Me es grato presentarles, en esta época de modernidad digital, mis impresiones sobre la obra de Heberto Giordano Castillo titulada La marca, que consta de dieciséis cuentos de temática diversa.

A diferencia de la novela, el cuento es un género literario escueto, breve, de modo que pueda leerse de un tirón. La historia contada, real o imaginaria, debe entretener, intrigar o sorprender; si todo ello junto, mejor.

Asimismo, en el ensayo Apuntes sobre el arte de escribir cuentos, Juan Bosch afirma que el cuentista, como el aviador, no levanta vuelo sin antes saber con seguridad a dónde se dirige. Es así como Heberto Castillo, escritor yumero, vuela con destreza en el cielo de la narrativa llevando a los lectores en un vuelo que les permite explorar las profundidades de la condición humana.

Comentaré a continuación brevemente seis de los cuentos incluidos en esta obra.

En su primer cuento, "La marca", titulado como el libro, el personaje Juan Gatillo, en su búsqueda de justicia, lanza una flecha a lo Horacio Quiroga, la cual es seguida por el lector hasta que esta da en el blanco. Dicho de otro modo, el lector encuentra el dato escondido.

En el cuento "El gavillero Cacandó" el autor penetra en el tejido de la historia dominicana. Es una clara manifestación de la lucha del individuo contra la opresión, la injusticia y la desigualdad.

Sus complejos personajes se enfrentan a miedos, deseos y dilemas existenciales.

En "La cabaña del viejo Telmo", explora el rompecabezas del amor y muestra la forma en que las emociones muchas veces pueden impulsar un comportamiento extremo. Esto queda claro cuando el personaje principal, en un acto de espiar, abre la puerta de una habitación y se sorprende al ver una escena de erotismo lésbico, lo que va revelando gradualmente los secretos de Graciela y Luisa, dos de los personajes de este cuento.

En el relato "La isla", el lector navega, desde el inicio, por las aguas del misterio debido a la desaparición de un profesor y la posterior búsqueda de Julia González, una periodista. Este cuento presenta una atmósfera donde lo real y lo fantástico se entremezclan, generando una experiencia cautivadora de lectura.

Temática distinta presenta el cuento "La funeraria", que trata sobre los vínculos entre la muerte, la deuda y la naturaleza en una atmósfera cargada de superstición a través del personaje Casimiro Gutiérrez. Un elemento importante en este relato es un árbol flamboyán de hermosas flores rojas en verano, un recordatorio de las maravillas de nuestro fascinante planeta.

El cuento "La cerdita Dignidad" es semejante a una fábula, pues de él se desprende una enseñanza moral. Trata sobre el enfrentamiento de dos personajes: don Ramón, que simboliza la integridad, y Tomás, que representa la competencia desleal impulsada por una ambición desmedida. Por otro lado, el personaje de la cerdita Dignidad nos lleva a profundizar sobre el valor de la perseverancia.

La narrativa de Heberto Castillo destaca por hilvanar historias llenas de profundidad y misterio, gracias a su riqueza descriptiva, buen manejo de los diálogos y uso de metáforas. Sus complejos personajes se enfrentan a miedos, deseos y dilemas existenciales.

El célebre cuentista Julio Cortázar explica que un buen cuento es incisivo, mordiente, sin cuartel desde las primeras frases. Además, advierte que el buen cuentista es un boxeador muy hábil, y muchos de sus golpes pueden parecer poco eficaces cuando, en realidad, están debilitando las resistencias del adversario. Podemos decir, entonces, que Castillo lo demuestra en estos cuentos cargados de tensión y de efectivos golpes que dejan siempre una marca.