La conferencia magistral, dictada por el escritor y periodista mexicano Juan Villoro recientemente en el país, se enmarca en la Cátedra de Literatura Caribeña René del Risco Bermúdez, que es organizada en colaboración con la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y el Centro de Estudios del Caribe. A continuación, compartimos con ustedes una síntesis de dicha conferencia precedida por una breve reseña del perfil del autor.

Perfil de Juan Villoro

El escritor y periodista mexicano Juan Villoro.

Juan Villoro es un escritor y periodista mexicano, nacido en la Ciudad de México en 1956. Ha sido profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y ha sido profesor visitante en prestigiosas universidades como Yale, Princeton, Stanford y Pompeu Fabra en Barcelona. También ha sido parte de la Fundación Nuevo Periodismo, creada por Gabriel García Márquez.

Villoro es columnista en el diario Reforma de México y fue director de la Jornada Semanal. Desde 2014, es miembro del Colegio Nacional de México. Ha recibido numerosos premios y reconocimientos a lo largo de su carrera, entre ellos el Premio Iberoamericano José Donoso en 2012, el Premio Manuel Rojas en 2018, y en México, el Premio Mazatlán por su libro Efectos personales y el Premio Javier Villaurrutia por su libro de cuentos La casa pierde. En el ámbito internacional, ha recibido el Premio Heralde en España por su novela El testigo, el Premio Hace en Argentina por su obra de teatro Filosofía de vida, y en Cuba, el Premio José María Arguedas por su novela. Su periodismo ha sido galardonado con premios como el Rey de España, Ciudad de Barcelona, Manuel Vázquez Montalbán y Diario Madrid. En 2022, recibió el Premio Gabo en Bogotá por su trayectoria periodística. Sus obras más recientes incluyen La figura del mundo, El orden secreto de las cosas, un libro de memorias sobre su padre, el filósofo Luis Villoro, y No soy un robot, una reflexión sobre la lectura en la era digital.

De izquierda a derecha, Rubén Silié, Juan Villoro, Virginia Flores, Secilio Espinal, Minerva del Risco y Wilson Enrique Genao.

El Caribe como frontera del tiempo, espacio y cultura en el archipiélago

"La literatura altera cronologías ahí los tiempos y las Arenas del Caribe se mezclan en un mismo reloj, nada más lógico para una región donde el mar revela el valor múltiple que puede tener un solo color, sus muchas maneras de ser azul."

El discurso de Juan Villoro en la conferencia magistral sobre la literatura caribeña, imbuido de reflexiones sobre la historia, la literatura y la imaginación, se adentra en la compleja realidad del Caribe como un espacio cultural y literario que resiste las definiciones simplistas. A través de su comentario sobre el legado de Alejo Carpentier y su reflexión sobre el Caribe, Villoro logra ilustrar la particularidad de la región como un lugar donde la realidad y la fantasía se entrelazan de manera única, revelando una dimensión literaria y cultural que va más allá de las construcciones coloniales o eurocéntricas. Con esta intervención, Villoro no solo expone las inquietudes de los escritores caribeños, sino que también reflexiona sobre cómo la literatura es capaz de transformar la percepción del tiempo, el espacio y la historia. En este sentido, el Caribe aparece como un escenario múltiple y dinámico, cuyas complejidades literarias van más allá de las interpretaciones exóticas o superficiales que otros han intentado imponerle.

"Lo que ahí sucedía pertenecía a la norma y la costumbre… Carpentier entendió que ahí la sorpresa era materia viva, alimentada por la presencia faustica del indio y del negro, un territorio no codificado por mitologías que exigía una nueva forma de ser retratado."

Ideas centrales

Villoro reflexiona sobre la forma en que la literatura caribeña trasciende lo histórico para capturar la complejidad cultural y social de la región, como lo muestra el trabajo de Carpentier. La literatura caribeña, según Villoro, tiene la tarea de comprender la "realidad maravillosa" del Caribe, una realidad que no puede ser explicada por los métodos europeos convencionales.

Carpentier, al igual que otros escritores caribeños, capta el "hechizo" de lo cotidiano, desafiando las nociones europeas de lo real y lo fantástico. Villoro subraya que el Caribe no es una entidad estática o homogénea, sino un espacio cultural que integra distintas influencias, como lo señala la noción de "archipiélago" de Eduard Lisant. El conferencista se refiere a cómo la literatura caribeña, a través de sus formas barrocas y otras estéticas, responde al proceso de colonización y busca reinterpretar las influencias europeas.

"Las islas tienen nombres de novelas, de Santos, de ilusiones, de anécdotas… Leer el catálogo de las islas del Caribe es leer, ilusión, un ruego, una desventura."

El Caribe ha sido, y sigue siendo, un espacio literario en el que se proyectan diversas interpretaciones, tanto geográficas como temporales. A través de los textos y los discursos que surgen de la región, se dibujan paisajes, realidades históricas y situaciones sociales que están marcadas por la ambivalencia entre la abundancia y el acabamiento, entre la memoria viva y la que se disuelve. Este contraste, esta coexistencia de lo fecundo y lo decadente, se puede ver reflejada en las obras de autores caribeños y en las interpretaciones de los mismos que exploran la identidad, la historia y las transformaciones del Caribe.

Una de las ideas centrales del texto es que el Caribe ha sido descrito desde múltiples perspectivas, que van desde lo enciclopédico hasta lo más surrealista. Es cierto que, a lo largo de la literatura y el ensayo, se intenta captar la esencia de la región en un afán de definir lo que significa el Caribe, pero al mismo tiempo, hay una profunda resistencia a una visión totalizadora, a una definición única. La descripción del Caribe se convierte en un desafío constante: mientras algunos tratan de mostrarlo en su "pleno esplendor primigenio", otros no hacen más que señalar su desgaste, la desaparición de su mundo "inmaculado" bajo el peso de las imposiciones coloniales y las modernas transformaciones turísticas. 

“Nuestro Caribe es una línea interrumpida, mientras que en las Antillas cada isla, sea cual sea su forma, estimula una redondez conceptual, no sólo para entender lo que ahí ocurre, sino para entender el archipiélago que lo rodea.”

El conferencista sostiene que el Caribe se presenta como un espacio literario de contradicciones y multiplicidades. A través de sus representaciones literarias, los autores han logrado capturar tanto la abundancia de su cultura como los procesos de decadencia que lo atraviesan, explorando no solo los efectos de la colonización y el turismo, sino también las formas en que el Caribe se resiste a desaparecer. La región se convierte en un símbolo de resistencia, de reinvención constante, donde el tiempo y el espacio se tejen de forma única para dar lugar a una visión literaria que nunca deja de reinventarse.

Juan Villoro, finalizó sus palabras de la siguiente manera, cito:

«Si algo nos une es precisamente la convicción de que la ilusión siempre supera a la certeza. ¡No en balde, un músico de esta tierra aspiró a que lloviera café y un poeta de mi país exclamó, trópico, para qué me diste las manos llenas de color! Todo lo que toque se llenará de sol»