

“Las prendas no dicen el logo, caminan por la calle”, dice, sobre la búsqueda del ADN más allá de crear tendencias.

Además de las anécdotas de Genao, puedes conocer las historias de éxito de Carolina Sanz y la marca Camila Casual.

Oportunidades de crecimiento para la industria de la moda dominicana

Entre los pensamientos y las opiniones de algunas de las voces que forman parte del sector moda, resaltan:

  • Definir la identidad de la moda dominicana

“A nosotros nos enseñaron a ver hacia el este. Nunca nos hemos creído que somos isleños y mucho menos caribeños. Primeros pensábamos que éramos españoles y en los últimos 40 años hemos comenzado a mirar hacia el norte. Toda esa migración dominicana a los Estados Unidos ha sido el vehículo de importar una cultura ajena a la nuestra”, Sócrates McKinney, director de Dominicana Moda y estilista.

  • Tener facilidades estatales para producción y conversión de la materia prima

El eslabón que falta es la producción, pues el país tiene gran capacidad para la parte creativa del desarrollo del boceto.

“Si no producimos cosas que nos identifiquen, nunca vamos a tener éxito”, Angie Polanco, diseñadora de moda y accesorios femeninos y moda para bebés.

  • Aumentar la cantidad de técnicos

“Tenemos una fuente inagotable creativa. Sin embargo, carecemos de la parte técnica” (patronistas, cortadores, operarios), Anny Abate, profesora en la escuela de diseño Chavón y diseñadora de moda.

  • Crear un marco legal funcional

La moda debe ser regularizada en una normativa para cada área de la industria, diferenciando la moda de autor y la moda masiva.