He venido a traerte una flor
y me tiemblan las manos.
Espanto de maripositas grises
transfiguran el momento.
Cómo aceptar el velo en tus ojos
tú voz macerada en los recuerdos,
ahora silencio alterno
de quien habita otra presencia.
Una luz blanca estriba la mirada
¿Hacia dónde vas febril paloma?
¿quién viaja contigo?
Este amanecer agrietado
azula el ocre sendero
es otro "Camino de sombras"
que nunca asaltaron tus ojos.
El hombre no hizo maletas
el hombre se hizo horizonte
Hoy he venido a verte
con la inconsistencia de un niño
Intento abrigar tu nombre
como aquellos primeros versos
como fue estrechar tu mano
y ver la humedad en tus ojos.
Jamás habrá un mejor amigo
ni mejores manos tocarán a la puerta.
Pero un adiós no tiene piel
es ley amarga de copa rota
Allá en sus predios las bellas tardes
alzan su vuelo como aves negras.
Ahora extrañar será el verbo
no más correos al rojo vivo
ni Estolas en cáliz de vinil
ya nada de nada será igual.
En la levedad del viento
duele tu voz
y no sabemos a dónde mirar
Los pinceles violáceos de tu risa
migran a ser paisaje de otra orilla.
Ahora,
Ahora mismo Manolito está lloviendo
Llueve sobre el moribundo río Cuaba
y es más bien
un vaivén indecible de cayenas
que ya no enamora la desolada sabana…
Ya nada de nada será igual.
He venido a traerte una flor
Perdón si he llegado tarde.