La respuesta de la clase obrera mundial a la intervención estadounidense en Santo Domingo fue contundente y fugaz. Movilizaciones, declaraciones, intervenciones artísticas y académicas, envío de medicamentos y otros actos de solidaridad formaron parte del repertorio político puesto en escena en claro repudio a la agresión yanki.

Los sectores obreros y populares en el continente europeo– a pesar de estar a considerable distancia geográfica del Caribe y el resto del hemisferio–experimentaron en los años 60 un acercamiento con sus pares en las naciones caribeñas y latinoamericanas. La matriz de este hecho reside en la propagación de la conciencia antiimperialista, anticolonialista y revolucionaria que se respiraba en ese entonces. Fueron las organizaciones de izquierda y los sindicatos las que impulsaron la iniciativa para expresar solidaridad con el pueblo dominicano en 1965 guiados por la fraternidad entre los pueblos oprimidos y la lucha anti-imperialista.

Es necesario un breve esbozo para tener una imagen más clara acerca de las posturas politicas de grandes segmentos de la poblacion alemana: a consecuencia de la derrota de la Alemania Nazi a manos de las potencias aliadas, Alemania sufrio una division politica y territorial en dos estados, la Alemania Federal (RFA) y la Alemania Oriental o del Este (RDA). No fue hasta principios de la década de 1990 cuando se llevó a cabo la reunificación de Alemania dando origen a la nación que existe en la actualidad. En este artículo nuestro enfoque principal se limitará a la Alemania Federal de los años 60 y la solidaridad del sindicalismo juvenil de ese entonces ante la invasión estadounidense.

Sindicalismo internacionalista

En la Alemania Federal de los años 60 la clase obrera mantenía un frente común en contra de la explotación capitalista y las potencias imperialistas. Al mismo tiempo, las nuevas generaciones en la Alemania Federal–donde reinaba cierta libertad de movimiento contrario a la Alemania del Este (RDA) bajo un régimen autoritario y pro-sovietico–cuestionaban la cultura oficial en un esfuerzo sobrehumano por superar el pasado y el remanente político y cultural de los crímenes del nazismo. Fue a raíz de la radicalización de la juventud internacional y alemana cuando surgió la contracultura alemana de los años 60 incorporando, por un lado, la experiencia de las comunas; y por otro lado, siguiendo los pasos de las vanguardias artísticas continentales e internacionales que abrían los sentidos a los ritmos musicales y la cosmovisión no-europea de África y Asía así como la música jazz y el rock.

En ese contexto de ruptura cultural se radicaliza la juventud y la franja de la izquierda, representada en la oposición socialdemócrata y los sectores revolucionarios, da un salto extraordinario. Por consiguiente, la cultura revolucionaria e internacionalista llegó a tener una influencia significativa en los sectores estudiantiles, intelectuales y obreros. Con una rica historia de lucha sindical, la clase obrera alemana daba la cara y sumaba fuerzas al movimiento anti-guerra en solidaridad con Vietnam, Santo Domingo y otros pueblos del mundo. Una nota periodística publicada en la edición del 21 de mayo de 1965 de la revista World Outlook (Perspectiva Mundial) reportaba desde la ciudad de Hamburgo un ejemplo de sindicalismo internacionalista reflejada en la acción solidaria de la sección juvenil del Sindicato Alemán de Trabajadores Metalúrgicos [IG Metall] con el pueblo dominicano:

“La séptima conferencia de jóvenes del Sindicato Alemán de Trabajadores Metalúrgicos [Industriegewerkschaft Metall, IG Metall], que se llevó a cabo aquí el 6 y 7 de mayo y a la que asistieron 146 delegados que representaban a 300,000 jóvenes miembros del sindicato, adoptó la siguiente moción en repudio a  la intervención de los Estados Unidos en la República Dominicana:

“Los delegados de la séptima conferencia de jóvenes de IG Metall, República Federal Alemana, están convencidos de que los pueblos de Centro y Sur América también tienen derecho a luchar por una sociedad y un orden económico de acuerdo a sus propios deseos. Los conflictos entre diversos grupos de intereses socio-políticos deben ser sofocados por las armas de una potencia extranjera. Los delegados sostienen que el derecho de un pueblo a la libre determinación es indivisible. Lo que exigimos para nosotros y para nuestro propio país debe concederse a otros países, en particular a los que se encuentran en el camino del desarrollo y luchan por liberarse del dominio de sus amos coloniales.”

El ala juvenil del sindicato bajo la dirección de Georg Benz  también ponía de relieve los efectos colaterales de la guerra de Vietnam y advertía en la declaración de la posibilidad de una conflagración mundial a raíz de la invasión a Santo Domingo, la “guerra pequeña” que se le podía salir de las manos a los Estados Unidos:

“Algunas personas dicen que las guerras pequeñas están permitidas en aras de una paz más amplia. El horror y el sufrimiento vivido por la población desafortunada de mujeres y niños sometida a tales guerras se puede ver vívidamente en la terrible realidad de Vietnam. La brutalidad y las penurias infligidas por la guerra en ese país llevan a la gente a la desesperación y destruyen su última esperanza en el humanismo. …Cualquier guerra local puede salirse del control de los poderosos y terminar en una conflagración mundial y la aniquilación de la humanidad.”

De Georg Benz hay mucho que decir. Primero, su apoyo a la resistencia antiimperialista en Santo Domingo marcaba distancia de la tradición imperialista asumida por la clase dominante en Alemania. Segundo, hay que resaltar su rol en la difícil tarea de la reconstrucción del movimiento obrero alemán en un país con una rica historia organizativa y a la vez, un país con un sangriento historial de represión anti-obrera. Benz nació en 1921 y falleció en 2006. Un panegírico [1] pronunciado por Berthold Huber (en ese entonces miembro de la alta dirigencia sindical de IG Metall) en el funeral de Benz aporta datos valiosos acerca del fenecido líder sindical y el contexto que le tocó vivir. El panegírico fue publicado en el 2007 en el portal alemán Sozialismus.de, proyecto de difusión periodística auspiciado por el Forum Gewerkschaften o el Foro Sindical:

“Georg Benz, nuestro amigo y colega, murió en Garmisch-Partenkirchen [Bavaria] el 19 de diciembre del año pasado. Con él, se ha ido uno de los que ayudaron a construir nuestro sindicato IG Metall después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial y la barbarie criminal del nazismo. Él fue uno de los que sufrieron mucho durante esos años oscuros. Fue de los llegaron a la conclusión de que ‘nunca más’ se podía repetir esto y que hicieron de la lucha por la libertad, la democracia y la solidaridad sus propósitos en la vida e hicieron todo lo posible para garantizar que se construyeran sindicatos independientes y fuertes en la República Federal de Alemania en ese momento.

En las palabras de despedida a George Benz pronunciadas por Berthold Huber hay una breve mención de la conferencia donde se discutió y votó la moción en repudio a la invasión a Santo Domingo:

“En la mencionada conferencia de jóvenes de IG Metall en 1965, Georg dijo en su discurso titulado ‘Paz a través de una sociedad mejor’: “Pueblos, cuentenles a sus hijos sobre sus dolorosas experiencias y denles el coraje de hacerlo mejor. Sus maestros les muestran el camino hacia la paz juntos codo a codo [para] finalmente prohibir la glorificación de la guerra en las escuelas. Ustedes, estadistas del mundo, renuncien a la política de poder imperialista y lleven a cabo el gran anhelo de la humanidad: la paz.”

Finalmente, la revista Perspectiva Mundial resaltó el significado político dentro de la sociedad alemana del discurso solidario de Benz durante la convención del ala juvenil de los obreros metalúrgicos:

“Benz sostuvo que el establecimiento de la libertad y la justicia social en el propio país es la mejor contribución que un pueblo puede hacer a la causa de la paz.”

Aunque queda como tarea pendiente en un futuro no lejano investigar más a fondo la repercusión del discurso de George Benz y la moción en repudio a la invasión a Santo Domingo, este breve registro histórico de solidaridad de los sectores juveniles de la clase trabajadora alemana con el pueblo dominicano y vietnamita ante la brutal embestida del imperialismo norteamericano en 1965 posiblemente mantuvo en alto la resistencia antiimperialista y aportó a la concientización política del pueblo alemán.

Mi agradecimiento a Andy Blunden del Archivo Marxista del Internet (MIA) por su apoyo incondicional.

Notas

  1. Gewerkschafter, Demokrat, Sozialist”, primero de febrero, 2007, Sozialismus.de.