(Ilustraciones del Dr. Odalís G. Pérez)

Leyendo el título de ese libro, me he impregnado de llamativos y sugerentes colmos, y, se ha despertado el niño inquieto que vive saltando en mi pecho, para preguntarme que cuál sería el colmo de los seres humanos vivos, y rápidamente, en mi interior, escuché una voz con la siguiente respuesta:

EL COLMO DE LOS SERES VIVOS,
ES DAR…DAR…Y DAR Al OTRO,
HASTA QUEDARSE SIN VIDA.

En fin, leer los colmos recogidos en este libro, aparte de llenarnos de sabiduría y gozo, también nos inducen al saber popular en nuestros patios, en los grupos, en la casa, y más allá del ambiente escolar.

"La madre de los tomates", es una obra que consta de doscientos ochenta y siete (287) colmos. Ediciones Infantiles Dominicanas (EDINDOM). Impreso en Intergrafic, bajo la dirección editorial de la laureada escritora dominicana para niños y niñas, Lucía Amelia Cabral. Con diseño, ilustraciones y arte final de Patricia Garrido. República Dominicana, 2012., con 90 págs.

El libro tiene de una introducción que aparece en su contraportada, escrita por el comunicador, poeta, narrador y gestor cultural, Rafael Peralta Romero, actual director de la Biblioteca Nacional, "Pedro Henríquez Ureña ", del Ministerio de Cultura.

Es una obra que, aparte de brindarnos la oportunidad del gozo, desde el rejuego con las palabras, nos permite reflexionar con cierta agudeza y rapidez. Es un espacio para la broma, la adivinanza y hasta para el desarrollo de la comprensión de textos o de discursos.

La obra, está escrita con el objetivo de entretener y llenar de enseñanzas a sujetos de diferentes edades que pueden ser niños y niñas de 6 a 8 años en adelante, adolescentes, jóvenes y también es adecuada para adultos mayores, como tú y como yo.

Aquí encontramos la creatividad y la indagación de la investigadora, de la maestra y de la poeta, induciendo al pensar y al imaginar, que es lo hoy falta en nuestras escuelas.

Esta obra es la manifestación del decir popular, procurando la ironía, el chiste, los retruécanos y la búsqueda de risa y saber popular, en el público lector.

Desde el colmo o mejor dicho, desde estos colmos, debemos colmar a nuestra gente de gozo y entretenimiento estratégico, sí, estratégico, así como suena, porque ningún colmo, como todo discurso, se dice al azar, sino con la intención de provocar al sujeto que escucha o al sujeto que lee.

El gran colmo de la educación dominicana, es no saber usar los colmos o no usar estos colmos, para calmarse de saber, de aprendizaje y sabiduría.

Aquí no podemos ver simples chistes para entretenernos, no, porque en los colmos, y, en estos colmos perviven objetivos subyacente que, realmente, son el colmo, ya que nos adiestrar y nos preparan hacia el filosofar, al pensar y imaginar, desde la lengua.

En eso, esta obra está alineada para la construcción de una sociedad más amena, más solidaria, más entendida y más comprensiva de sí misma y de los demás.

Es esta una obra de colmos…para colmarnos más allá de los colmados. Pues, se trata de un libro que reúne humor o chistes, cadencia del decir, filosofía popular, armonía expresiva y profundidad en los sentidos del pensar del sujeto.

Brunilda Contreras.

Dentro del amplio universo de la literatura infantil y juvenil dominicana, esta obra tiene su espacio, por encima de que en la educación y en los hogares de la República Dominicana, no logren apreciar y valorar su dimensión ética y estética, para hacer del entretenimiento, un espacio de entendimiento y sabiduría.

Yo no puedo terminar este trabajo, sin antes presentar a ustedes, amigos lectores, una muestra de los colmos que aquí han sido recogidos y que pretenden colmar nuestro gusto. Veamos:

1-¿Cuál es el colmo de una repostera?:
-Dar su último suspiro-

2-¿Cuál es el colmo de un limón?
-Sufrir de acidez-

(Ver pág. 5, obra citada).

3-¿Cuál es el colmo de un frutero?
-Casarse con una manguera-

4-¿Cuál es el colmo de un electricista?
-Usar alambre dulce-

(Ver pag. 10, obra citada)

5-¿Cuál es el colmo de pez?
-Sufrir de ahogos-
(Ver pag. 12, obra citada)

Que yo recuerde, en mi niñez y en esta larga edad, pude escuchar varios colmos,pero muy lejos de la escuela, en mis grupos de niños y jóvenes, en el patio de "Tatá la sorda", allá, en mi barrio "La Cuaba", de Neiba, que de día y en las tardes, vendía pan de maíz, y en las noches, invadíamos el frente de su casa, para contar cuentos de caminos, como bien me recordó por WhatsApp, mi amigo, maestro y escritor cimarrón Manuel Matos Moquete.

Además, allí narrábamos cuentos sobre brujas, zombis o fantasmas y sobre "mis vacases", los cuales, desde entonces, me acompañan para toda la vida.

Leyendo este libro, vino a mi recuerdo, el colmo que siempre nos decía mi amigo de infancia, "Rumaldo el mocho", que era preguntarnos que cuál es el colmo de una escoba, y todos gritábamos lo que ya sabíamos : "ser alérgica al polvo". LO REPETÍAMOS, SIN SABER SU SIGNIFICADO O SIN SABER SU VALOR SEMÁNTICO, pero decíamos o nos ponían a decir, ignorando que cada acto de habla, es también un acto de pensar y de crecer, como sujetos críticos y como entes reflexivos y creativos.

También por esos cuentos y por esos colmos, soy como soy, el colmo de los colmos, como dice mi esposa que soy, por mis naturales travesuras humanas.

Es decir entonces, que, gracias a esos colmos, hoy, por lo menos pienso, reflexiono y creo saber mi propio colmo…que es mirar detrás de las paredes e imaginar lo inimaginable.

En este caso, y en el caso de los colmos, no importa que no se entienda su significado, lo importante es que ese decir, conlleve al niño o a la niña, a reflexionar, a pensar, a imaginar o a indagar sobre la respuesta inmediata.

Ahí reside el gran valor filosófico y estético del colmo, no ya como entretenimiento, chiste o humor, sino como un recurso educativo, para todas las etapas de la vida del sujeto.

De ser así, entonces, este libro que hoy asumimos como recurso de lectura, va más allá de la intención de ponernos a gozar y a reír, también nos llena de sabiduría popular, y nos permite descubrir el inmenso potencial imaginativo y creativo que debemos despertar en nosotros y en los otros, para llegar a obtener la sociedad solidaria, democrática y participativa que requiere hoy, con urgencia, nuestra sociedad.

Ahí tenemos un gran recurso estético y cultural, para iniciar esa travesía-país que nos aguarda, ya sin tiempo, para una mejor nación dominicana, desde la lengua, la cultura, y, desde la literatura. Iniciamos ya!!!