La sabiduría popular es la colección de dichos, enseñanzas, recetas y remedios, que nacen de la experiencia repetida de las personas y se transmiten de generación en generación, formando parte de la memoria de los pueblos.
La Dra. Isabel Aretz, establece que estos saberes forman parte de lo que ella denomina el folclore social. Los aspectos sociales son los que se desarrollan como parte de la intercomunicación de vivencias en una comunidad: festividades populares, bailes, juntas, juegos y demás eventos o actividades que requieran de la participación del grupo social al que se pertenece. El folklore social contempla aspectos como el lenguaje: Habla local o regional: es la forma de hablar en diferentes regiones.
El mejor ejemplo que existe desde la sabiduría popular, con su utilidad en nuestro vocabulario diario, es el refrán. El diccionario de Oxford Lenguages, define el refrán como: nombre masculino, frase de origen popular repetida tradicionalmente de forma invariable, en la cual se expresa un pensamiento moral, un consejo o una enseñanza; particularmente la que está estructurada en verso y rima en asonancia o consonancia.
Otra definición establece que el refrán es una paremia tradicional de origen y uso popular y por definición, de autoría anónima con intención didáctica, moral o incluso filosófica.
La etimología del refrán delata su origen en el contexto de la lírica provenzal, como parte de la letra de canciones y poemas, cantados o recitados. Así lo describen ya en el Medioevo los términos refrain (francés) y refranh (provenzal) como parte del poema que se repite en cada estrofa (en piezas de desarrollo popular como los rondeau, virelai, ballade, chant royal (Llorens Barber, 1986).
En el anecdotario dominicano, la cantidad de refranes, frases, saberes, decires o dichos que conocemos son incontables, estos varían de una región a otra y de un pueblo a otro, además algo sumamente importante que debemos destacar, que, por la transformación de la cultura por el mismo colectivo, se va alimentando la sabiduría popular y se integran saberes nuevos permanentemente.
La sabiduría popular forma parte de los procesos de rendimientos crecientes; esto es, de procesos cuyos costos disminuyen (o cuyos beneficios aumentan) a medida que adquieren más adeptos, por lo cual se popularizan rápidamente y, cuando lo hacen, tienden a perpetuarse; como la costumbre actual de manejar por la derecha o de frenar en rojo y arrancar en verde; o como el uso generalizado de Word de Microsoft (Montenegro, Álvaro 2008).
En el país se conoce un dicho o frase que forma parte de la identidad folclórica del dominicano. ‘‘Hasta donde dice Cirilo’’, es una expresión que se mantiene vigente todo el tiempo, aunque en ocasiones la dejemos de decir o escuchar a otro.
Cirilo es un nombre propio masculino de origen griego en su variante en español. Su significado es «señor», del griego (señor, autoridad). En el país sobre todo en pueblos de la región sur, yo he conocido de señoras que se llaman Cirila.
Cirilo, son también dos santos de la iglesia católica, San Cirilo de Alejandría y San Cirilo de Jerusalén, En el país conozco de una parroquia que lleva el nombre del último.
Sobre el origen de “Hasta donde dicen Cirilo”
Son varias las versiones que existen sobre el origen de este dicho popular, una de las más conocidas, es que se origina por un cuchillo usado en los inicios del pasado siglo, cuya marca era ‘‘Cirilo’’, y la misma se encontraba grabada en su hoja de metal, bien pegada al mango y cuando se formaban pleitos, blandiendo machetes y cuchillos, fue allí en donde se hizo popular esta frase, que quería decir que aquel cuchillo se había introducido hasta lo más profundo en el contrincante.
Otra versión establece que "Cirilo", es la parte más profunda o lejana hasta donde se puede entrar un objeto o hasta donde se pueda llegar. Se deriva de unos cuchillos que venían al país, utilizados por los carniceros y campesinos para matar las vacas y tenían gravado "Cirilo" cerca del mango, por lo que para matar las vacas había que entrar el cuchillo hasta donde decía Cirilo.
Realmente, nos hemos dado cuenta en lecturas e investigaciones, sobre el tema, con la finalidad de preparar y compartir este escrito de una manera más completa como acostumbramos, que el verdadero nombre de la marca del cuchillo no era Cirilo, era, Ciryl Lignac, pero nos imaginamos que el dominicano aplatanó el termino al español nuestro y lo interpretó como Cirilo.
Sobre el origen de la frase, no hemos terminado, encontramos otras versiones, que es la sureña, claro, no se podía quedar el querido sur. El lunes 27 de julio del año 2009, el Sr. Carlos M. Liranzo, en un artículo publicado en http://hondovallesur.blogspot.com/2009/07/sabiduria-popular_27.html, titulado: “Hasta donde le dicen Cirilo”, establece:
"Temprano en la historia del sur profundo, las peleas en los bares y cantinas eran comunes, resultando en lesiones graves y a veces en lamentables, muertes y
como forma de valentía y diversión, algunos formaban pleitos, ’blandeando machetes y cuchillos’, fue allí en donde se hizo popular la frase “Hasta donde le dicen Cirilo”, pues resulta, y según me cuentan los que deambularon en aquellos escenario, una de las marcas más famosas de aquel entonces eran los cuchillos Cirilo, preferidos por su calidad. Estos cuchillos tenían la marca estampada en el final del cuchillo, cerca del cabo, el decir ‘Hasta donde le dicen Cirilo’, quería decir que aquel cuchillo se había introducido ‘hasta donde no más’, otra expresión usada para describir el mismo sádico acto. Esta forma ‘bárbara’ de diversión de aquellos tiempos, hoy forma parte de la historia del Sur Profundo, una historia, que es tan nuestra como el mismo pueblo de Hondo Valle".
Otra de las versiones que encontré y también la comparto, es la que denomino la versión cibaeña.
Hell Boyz en la página http://hbjarabacoa.blogspot.com/2010/09/como-surge-hasta-donde-dice-cirilo.html, publico el 16 de septiembre del 2016, un escrito titulado: ¿Cómo surge hasta donde dice Cirilo?, planteando:
"Cirilo era un señor oriundo de Santiago, fabricador de cuchillos, al final de la hoja, junto al mango tenían inscrito la palabra Cirilo. Entonces cuando le daban una puñalada con la hoja completa, decían que le entraron el cuchillo hasta donde dice Cirilo".
Luis Ovalle, el reconocido músico mocano, haciendo referencia a la frase, desde su página digital dice que: “Es la historia de un señor llamado Cirilo que fabricaba cuchillos, este al final de la hoja inscribía su nombre Cirilo, cerca del mango de madera por donde se agarraba el cuchillo, cuando al matar una vaca decían: éntrale el cuchillo hasta donde le dicen Cirilo”.
Para ir finalizando, lo hacemos con música y con merengue típico, como nos gusta a los dominicanos y las dominicanas, por eso mencionamos a Ovalle. La frase en cuestión ha sido tan popular, pero tan popular, que también se le ha cantado, se le ha compuesto, ósea que tiene su merengue.
El merengue “Hasta donde le dicen Cirilo”, muy conocido y bailado de manera especial por los cibaeños, es interpretado por Bartolo Alvarado, (El cieguito de Nagua), al igual que otros merengueros y agrupaciones típicas del país, que componen y le cantan a la cotidianidad y al saber popular dominicano.
De acuerdo a lo que hemos investigado, esta historia no es de un pueblo o región, es de la cultura oral y folclórica del país y cada quien le pone su historia y de eso se trata el hecho folclórico, se pierde la autoría de algo y la asume el pueblo mismo. Es por eso que como los “Cuchillos Cirilo” eran usados en todo el país, encontramos historias semejantes en la región este, norte, sur y la capital o como se llama ahora: Gran Santo Domingo, donde la expresión también es conocida y muy seguro que también tenga su propia historia.
Cuando el dominicano se enfrenta a una situación y no sabe cómo describir algo, simplemente se lo inventa o se auxilia sin mucho rebuscar del nutrido anecdotario popular.
Ejemplo: "Ese día bailamos hasta donde le dicen Cirilo", "Ese día caminamos hasta donde le dicen Cirilo", "Ayy me duele donde le dicen Cirilo"
¿Cuándo fue la última vez que escuchaste esta frase? Pues úsala, que es nuestra.