Durante mi formación en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde cada bienal de artes visuales, solían darnos un recorrido y a pesar de ver a tantos artistas internacionales, nunca escuché el nombre de Leopoldo Maler. Una escultura permanente que está a pocos metros del museo del Arte Moderno, donde se ven unas sillas de hierro recostadas entre sí, son de su autoría y se titula: Conciencia empírica. Maler es un artista de performance, instalación, escultor, efectos visuales cinematográficos etc, de origen argentino, considerado pionero del performance en Europa, que lleva más de treinta y seis años residiendo en Boca de Chavón, La Roma.
HERAORA es una exposición que cuenta con 6 vídeoinstalaciones; 12 instalaciones; 20 construcciones pictóricas; 8 instalaciones escultóricas; 2 esculturas en acero inoxidable y 2 pinturas sobre óleo tela y madera.
Después de ver su exposición semanas pasadas en el segundo nivel de la galería de Arte Moderno, que dicho sea de paso, es una retrospectiva, pude observar las “provocaciones” visuales de su arte. En este tipo de arte siempre ha habido más preguntas que respuestas; si ver una pintura o un dibujo bien proporcionado es contemplar técnicas, imaginación, didactismo, inspiración etc., estar en frente de una de la obras de Maler es estar ante una provocación que sufren los sentidos. En ocasiones salta la duda y, a la vez, el respeto por lo que está en frente de uno.
Las obras de Maler son de una libertad expresiva y enigmática que conjuga la duda y la veracidad de lo qué es verdaderamente arte. Avelina Lésper, una crítica de arte mexicana y youtober, a quien sigo en las redes, estuvo invitada por la fundación Iván Tovar el día de la inauguración del maestro surrealista, es la más acérrima que desenmascara las pretensiones artísticas de algunos exponentes de este cuestionado arte contemporáneo: VIP, como ella lo ha nombrado: Vídeo, Instalación y Performance. Ahora bien, en lo que a mí concierne, asiento en un sesenta por ciento de las ponencias de sus críticas; lo de Lésper es, un llamado de alerta a la conciencia artística visual, dado que el espectador se amedrenta de expresarse y hace del silencio una devoción ante este susodicho arte que muchos pretenden implantar como buen y válido.
“si para ti, ver ropas viejas o un cajón lleno de gaseosas plástica vacías en una esquina, es arte, pues para mí no lo es. Alguien debe decir algo y no sumarse al silencio.” Avelina Lésper, entrevista televisiva.
Son muchas las frases que se pueden escribir aquí, tanto de entrevistas como de su libro: “El fraude del arte contemporáneo”. También debo mencionar el libro de Mario Vargas Llosa: “La civilización del espectáculo”, donde habla de la vulgarización del arte dado irresistible mercantilismo a que se expone.
“…la realidad no existe ha sido reemplazada por la realidad virtual, la creada por las imágenes de la publicidad y los grandes medios audiovisuales.”
“…la cultura ahora es un entretenimiento.”
Pero cómo ve Leopoldo Maler el mundo, esa sería la pregunta más medular en este escrito. Para mí, es un artista que cree que la vida está llena de oportunidades, solo hay que echar mano de lo que uno desea desarrollar conforme a sus deseos, pasiones y aspiraciones. En las obras de Maler hay: surrealismo, expresionismo, simbolismo, abstracto…, toda una gama de estilos recogidos en el acervo de sus años como artista. Semióticamente hablando es un festín perceptivo que asombra al espectador que se cuestiona con cada una de sus obras. Muchas veces esa es la cuestión: poner al espectador como ente-juez de esos datos curiosos que sus sentidos captan.
Las obras de artes de Maler (artista autodidacta) son un caldo de cultivo en lo que se refiere a la cinematografía y el teatro: una máquina de escribir marca Underwood encendida en llamas; un cuadro que muestra pinturas cambiantes, cabezas tipo maniquí a medio hundir en una especie de pileta con agua; un carro arruinado en que se ve un conductor proyectado; una cama en neón con un controlador de voltaje sumado a una proyección desde arriba; en fin…, hay que estar ahí para deleitarse con esos espectáculos que llevan al visitante a plantearse un sin número de preguntas con respuestas especulativas.
Maler habla de su arte. Entrevista en el programa Confabulaciones.
“Yo no sé dibujar, todos mis proyectos son en un diseño esquemático.”
“La instalación es un dialogo entre diferentes objetos y el espacio.” (1 parte).
“No me considero artista, me considero un infiltrado en el mundo del arte; hace muy poco digo soy artista.” (2 parte).
Independiente de su aceptación en el mundo del arte contemporáneo internacional, Leopoldo Maler es un ícono que no se puede obviar y sus obras lo hacen inolvidable.
Qué fuera del arte conceptual de la época o del arte contemporáneo actual si Marcel Duchamp, de tendencia Dadaísta, no hubiera puesto el urinario firmado con el seudónimo: R. Mutt. en la exposición de Nueva York del 2 de abril 1917.