Trabajador incansable por el desarrollo de la cultura de su país, amante de la lectura, intelectual y poeta exquisito. En José Mármol, encontramos al ser humano humilde que ha hecho de la literatura su compañera inseparable en este plano físico.
Como parte de la Catedra Dra. Jacqueline Malagón desarrollada en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), Mármol deleitó a la concurrencia con un discurso florido, académico y preciso titulado: La quiebra del sentido: impacto de las tecnologías en el humanismo.
El autor
José Mármol es un destacado poeta y ensayista nacido en Santo Domingo, República Dominicana, en 1960. Mármol es Doctor en Filosofía por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), estudió Filosofía en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), posgrado en Lingüística Aplicada en la Universidad Intercontinental (INTER) y una maestría en Filosofía en la Universidad del País Vasco, España. Ha sido reconocido con varios premios: Premio Anual Salomé Ureña de Poesía, que recibió en 1987 y en 2007; premio Pedro Henríquez Ureña de Poesía en 1992. Además, fue galardonado con el Premio Casa de Teatro de Poesía y el Premio Internacional de Poesía Eliseo Diego, en 1994. Sus obras han sido traducidas a varios idiomas, incluyendo inglés, francés, italiano, búlgaro y ruso. Ha publicado numerosos libros de poesía, entre los que se destacan: Tantas que contar (1984), La invención del día (1989), Lengua de paraíso (1992), Lenguaje del mar (2002), La isla dividida (2019) y Una reimpresión (2021).
La conferencia
En su disertación, José Mármol nos presenta un análisis filosófico sobre el impacto de la revolución tecnológica y la digitalización en la vida humana, abordando varias preocupaciones sobre el futuro de la humanidad, la identidad y la ética en un mundo cada vez más mediado por la tecnología, reflexionando sobre cómo los avances tecnológicos y la era digital han transformado nuestra forma de vida, afectando tanto la manera de sentir como de pensar. En este contexto, se menciona la idea de un futuro dividido entre dos perspectivas: una, optimista y centrada en la fascinación por los avances tecnológicos y la diversificación del capital; y otra, pesimista, que percibe a la humanidad como observadora pasiva de su autodestrucción debido al poder económico y político.
Magistralmente Mármol, sostiene que se observa un contraste entre el progreso tecnológico y la crisis ética que genera en la sociedad, denunciando cómo la cultura contemporánea se ha orientado hacia un culto a la productividad y el rendimiento, en detrimento de lo humano. Este enfoque ha dado lugar a una alienación donde las personas se sumergen en lo superficial, perdiendo su sentido de identidad y fragmentando su humanidad.
Estamos totalmente de acuerdo con el conferencista en que el humanismo, que tradicionalmente defendía la autonomía y la dignidad humana, ha perdido su sentido auténtico en la modernidad. La aceleración tecnológica y la digitalización han colocado lo económico y lo tecnológico por encima de lo humano, llevando a una fragmentación de los valores humanísticos. Esta transformación resulta en un individuo alienado, que experimenta soledad, depresión y un vacío existencial, pese a la conectividad digital.
«Recordemos como simple ejemplo el descenso en la Calidad Educativa generado por la irrupción de la pandemia y la reclusión de los alumnos en los hogares y frente a las pantallas, o bien cómo fracasó estrepitosamente en países desarrollados la política de una Tablet por niño»
En un pasaje clave de su conferencia, el escritor nos plantea una crítica a la inteligencia artificial y los sistemas digitales, preguntándose si no estamos ante una nueva forma de alienación. Se cuestiona el hecho de que los programas informáticos, supuestamente creados para nuestra conveniencia, nos exijan confirmar nuestra humanidad, mientras que la propia máquina, con su aparente autonomía e inteligencia, amenaza nuestra libertad y privacidad. El autor destaca la contradicción entre la supuesta liberación que prometen estas tecnologías y la creciente opresión y control sobre la vida humana.
En relación con el concepto de conocimiento digital, José Mármol critica cómo la habilidad para manejar códigos y lenguajes tecnológicos no garantiza una comprensión profunda del lenguaje humano y sus tradiciones culturales. Esto plantea un peligro para la identidad individual y colectiva, ya que la dependencia de los medios digitales podría llevar a una desconexión con los valores fundamentales de la humanidad, las tradiciones y la cultura. La idea central aquí es que la tecnología, lejos de ser una aliada del progreso humano, puede convertirse en una amenaza para la racionalidad y el pensamiento crítico.
«La lectura es un surtidor de conocimientos, la lectura despierta la imaginación y encandilla el sentimiento de empatía y, por si fuera poco, la lectura remarca en el espíritu infantil una identificación cada vez más profunda con lo que nos preocupa hoy, lo esencialmente humano»
La preocupación central de la disertación, radica en cómo la humanidad, al volverse dependiente de la tecnología, podría perder su autonomía, su identidad y su capacidad de pensar críticamente sobre su propio destino.
En síntesis, se pueden identificar varios elementos centrales en la conferencia:
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El peligro de la transformación de lo humano en lo tecnológico
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La contradicción de la inteligencia artificial frente al autocuestionamiento.
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El olvido de lo humano y el poder de la tecnología
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La crítica a la cultura del consumo y la superficialidad
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La amenaza de la biopolítica y la vigilancia
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La artificialidad de la “inteligencia” y el conocimiento superficial
Nos muestra Mármol con esta conferencia, que detrás de poeta y ensayista, se encuentra un intelectual preocupado por la sociedad y la educación, dispuesto a compartir sus conocimientos para la mejora de los procesos. Felicitamos a la comunidad académica de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) institución vanguardista comprometida con la calidad académica, a la Dra. Jacqueline Malagón y al conferencista por este importante aporte.
En este momento haré uso de la prerrogativa de saltar de un tema a otro y les dejo con algo de la poesía de José Mármol.
Yo, la isla dividida
Yo, como la isla,
rodeado de ti por todas partes, dividido.
Apagado. Compungido. A la sombra.
Mientras tu rayo esplende como el aura temprana.
Me acomodo en el último pasillo del ocaso.
Me contento con ser de la música el vacío
y de las palabras, cuando las pronuncias,
apenas el asomo, dividido,
resquicio tal vez de aquel instante clave, inesperado,
en que de la cosa el sentido se resbala
y la vocal se arrulla y se cierran los labios
y ya nada se dice ni ha quedado por decir.
Yo, como la isla siempre,
ahora sin ti,
rodeado de mi propio animal por todas partes.
(Yo, la isla dividida, Visor Libros, Madrid, 2019 y 2021)
Tristeza que es amor
Camino de morir, aquel sendero mismo de la vida,
un borbotón de azul sobre la faz del día
y un sol que se repite para no ser nunca igual.
Camino de morir,
esa huella perdida hacia el porvenir incierto.
El idioma de un verso, un aire de febrero, la derrota;
la posesión de todo como propiedad de nada;
la ruta del destierro, el ayer que ahora es nunca;
la infancia, el limonero, tu hoy es siempre todavía, por llegar.
Con cada canto voy diciendo lo que nace, lo que brota del aire.
Nombrar es el más bello misterio de los labios.
Toda palabra es tiempo; cada imagen un recuerdo.
El odio de unos hombres secó aguas tranquilas,
sonoros arroyuelos
y los campos de frutos hizo polvo para el fuego.
El odio, la furia, la rabia de las fieras,
la ira que me hizo caminar sobre cuchillos,
con lágrimas de plomo y el invierno entre las venas.
Camino de morir, porque cada paisaje es un rumor
y es vida.
Hay almas del tamaño de la inmensidad de un verso.