Ildefonso María Falcones de Sierra, abogado de oficio, quien se dio a conocer como escritor con su novela La catedral del mar en el 2006, cuyo proceso de producción duró cuatro años. Su propósito fue homenajear a los hombres que se involucraron en la construcción del templo durante cincuenta y cuatro años, tiempo en que no existían las herramientas que facilitan el trabajo de albañilería, por lo que el recurso principal para levantar la edificación fue humano, y probablemente sin paga; si se toma en consideración la época. La voluntad del devoto de Santa María del Mar fue relevante, para la culminación de esta basílica, que hoy recibe a miles de turistas fieles de la tradición católica.

La catedral del mar es una novela histórica donde el poder político y religiosos a veces desempeñan el mismo rol, oprimir, sangrar, explotar al pueblo, en una etapa en que los pecados eran absueltos por una cuantiosa cantidad. Los hechos se enmarcan en un ámbito en que el patriarcado ejerce su mayor control sobre la mujer, donde ocurren las barbaries más crueles e implacables en nombre de la justicia, la obediencia al padre, hermano o al marido, pero siempre a un hombre. Ella, valida las brutalidades del género masculino, y acepta que se le ignore en las tomas de decisiones, en la familia de la que forma parte.

El autor nos sumerge en un ambiente en donde se va al campo de guerra en conquista de nuevos terrenos, para engrosar las arcas del monarca. Muestra la sobrevivencia en medio de miseria, y una pobreza extrema para quienes no son considerados personas por el hecho de no poseer riquezas, donde el machismo se exhibe desde su génesis, del mismo modo que la esclavitud, la aporofobia y el matrimonio infantil.

En ese tiempo, refugiarse en la religiosidad, era una salida para evadir la soledad, el desamparo, y la ausencia materna como le ocurre a Arnau Estanyol; que fue separado de su madre, para preservar su vida, siendo aun un recién nacido. Lo que influyó para robustecer su carácter, ante las inclemencias en un mundo hostil; pero que propiciaron el fomento de valores morales, que hicieron de él una mejor persona. Es la figura principal, en el desarrollo de la historia, quien en su accionar se percibe como sensible, solidario, empático, trabajador, sobreviviente de la marginación y de la gran crisis alimentaria.

El absolutismo, propio del patriarcado fue normatizado en la época, mientras las acciones femeninas eran minimizadas. Su rol fue siempre el cuidado del hogar, los hijos y el marido. Esto así, aunque perteneciera a la nobleza. En el caso de las hijas, eran vistas como una carga económica, por lo que, al inicio de la adolescencia, el padre le otorgaba una dote para conseguirle rápidamente marido; sin que su voluntad, ni la edad del cónyuge fueran factores que tomaran en cuenta. Por su parte, el hombre disfrutaba de la libertad que se negaba a la mujer, podía presentarse ante el padre de quien elegía para ser su esposa, y proponerse como marido, oferta que siempre era aceptada. Por otro lado, el maltrato, vejaciones y las violaciones sexuales fueron reglamentadas por una sociedad dominada por hombres, mientras que la mujer, sin importar procedencia económica o social debía seguir el mismo patrón conductual, sin derechos a participar en ninguna otra actividad fuera del hogar.

Si una fémina era objeto de estupro, violación o secuestro, la víctima terminaba siendo culpable y el victimario inocente, y si este último, la pedía en matrimonio, y ofrecía una cuantiosa dote, se le indultaba y la chica se entregaba como legítima esposa. El delito, se manejaba como una transacción entre hombres, donde la opinión de la víctima era irrelevante.

Las agraviadas que no formaban una familia terminaban ejerciendo la prostitución, y por su ocupación eran discriminadas, estigmatizadas y relegadas a lugares distantes, específicos. Para distinguirlas de las demás, se les exigía vestir de colores distintos, exclusivos para el desempeño. Siendo repudiadas por quienes se consideraban mejores personas, aunque solicitaran de sus servicios.

En fin, la novela revive un pasado doloroso, en que una élite oprimió a la población civil, usurpando sus derechos, y arrebatándoles los pocos recursos que poseían para sobrevivir.

Minerva González Germosén en Acento.com.do