No puedo iniciar este artículo sin referirme a un trabajo publicado en la prensa, hace cerca de dos décadas, de la autoría de Tony Raful, en el que valoraba las cualidades de nuestra insigne maestra, Dra. Ivelisse Prats Ramírez de Pérez. Nuestro Premio Nacional de Literatura expresaba que Ivelisse Prats era una de las mujeres que mejor hablaba, y decía que ella se empinaba sobre la palabra para hablar. Nada más cierto que lo dicho por el poeta Tony Raful.
He recorrido y viajado, y también acariciado, con el libro de poesía "Necesaria existencia", de la autoría de mi maestra de pedagogía, mientras cursaba mis primeros semestres en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en las décadas de los años setenta y ochenta. Me estacío en cada verso, en las estrofas de cada poema y la bella dedicatoria que me escribió con su amor de madre. Me permito citar:
"Para Nino Féliz, mi hijo en el espíritu,
estos malos poemas para
que los lea no demasiado
críticamente un poeta de verdad."
Ivelisse
Junio 2006.
El peso y la dimensión del magisterio de la educadora no permitió que el país conociera la belleza de su poesía de la poeta. Los versos de Ivelisse Prats Ramírez de Pérez surcaron el cielo en silencio, sin que la publicidad advirtiera su existencia. Sin embargo, su pedagogía se alojó y se hizo inmortal en el horizonte que cobija la esperanza y el patriotismo. Nadie pudo superarla en su humanismo ni en su lucha por la democracia y la soberanía de su amada patria.
Este texto poético, al que nos referimos, de la maestra Ivelisse tiene un prólogo escrito por Máximo Avilés Blonda, uno de los intelectuales más importantes del país. Esta publicación data del mes de agosto de 1982. Es posible que la publicación de esta obra haya sido anterior o posterior a la toma de posesión de la maestra el día dieciséis, del mismo mes, como secretaria Estado de Educación.
El libro tiene 192 páginas de temas sociales; 8 familiares e íntimos, y 27 poemas de añoranza, para un total de 127 poemas. La selección y edición estuvo a cargo de Fiume Gómez de Michel, su amiga de siempre, y la supervisión y portada por Santiago Gómez Monegro.
El maestro Avilés Blonda realiza un profundo análisis literario en su prólogo, en el cual describe no sólo la poesía de la maestra Ivelisse Prats, sino que aborda aspectos esenciales de la vida y circunstancias sociales y humanas de nuestra poeta. Avilés Blonda lo expresa claramente: "Hay en el comienzo de todos estos poemas a los hijos ciertas reminiscencia de Domingo Moreno Jiménez, poeta a quien le guardaba gran admiración la autora de Necesaria existencia."
El maestro luego expresa que el poema A mi hija Rosa María, es uno de los que tienen mayor carga de ternura. Citamos el poema de referencia:
"Háblame. Dime por qué tu cuerpo vino hasta mí
como una nota tibia. Por qué rondan
en tu sangre el tañido y el pájaro alegre
que no latió en mis sienes.
Por qué la forma
que en tu lengua tomaron el amor o la dicha
pudo surgir el duro crepitar de mi llanto."
La poesía de Ivelisse es, al mismo tiempo, un canto de amor, de lucha y de esperanza para su pueblo. Está llena de voces que reclaman justicia. Esta es la razón y la fuerza de su humanismo, muy bien reflejado en cada uno de sus versos. Basta con leer la primera estrofa de su poema Palma sola. Citamos:
"Nadie supo sus nombres.
Subían de las raíces de la sangre,
los gritó la tiniebla con la pólvora
y al apagarse cada flor
se oían".