La escritura es una manifestación de la actividad lingüística con un objetivo determinado, que se desarrolla a través del tiempo en la mente del autor, donde ocurren los procesos compositivos (Cassany, 1987). Desde tiempos remotos es el medio empleado para divulgar acontecimientos en diversos ámbitos disciplinar, propiciando que acontecimientos, situaciones y vivencias de las personas se conozcan a través de diferentes tipos de textos, en prosa o verso.

Sin embargo, algunos de estos textos requieren de procedimientos rigurosos y van dirigidos a lectores específicos, por lo que profesionales de distintas disciplinas han extrapolado sus referentes para difundir sus conocimientos a partir de la ficción, entre los que se encuentran Carmen Imbert Brugal, Andrés L. Mateo, Marcio Veloz Maggiolo y Manuel Matos Moquete, entre otros. Así, atraen a otros lectores de preferencias distintas. Lo anteriormente dicho lo testimonia la novela Florbella de Maggiolo, publicada en el año 1984 la primera edición.

La imaginación de un arqueólogo hace que cobren vida acontecimientos que permiten recrear dos historias ocurridas en una tribu taína, el autor ambienta la trama en la ciudad de San Pedro de Macorís, en la región del Soco, en un antiguo asentamiento taíno. El relato cuenta con XIV capítulos a través de una narrativa dinámica, lineal en la que emergen las actividades propias de poblados muy pobres.

Entre ficción y realidad, Veloz describe los recursos naturales del entorno, el servicio precario de salud con que contaba la población, esto es propio del autor, denunciar a través de su pluma los derechos que le son negados a la población en que ambienta sus textos, y en Florbella mantiene su estilo. Por otro lado, exhibe habilidades que otros de su misma área no poseen, vincular la arqueología en la creación de tramas, en este caso, a partir de rituales de la cultura taína, lo que contribuye a que el lector se interese no solo por la literatura, sino también por la disciplina.

En la novela, Maggiolo es narrador y personaje a la vez, muestra un escenario de una comunidad en medio de una economía deprimida, que sobrevive en condiciones casi infrahumanas, olvidada por las autoridades gubernamentales. Del mismo modo, revela símbolos propios de la identidad del dominicano, convierte su narrativa en una tribuna al denunciar la deficiencia del servicio de salubridad, la profunda depresión económica que rodeaba a la comarca y que les permitía tener una vida digna.

El elenco de la obra está formado en su mayoría por hombres que, exhiben las características de un patriarcado producto de la sociedad del momento que se vivía, donde la figura de la mujer se proyecta bajo la sumisión, el servilismo, la ausencia de papeles relevantes y de llegar a desempeñarlos pasan desapercibidos. Las tradiciones, creencias, valores y antivalores se aprecian en el elenco, Maggiolo describe de forma sutil el escenario político que se vivía al momento de ocurrir los hechos.

En fin, la novela Florbella es una lectura apropiada para cualquier público amante de la literatura e interesado en ampliar su frontera del conocimiento histórico; sumerge al lector en ritos culturales ancestrales, bajo un ambiente escéptico, en el que convergen historia y ficción de manera ligera y fácil de comprender, lo que favorece que surja una rápida conexión entre lector y texto.

 

Minerva González en Acento.com.do