En sus teoremas de la incompletitud, Kurt Gödel (1906-1978) demostró que en cualquier sistema lógico y consistente existen proposiciones que no pueden ser probadas o refutadas dentro del mismo sistema. En otras palabras: ante la imposibilidad de probar un sistema con los axiomas de su propio sistema, asistimos a la inviabilidad de construir una descripción matemática completa y consistente de la realidad. En conexión con la estructura lógica, el significado formal consiste en un régimen axiomático preciso, y con relación al régimen de la consistencia, el alcance denota que no contiene contradicciones.
Ahora bien, si la logicidad y la consistencia misma de los axiomas no pueden ser probados en un sistema como las matemáticas, tal como lo demostró el matemático alemán, ¿qué podríamos esperar de la crítica literaria en cuanto, por lo menos, a la consistencia interpretativa de sus propuestas o premisas vinculadas a los textos literarios analizados?
En la presentación del libro de poemas Fuego Natales, del fenecido y notable poeta Bonaense Héctor Bueno, el académico de la lengua y crítico literario Dr. Bruno Rosario Candelier escribe: “El creador de Fuegos natales sabe transmutar la cruda realidad externa en sustancia de valor artístico, haciendo del poema…una realidad estética, al tiempo que asume y recrea…los fenómenos del mundo circundante para formular con ellos una reflexión adobada con la sustancia de la verdad poética”.
A pesar de que ninguna de las teorías críticas, a diferencia de las científicas, convergen, empíricamente, en el valor de la verdad (“poética”), ¿podríamos, acaso, extender, aplicar, el susodicho juicio crítico, arriba citado, a otros creadores de múltiples y diferentes obras poéticas? Si tal fuese el caso, arribaríamos, forzosamente, a una especie de crítica literaria genérica, donde cada palabra, término, concepto o categoría designativa, representaría un nódulo auto-referencial, dado que la definición de una palabra mediante otras palabras, según Ludwig Wittgenstein (1889-1951), arrastra a una “regresión ad infinitum”. Es decir: “comprender la palabra explicada requiere comprender las palabras que sirven para explicarla, y para comprender éstas hace falta comprender las palabras que las explican a su vez, y así sucesivamente”.
En ese sentido, semejante crítica literaria replicaría, precisamente, el mismo repertorio o sistema metafórico de la obra literaria o artística que pretende analizar, creando, de esta manera, un entramado interpretativo que, relativo a la descripción del objeto de referencia, se repliega a sí mismo, auto-referencial.
Bien visto el punto, ¿constituye la fracción crítica del Dr. Candelier una apreciación consistente respecto a Fuego natales, válida también para cualquier obra poética similar o no a la del poeta Héctor Bueno? ¿O es que tal dilema nos atrapa, en virtud del juego auto-referencial y de regresión infinita propios de la lengua? ¿Pertenece tal crítica literaria al mismo sistema, o artefacto, de la prueba de embarazo, metáfora visual, genérica, apropiada para todas las mujeres?