A Ricardo Nieve , Andrés L. Mateo y a Fausto Rosario Adames.
(…) la inteligencia que no sepa otra cosa que separar la complejidad del mundo en fragmentos desunidos, fracciona los problemas, unidemensionaliza lo multidimensional. La misma atrofia las posibilidades de comprensión y de reflexión, eliminando también las oportunidades de un juicio correctivo o de una visión a largo plazo (Edgar Morin. La mente bien ordenada, 2010, p.15).
Bill Gates, un ave fénix de fibras cibernéticas
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Bill Gates, en su obra Camino al futuro afirma, que la red de redes (internet) del ciberespacio transformarán nuestra cultura tan radicalmente como la imprenta de Gutenberg transformó los tiempos medievales. Aunque la entrada en escena de las computadoras personales ya había cambiado los hábitos de trabajo, sería la red de internet, que apenas se expandía en esa época, la que cambiaría nuestra vida: “A medida que las máquinas de información se conecten a Internet, pronto se harán accesibles las personas, los espectáculos y los servicios de información” (Gates, 1996. p,15).
Esta visión de Gates se situó en el punto de inflexión de la transformación digital y de sus trayectorias sociales en el mundo y configuró lo que hoy se conoce como cibermundo. Sin embargo, esta inflexión de eventos con la expansión del ciberespacio y la transformación digital fue dejando de lado la implicación ética hasta el punto en que estamos más pendientes de la IA comercial que el impacto de esta en los valores.
Parte de estas reflexiones de Gates también se encuentran en su texto Los Negocios en la era digital (1999) en el cual traza reglas para ser un triunfador en el mundo de los negocios digitales y afianza sus criterios a favor del libro electrónico en el proceso de enseñanza en las escuelas y de cómo la multimedia ayudaría a los alumnos en la agilización del aprendizaje.
En el libro de mi autoría, titulado La vida americana en el siglo XXI (1998), explico cómo Gates se convirtió en el líder de Ciberamérica. Como presidente de la América cibernética, logró acaparar los navegadores a través de la compañía Microsoft. La empresa digital Netscape, dirigida por James Barkesdale, lo acusó de imponer su navegador Explorer, con el objetivo de destruir a su empresa.
Dicha denuncia trajo como resultado una serie de conversaciones entre ambas empresas, en las cuales tuvo que intervenir el Departamento de Justicia de Estado Unidos con un conjunto de acciones legales planteadas contra Microsoft. Esto porque esta empresa de acuerdo con esas conversaciones pretendía monopolizar el mercado de los navegadores de internet, dado el supuesto de que se le ofrecía a Netscape un acuerdo mediante el cual la empresa de Gates sería la única en el mercado con navegadores para Windows, a cambio de que esta se comprometiera a no desarrollar navegadores para otros sistemas operativos que no fuera el de Microsoft.
En esos momentos, la empresa Microsoft de Gates controlaba el 90% del mercado de los sistemas operativos Window 95 y 98. La venta de ambos sistemas lo convirtieron en uno de los primeros cibermillonarios del planeta.
En el año 1995, el intelectual Bernhard Gunter, en un texto sobre Bill Gates, llegó a decir que sus “extraordinarios conocimientos y su marcado espíritu de empresario americano han obligado a capitular a muchos especuladores y detractores”. Muchos de estos se llegaron a confundir con su forma de ser; luego llegaron a darse cuenta de que no “estaban ante un digitalizador despeinado sino ante un hombre de negocios extremamente inteligente que sabe aprovechar cada oportunidad que se le presenta” (Ibíd.,71).
Esa capacidad de doblegar a su adversario la demostró cuando el 18 de agosto del 1997, Gates se apoderó de muchas acciones de la empresa Apple Computer, dirigida por Steve Jobs, por lo que su fuerza real nunca dejó de expandirse, su voluntad de poderío (Nietzsche), de fuerza tanto activa (creatividad) como reactiva de dominación de los mercados de la informática forman parte de la fibra cibernética de lo que es hoy el cibermundo.
Hoy no se puede dejar de escribir la historia de la tecnología digital, de los ordenadores, principalmente de los softwares y otros dispositivos digitales sin William Henry Gates III, conocido como Bill Gates, considerado entre los grandes constructores del cibermundo.
A mediados del 2014, dejó el cargo de presidente de Microsoft y al inicio de la tercera década del siglo XXI, abandonó su puesto en la junta directiva para convertirse en asesor de la compañía que ayudó a fundar en 1975, junto a Paul Allen. En su libro Cómo evitar un desastre climático (2021), dice un poco nostálgico:
“Hace dos décadas no imaginaba que algún día hablaría en público sobre el cambio, y mucho menos que escribiría un libro al respecto. Mi experiencia profesional gira en torno al software, no a la climatología, y en la actualidad colaboro a tiempo completo con mi esposa, Melinda, en la Fundación Gates, donde centramos todo nuestro esfuerzo en la salud global, el desarrollo y l educación en Estados Unidos “(Gates, p.12 ).
No obstante, tres años más tarde irrumpió como el ave fénix en el cibermundo, como ave de fibras cibernéticas renacida de sus cenizas y se situó con sus reflexiones en los debates principales del cibermundo, específicamente sobre el tema de la IA, aunque no tan intensamente como cuando predijo todo lo relacionado a la red de redes internet y a la computadora personal.
En su blog (21/3/23), escribió una reflexión sobre la entrada en escena de la IA, que en sus primeros dos párrafos narra:
A lo largo de mi vida, he sido testigo de dos demostraciones de la tecnología que me han parecido revolucionarias. La primera vez fue en 1980, cuando vi una interfaz gráfica de usuario, precursora de todos los sistemas operativos modernos, incluido Windows (…). La segunda gran sorpresa llegó el año pasado. Llevaba reuniéndome con el equipo de OpenAI desde el 2016 y me impresionaban los constantes progresos que realizaban (…) contemplé impresionado cómo le planteaban a GPT, su modelo de inteligencia artificial, 60 preguntas de opción múltiple en un examen avanzado de biología y cómo el modelo acertaba 59 (Gates,2023).
El chat GPT es un dispositivo diseñado por la empresa Open AI; es una compañía fundada por el joven nativo digital Sam Altman, que luego entró en alianza con la empresa Microsoft, para construir un espacio virtual de investigación sobre la IA. Este dispositivo virtual de lenguaje de programación e IA generativa permite a los sujetos cibernéticos (personas que navegan por el ciberespacio) interactuar con una computadora de forma más natural, amigable y convencional.
En los Estados Unidos, al inicio de la década del 90, estudié informática en su aspectos técnicos y epistemológicos e indagué desde la filosofía de la tecnología, lo cibernético, IA, la construcción del ciberespacio y la cultura hacktivista, así como los discursos sobre la transformación digital y sus efectos sociales, culturales y éticos. Entre esos discursos se encuentra el de Gates, su enfoque de cómo sería el mundo cibernético en el siglo XXI y me he dado cuenta de que muchas de sus visiones futuristas se han cumplido; en cambio, otras se las llevó el viento como el aire en movimiento, el cual sopla caliente como parte de los tiempos transidos y cibernéticos, de guerra y ciberguerra en la que hoy vive la humanidad.