“Un hombre fuera de su patria es como un árbol en el mar” J M.

La migración ha sido una realidad consustancial a los seres humanos, distintas razones pueden generar este fenómeno social. La migración española a América, en particular, ha sido constante y por diversas circunstancias. Se conocen, entre otras, la guerra civil de la tercera década de S.XX, luego durante la dictadura de Franco y recientemente a principio de este siglo. Esta perspectiva es una de las tantas lecturas de las que es susceptible la novela "Isleña" (2022. Búho) de Bismar Galán, escritor cubano-dominicano, reconocido con distintos premios y como escritor de literatura infantojuvenil.

La novela cuenta la historia de Teresa una joven perteneciente a la comunidad campesina de Moya en gran Canaria, España, que luego de sufrir el abandono de su padre lo sufre de su esposo. Ambos emigrantes al caribe en busca de mejores condiciones económicas y con la promesa incumplida del regreso; el primero a Puerto Rico y el segundo a Santo Domingo. Al ser hija única de Naira, Teresa tuvo que trabajar duro junto a su madre en faenas agrícolas, pecuarias y sus derivados para poder subsistir; pero también disfrutó de mimos y cuidados de parte de su madre, quien la crio con esmero y una tabla de valores que la marcaron de por vida.

Teresa representa lo mejor que se espera de una mujer de su tiempo, más de la mitad del S. XX.  Era pudorosa, bella, abnegada, romántica, muy trabajadora, buen ser humano y mujer para un solo hombre. Sumado a esas cualidades, poseía un hábito poco común en las mujeres de entonces, disfrutaba la lectura; hábito, que junto a todo lo demás conformaron su visión del mundo.

Al llegar a la adultez, Teresa tiene que enfrentar la vida, pero al parecer, esta se ensaña con ella. Se enamora, se casa, pero nunca es aceptada por la suegra. Su marido empujado por la apremiante crisis económica emigra, queda con la suegra de quien se ve obligada a huir fruto del maltrato, se le quema su casa, muere la madre y queda en total indefensión. Decide emigrar a Santo Domingo, supuestamente motivada por el marido, sin saber que es víctima de una trama que cambiaría el destino atesorado.

Contrario a Teresa, Jairo su esposo, aunque aparenta una buena persona y está muy enamorado no está totalmente alfabetizado, ni cuenta con el mismo tipo de madre, ni la confianza y seguridad que ella. Ya en Santo Domingo se auxilia de Robert para escribirle. Finalmente desconfía de ella azuzado por las injurias de la madre, deja Santo Domingo sin que esta sepa nada. Para cuando ella llega es Robert quien la recibe. Este, artista y soñador se había enamorado a distancia y con quien se queda.

Contada de esta manera la novela aparenta una historia de amor convencional y romántica, pero si el lector ahonda desentraña la cara adversa de la migración. Tanto ayer como hoy la gente, en su mayoría,  emigra porque carece de lo que Bosch en su Composición social dominicana llama las condiciones materiales de existencia, no hay trabajo, ni alimento, ni vestido, ni educación; no hay futuro. Se deja el suelo patrio sostenido en la esperanza de trabajar, ahorrar, regresar y emprender, lo que cierta y totalmente no se da. Al llegar a la tierra prometida, el migrante tiene que lidiar con los cambios, la adaptación, la nostalgia, nuevamente las carencias económicas hasta llegar a la anhelada estabilidad.

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En términos literarios esta novela, corta y lineal cuenta con aspectos que la catapultan como una obra de arte. La descripción de cada espacio abre cada mundo diferente; como el clima y la vegetación de las islas. El aspecto, colores y sabores de los entornos pobres. Los olores, sensación de libertad e incertidumbre que produce el mar, cuando la vida depende del tiempo y la dirección del viento. Asimismo, da la idea de hasta cuánto se puede coincidir en la visión del mundo y la vida, determinado por condiciones geográficas similares. Cuánta afinidad puede haber en oriundos, por ejemplo, de Gran Canaria, Puerto Rico y Santo Domingo. El autor trabaja estos confines de una forma magistral.

El contexto recreado retrotrae a una época dura para muchos lugares del mundo. Grandes desigualdades sociales, medios de transportes deficitarios y de larga duración, como es el vapor. Bajos niveles de educación en las mayorías, especialmente en las mujeres; más pobres que los hombres, dedicadas solo a la complacencia de este en todos los aspectos. Pero también tiene sus luces en términos humanos, con la empatía y la solidaridad aun con los desconocidos. Las acciones de los personajes así lo demuestran, el autor los crea tan humanos que se sienten reales.

Desde la semiótica hay mucho trabajo en esta novela, pero este trabajo destacará los símbolos que cree más pertinentes. La migración sigue siendo un grito de protesta ante las políticas sociales erradas. El personaje de Teresa simboliza esa mujer de los años cincuenta a los sesenta del S.XX que se debate entre la educación tradicional, el pape secundario respecto al hombre y el inicio de su educación en la ciencia, las letras y las demás artes. Aunque expuesta a todo tipo de abusos y escarnios decide seguir adelante. Jairo y Robert, aunque buenas personas ambos representan las diferencias entre un hombre simple y otro más educado. Naira la madre la mujer de su tiempo abnegada, trabajadora y que espera el milagro del regreso del hombre que emigra con la promesa de regresar. De Santo Domingo, aunque es el lugar del destino no se cuenta nada, hay un gran silencio, está cerca de los años sesenta del siglo. XX.

Finalmente, la novela Isleña es recomendada para cualquier lector, pero en especial para los jóvenes, por ser lineal y contener una trama que se complejiza en la medida en que se desarrolla la historia, sus personajes juveniles y porque el amor es el cebo ficticio que se tira al mar para pescar otras especies reales.

Andrea Teanni Cuesta Ramón en Acento.com.do