Sólo 15 años nos separan del quinto centenario de la fundación de la Universidad Primada de América. Para bien de la uasdianidad, la distancia que marca ese quindenio nos identifica con sus vicisitudes y sus glorias. En este vaivén llegó la Universidad al primer siglo, lacerada la vida colonial por la división que afectaba la isla en pleno 1638. Sin demora, los años del setecientos mostraron el camino de la recuperación, gracias a las reformas borbónicas y, en el año 38, de manos con Duarte, los trinitarios anunciaban la dominicanidad. Al cumplir el cuarto centenario, la Ley de Organización Universitaria desvió casi por completo su esencia. Era el deseo del Generalísimo, quien fuera dizque su primer doctor Honoris Causa y único rector ad vitam.

Alma Máter y rectoría UASD, Santo Domingo.

La ruta del quinto centenario de la Primada de América coincide con el dominio de la Cuarta Revolución Industrial, cuyas olas imponen retos impostergables. Para cumplirlos, contamos con la estela del Movimiento Renovador, con servidores universitarios comprometidos y con académicos y académicas a la altura de las circunstancias. Concentrar estos pilares en procura de un centenario de glorias, ocuparse en esa dirección por lo menos hasta el 2033, permitiría la celebración de dicha efemérides por todo lo alto. Se entiende que trabajar diez años para celebrar 500 no es mala proporción. Si comenzamos hoy, en lugar de una semana aniversario, tendremos todo el año. Sin parcelas, trabajemos por la recuperación de la emoción en las ofrendas florales, por la solemnidad del tedeum y, como gran novedad, por la rendición del informe de gestión 2034-2038, que habrá de situarnos en un lugar de honor entre las universidades del mundo. Así sea. (6/6/2023)