Cuando pensamos en Navidad y Día de Reyes, solemos relacionarlos con regalos, en especial si somos niños.
La historia Juan José y el videojuego no es la excepción. Su autora, Geraldine de Santis, nos cuenta de un jovencito y sus amigos que esperaban con ansias las vacaciones decembrinas para dedicarse por completo al juego. Cada día, tanto el protagonista como sus amigos, Carmen, Aníbal y Conrado, en sendas bicicletas, “se deslizaban a toda velocidad calle abajo, como aves que vuelan libres”. Lo más divertido era todo lo que compartían, desde la merienda, hasta los “tableros de monopolio, damas chinas y parchés”.
Sin embargo, no hay nada como un juguete nuevo. Por ello, el 25 de diciembre en la mañana, los viejos fueron puestos en el olvido, al descubrir los regalos bajo el árbol. Juan José no pudo contenerse, y abrió ansiosamente la caja envuelta en papel de color rojo brillante. Sus ojos se llenaron de asombro frente al obsequio, que por cierto estaba de moda: una consola de videojuego.
Juan José estaba muy entusiasmado y no esperó para instalar el moderno juguete. Quería que sus amigos lo vieran también, pero no contaba con que la cinta tenía varios niveles que requerían de gran dedicación y tiempo para superarlos. Sus compañeros, en cambio, lo esperaron durante días en el parque para jugar juntos, y hasta a su casa lo fueron a buscar, a lo que la madre, muy apenada, les respondía que él no quería salir. Se estaba perdiendo del cielo azul, del aire fresco y el calor del sol, pero sobre todo de la compañía de sus amigos.
Juan José no paraba. Solo lo hizo cuando la consola se quemó y salió entonces para encontrarse con un mundo distinto al que dejó, incluyendo su propio rostro, marcado por el paso del tiempo.
La historia de Geraldine de Santis fluye con soltura, manteniendo al lector interesado, en espera de un desenlace que represente una solución al conflicto. Sin embargo, nos sorprende con un final diferente e inesperado. La autora logra transmitir un mensaje o enseñanza acerca de la importancia de usar bien el tiempo, de no abstraerse en distracciones que impiden ver lo bueno de la vida pero, sobre todo, que nos apartan del contacto con la gente, lo cual constituye la verdadera riqueza.
Esta historia apuesta a un tema actual, con muchas aristas por donde ver, ya que nos recuerda que, en un mundo cada vez más automatizado, no debemos perder “la claridad perfecta de un día precioso”, una invitación a hablar, a merendar o incluso a encontrarnos con un buen libro, y nos advierte entre sus líneas que no seamos “devorados por los fantasmas de un videojuego” o cualesquiera que sean los nuestros.
De Santis, Geraldine. Juan José y el video juego. Ediciones Alfaguara Infantil, Santo Domingo, 2010.
De Santis, Geraldine. Juan José y el video juego. Ediciones Alfaguara Infantil, Santo Domingo, 2010.
VIII Premio Barco de Vapor en República Dominicana, 2016, con "Nela la revoltosa". Ediciones SM
Premio Anual de Literatura Infantil Aurora Tavárez Belliard, 2020, con Dominicanas fuera de Serie, y en 2023 con La temible banda de los atracadores de sueños.