La ciudad colonial que conocemos hoy es la de aproximadamente finales del año 1,500, que fue concebida por Nicolás de Ovando y desarrollada en gran parte por Diego Colón, y que representó una época de mucha bonanza para España y para la isla Española, de acuerdo con la historiadora y arquitecta Virginia Flores Sasso, una de las autoras del libro Santo Domingo entre Muros, patrocinado por el Banco de Reservas, la embajada de España, el Ayuntamiento del Distrito y la Fundación Palm.
De acuerdo con la investigación de Flores Sasso, los espacios de fe fueron concebidos de manera obligatoria por los reyes españoles, que eran católicos y estaban comprometidos con la difusión del cristianismo entre los nativos, y se hicieron inicialmente iglesias modestas, en madera y con techos de palma, y en la medida que fueron creciendo se fortalecieron las edificaciones y se hicieron más grandes.
Explicó que las iglesia se hicieron separando al clero secular, de las congregaciones religiosas, del clero regular, que eran los diocesanos, que estaban más relacionados con la autoridad política y económica de la isla.
Dijo que los franciscanos, Orden de San Francisco, se estableció en 1502, al igual que los dominicos, Orden de los Predicadores, y los Mercedarios. Posteriormente llegaron los Jesuitas y las congregaciones femeninas, que también construyeron o utilizaron edificaciones coloniales para sus actividades, incluyendo conventos de clausura, hospitales, universidades y otras obras de servicio eclesial.
Para la investigadora es una época de gran actividad, en la que las congregaciones y autoridades tenían esclavos, algunos de los cuales habían sido traídos desde España y otros eran nativos taínos utilizados como esclavos.
Virginia Flores Sasso fue entrevistada por el periodista Fausto Rosario Adames, en su programa ¿Y tú…qué dices? que se difunde diariamente por el canal AcentoTV.