En el ámbito de los trabajos de grado, se evidencia un híbrido trucho entre los enfoques cualitativos y cuantitativos. Muchas veces una estudiante elige para su tesis una investigación de tema literario, digamos “Los recursos de la Lingüística Forense como detonadores del gap en la novela policial de tal autor”, para al poco tiempo descubrirse atrapada en la desazón de una tormenta provocada por un asesor que le exige hipótesis, variables, indicadores de logros, fórmulas de muestreo… y entre esos vientos, por supuesto, un paquete de hallazgos que no serán otra cosa que una secuencia de tablas y gráficos sin vida como único soporte para el análisis. O el estudiante que está cansado de observar a ese chico afeminado de quinto grado de secundaria a quien el bullying casi se lo come vivo, y él quisiera investigar cómo hacer para abordar ese problema y aportar un conjunto de sugerencias que al menos apunten hacia una solución, pero entonces la asesora le dicta que no, que uno es muy poco, que mejor estudie alguna correlación sobre equis variables que permitan un muestreo grande.

Bajo la estela de este híbrido trucho, el viejo prestigio del modelo cuantitativo, unido a la visión limitada del asesor echa, a perder un potencial hallazgo literario o el posible lanzamiento de un salvavidas ante una situación profundamente humana. Y hace que también el estudiante, que en el momento inicial se potenciaba como un posible investigador, mande ese futuro al carajo y termine por maldecir un manojo de hojas ocho y medio por once empastadas en las que sólo identifica tablas, teorías y opiniones que tienen poco que ver con su visión de la realidad.

Este es un mal que se extiende por la América Latina, donde a menudo la formación para investigadores parece encajonada en las visiones decimonónicas. En el caso de la academia de la República Dominicana, urge una discusión sobre las diferencias, aportes y características de los enfoques cualitativo y cuantitativo. No se trata de excluir al segundo, sino de buscar la manera de que no se siga excluyendo o truchando al primero. Este artículo propone una discusión que marque un camino hacia la geografía de la investigación cualitativa. En algunas entregas, como sucede en la presente, se repasarán aspectos de la investigación en general. Sin embargo, el propósito es plantear el sendero de la investigación cualitativa como enfoque que debe ser asumido desde sus características, y no como un simple disfraz para un manojo mal tramado de procedimientos cuantitativos.

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Antes del estudio, cuando ha adquirido al menos una idea del tema que le interesa abordar, el investigador se sumergirá inmediatamente en una selva de documentos. La selva se extiende por un infinito corpus de libros, artículos, folletos, apuntes, consultas, audios, videos que rebosan todo el entorno cognitivo. Es un momento de pasión y de incertidumbre. ¿Cuáles documentos debo usar? ¿Dónde los encuentro? ¿Cuáles son los autores esenciales? ¿En cuáles textos se recogen las discusiones estratégicas? Estas preguntas empezarán a conseguir sus respuestas mediante la tarea de revisión documental. El resultado pasará a la revisión de la literatura. Luego de ambos procesos, se borrará al menos la incertidumbre de la cantidad. Aunque la selva permanecerá allí durante toda la investigación…

La revisión documental es una acción exploratoria que permite identificar el cúmulo de documentos, autores y temas de discusión a través de los cuales ha sido abordado un tema de investigación. Este estado se nutre de toda fuente que aporte información pertinente, sin importar incluso su origen y prestigio, sobre todo en el modelo cualitativo. Si fuéramos a localizarlo en una línea de tiempo, pertenece al inicio de la investigación; por tanto, debe ser el primer paso del investigador en la carrera del tratamiento de un tema. Por supuesto, como herramienta que vive en la selva, permanecerá sumergida en ella todo el tiempo. Su función es trazar una “prehistoria” de la historia que construiremos. En este sentido, orienta hacia el delineamiento del objeto de estudio; la cultura bibliográfica sobre el tema; las relaciones entre autores y posiciones; la obtención de preguntas y objetivos de investigación que pueden ser útiles para nuestro estudio; la valoración de experiencias; la observación de aspectos poco abordados, y la identificación de categorías o variables que pueden ser importantes en la investigación. Se trata de una exploración que todo investigador, de manera sistemática o superficial, realiza antes de internarse en el tema. Existen diversas maneras de abordar la revisión documental. Por ejemplo, se puede diseñar matrices en las que se plasmen elementos claves de los documentos evaluados. Los procedimientos de scope review pueden ser valiosos para explorar, evaluar y analizar la documentación revisada. En este sentido, el framework SALSA puede servir de guía para una buena labor de revisión documental.

Una vez se obtiene un corpus mediante la revisión documental, esos textos pasan a los diversos procesos de revisión de la literatura. En este estado, que se alimenta de la revisión documental, se considera el origen, prestigio y el valor real de la información. Este proceso consiste en la tarea de dar uso a materiales concretos que “quizás indudablemente” pueden ser útiles para nuestra investigación. En muchos casos, un estado del arte permitirá organizar los documentos que nos dan una idea de la situación del tema en el presente, mientras que la obtención de una muestra de antecedentes nos ofrecerá un contexto histórico. A su vez, mediante el marco teórico profundizaremos concretamente en el cúmulo de conceptos y teorías definitivas servirá de sostén cognitivo para la investigación.

En general, se podría decir que la revisión documental es una tarea exploratoria con la que se procura tener un acercamiento al corpus vinculado a nuestro tema de investigación, mientras que la revisión de la literatura constituye la acción de trabajar con los materiales en concreto elegidos tras el proceso de revisión documental. Por su proximidad con la selva y su acción exploratoria, el corpus de la revisión documental siempre será mayor que el de la revisión de la literatura; en esta segunda revisión, unas unidades serán más significativas que otras, al punto de que, inclusive, algunas terminen por no ser utilizadas. Se trata de dos procesos vinculantes. En el input y durante todo el proceso del algoritmo, siempre estará la selva.

Esta imagen muestra la relación entre la selva, la revisión documental y la revisión de la literatura. La imagen de los libros al fondo simbolizan la selva.

 

Pedro Antonio Valdez en Acento.com.do