Este mes de agosto vamos a recibir en nuestra Feria Internacional del Libro 2023 a la gran literatura hebrea y esperamos con ansias que Israel, país invitado, nos traiga las muestras de sus poetas, cuentistas, novelistas, dramaturgos y ensayistas, así como de todos sus creadores de no ficción, para ponernos al día con ella.
Para un país pobre y al margen de la vida literaria y editorial mundial, porque no representamos un mercado lector ni siquiera modesto, ya que predomina el analfabetismo funcional a niveles que espantan, la Feria Internacional del Libro cada año es una oportunidad de atraer la actualidad literaria del país al que se invita. Y prácticamente, no hay, salvo algo de Amos Oz, nada de literatura israelí contemporánea en nuestra única librería que nos queda, más por servicio social que por negocio, que no lo es.
Somos, como país y como cultura, el resultado del impacto que la cultura judeocristiana produjo. Nuestro país y, en general, América Latina, fue el destino de miles de judíos sefarditas, expulsados de España. Esa tradición cultural la tenemos en el escudo, abierta, llamándonos a conocer la verdad para poder ser libres. Y esa verdad la adquirimos de un libro. Libro, verdad y libertad son uno en nuestro escudo. Sabio escudo.
El valor de la literatura hebrea
Los escritores de origen hebreo han sido relevantes en casi todas las literaturas europeas y americanas. Nombres que esplenden en las letras universales son descendientes de judíos.
Pero en este caso hablamos específicamente de la literatura que se hace en Israel a partir del momento en que los judíos repoblaron su tierra original en Palestina en las últimas décadas del siglo XIX y volvieron a dar vida al hebreo que, como el latín, se había convertido en una lengua muerta, de uso exclusivamente ritual.
Esa restauración del hebreo se debió al lingüista israelí Eliezer Ben Yehuda, quien se instaló en Palestina alrededor de 1880. Su decisión de restaurar el hebreo como lengua, que inició dirigiéndose a su esposa solo en hebreo, tuvo éxito y empezó a propagarse y a generar sus primeros frutos a nivel literario con autores como Naftalí Herz Imber y Jaim Nachman Bialik.
De esos primeros creadores en hebreo destaca Shmuel Yosef Agnon, quien recibió en 1966 el premio Nobel de Literatura.
La literatura hebrea a partir de la creación de Israel como Estado
A partir de la creación del Estado de Israel, en 1948, tras aquel pavoroso genocidio que fue la Shoah, el holocausto, en que los nazis y sus acólitos asesinaron más de seis millones de judíos, la literatura israelí cobró nuevo impulso y en los años 50 y 60 alcanza renombre internacional con autores de la categoría de Amos Oz, Aharon Appelfild y Abraham B. Yeshoshúa, novelistas, así como de poetas como Moshe Dor, Natán Zaj, Yehuda Amijai y David Avidan.
Mi acercamiento personal a la literatura hebrea contemporánea se produjo a través de un brillante cuentista, Etgar Kerek. En uno de mis atrevimientos editoriales, encantado por sus cuentos, tomé un par de piezas de Kerek y edité un ebook gratuito para promoverlo y acercar más lectores a sus obras.
Ahora aproveché la ocasión de la feria para actualizar mi aproximación a la literatura hebrea contemporánea y enriquecí con nuevos nombres y obras mi conocimiento de ella. Por igual, espero que vengan nuevos autores y nuevos libros traducidos a la venta, para ampliar el conocimiento de la literatura israelí actual.
Kerek es una de las figuras más conocidas de la nueva literatura israelí junto a David Grossman. Ambos han sido ampliamente traducidos.
La literatura es un instrumento para la paz
Los escritores israelíes, al igual que los palestinos y otros en esa convulsa región que es el medio Oriente viven en las condiciones extremas de un conflicto político, militar y religioso, en que los sectores más radicales, extremistas e intransigentes de sus sociedades toman el control de la sociedad e imponen una política obcecada de lucha a muerte.
La literatura es, siempre lo ha sido, un instrumento para la paz, para la comunicación, para el entendimiento.
Como el gran poeta hebreo Yehuda Amijai escribió en unos versos que todos debiéramos tenerlos tallados en el corazón:
“Del lugar donde todos tenemos razón
jamás brotarán
capullos en primavera.
El lugar donde todos tenemos razón
es duro y está pisoteado
como un patio.”
Los extremistas, sabemos, están en todas las culturas y sociedades. Son los dueños de la verdad, partidarios del pensamiento único, jeques de la razón y decididos a imponer por la fuerza su opinión sobre los demás.
Un narrador excepcional y partidario del entendimiento mutuo, la aceptación mutua y la paz, David Grossman, escribe precisamente sobre esa situación de guerra interminable que sacude al Oriente medio (la región del mundo donde nació la civilización y la cultura occidental), en su esclarecedor libro Escribir en la oscuridad:
“La gente que me rodea y yo mismo —esto es lo que siento
— pagamos un precio muy alto por culpa del estado de guerra
permanente: la disminución de la «superficie» del alma que
entra en contacto con el mundo violento y amenazador del
exterior; la limitación de la facultad —o voluntad— de
identificarnos, aunque sea mínimamente, con el dolor ajeno; la
suspensión de todo juicio moral y la desesperación ante la
imposibilidad de entender lo que realmente pensamos en esta
situación aterradora, engañosa y compleja, tanto moral como
prácticamente. Por esto tal vez creemos que es mejor no
pensar ni saber, que es mejor dejar la tarea de pensar, actuar y
establecer normas morales en manos de los que seguramente
«saben más».
Contra esas mentes obnubiladas y enemigas del diálogo y la armonía recibamos con corazón abierto y brazos receptivos a los creadores israelíes que esperamos nos visiten, así como a todos los escritores invitados y, por igual, a la gran cantidad de autores nacionales que tendrán distintas participaciones en los eventos y actividades de la FIL 2023.
Celebremos la vida y la obra de Jeannette Miller
En especial, celebremos a nuestra gran poeta, narradora, ensayista y crítico de arte Jeannette Miller, miembro de la promoción del 60 de nuestras letras.
Tengo una deuda personal de gratitud con ella. Jeannette, junto a Pedro Mir y a Aída Cartagena Portalatín, fueron los jurados que en el año 1976 premiaron mi poema Tus dos altas banderas que suscribo y mi pieza teatral Hay un ángel caído en primer plano, en el primer Concurso de Literatura Joven, auspiciado por The Royal Bank of Canada.
Muchos años han transcurrido, pero mi gratitud perdura. Por igual, sus poemas, esas fórmulas para combatir el miedo, fueron parte del caudal de límpida y vibrante poesía dominicana en la que abrevé y seguiré abrevando. Ella y tantos otros han sido y son mis modelos, mis referencias, mis maestros.
Que sienta el cariño, el respeto, la admiración, el aprecio de todos, de su gente, su país, al que dedicó su vida y al que lega una obra literaria que permanecerá como uno de nuestros hitos a través de los tiempos.
Que esta fiesta del libro y la cultura sea singularmente rica en experiencias positivas, en satisfacciones. Y que salgamos de ella mejores de cómo nos encontró. Con una mayor comprensión de la gran literatura hebrea contemporánea. Con una experiencia de primera mano con una de nuestras grandes figuras literarias, Jeannette Miller, enriquecidos con las distintas actividades y eventos, con más libros que enriquezcan las bibliotecas particulares y, sobre todo, con la convicción de que la literatura y el arte son herramientas para la convivencia, para la comprensión, para la aceptación y para la paz.
Un día celebraremos, por igual, la gran literatura palestina, al igual que la gran literatura siria, iraquí, libanesa, iraní, yemenita, saudí, porque cada pueblo y cada país, pese a los desquiciados y extremistas, tiene personas sensatas y valiosas que apuestan por la paz, el entendimiento y la comprensión, por acuerdos y por respeto. Y esas son las metas de la gran literatura de cada pueblo.
Bienvenidos, escritores y artistas de Israel. Esta es su casa. Y para ti, Jeannette Miller querida, todo el aplauso de nuestra gente. Esta es tu fiesta, tu celebración. Recibe nuestro amor y gratitud.