Había una vez… en una isla tropical, de la escritora, poeta, gestora cultural y educadora, Eleanor Grimaldi Silié, es una novela juvenil breve donde se describen aspectos de la cotidianidad dominicana en tiempos de la dictadura trujillista, desde el punto de vista de los más jóvenes.

En ella, la autora narra, a través de sus personajes, cómo los niños percibían la vida en la ciudad, quienes, a pesar de las prohibiciones de la época, no encerraban sus mentes o sus palabras ejerciendo ese derecho inalienable de la libre expresión del pensamiento.

Todo sucede en torno a Tomás, un niño quien, junto a su familia, sufría el impacto de un sistema donde los ciudadanos no vivían en plena libertad, como ya lo expresa la Historia Dominicana.

Portada del libro.

La autora plasma en sus capítulos las percepciones de este personaje que crecía en un ambiente lleno de temores e incertidumbre. Sin embargo, siempre había un lugar para la esperanza y para soñar que aquel panorama cambiaría para bien.

Y es que cuando se es niño: “hay cosas que no se entienden, como el por qué los pueblos están en guerra, las mujeres son maltratadas, hay dictadores o injusticia social”.

Eleanor Grimaldi, usando un lenguaje llano que facilita la comprensión de los jóvenes lectores, cuenta aspectos de la vida en la ciudad, costumbres y tradiciones de las familias dominicanas en esos tiempos, algunas de las cuales todavía pudieran practicarse. Igualmente, habla de las luchas que eran el día a día para ellos, las mismas que los llevaron a trasladarse a un lugar más seguro, como era el campo, con los abuelos.

Eleanor Grimaldi Silié.

Los chicos de esta historia, “cuyo único oficio era estudiar y jugar y su única prohibición era no mencionar al dictador”, no eran ajenos a la situación que se vivía, por más que los adultos trataran de disimularlo.

Pero eso no los limitaba para tener actividades de muchachos, como eran bañarse en la lluvia, metiendo los pies en los charcos, o ducharse con una manguera “pinchada”, entretenerse observando a los militares cuando practicaban sus marchas matutinas, o a las vendedoras callejeras como la señora que traía la leche fresca a primeras horas del día. Aunque no todo era jugar. También había tiempo para los futuros doctores “sanar” a algún pajarito herido.

Esta novela es una propuesta que busca contar las cosas sin dañar, tratando de proteger las mentes de los más pequeños, sin dejar de decir la verdad, ni de mencionar aquellos silencios incómodos, ni a los desaparecidos, ni las luchas por un padre por proteger a su familia, o de una madre para que permanecieran juntos.

Este relato hace también visibles a esos niños que eran aislados por sus compañeros del vecindario, cuando la amistad estaba “del otro lado de la dictadura", y cuyos padres eran llamados “cabezas calientes”.

Algo que cabe resaltar de esta obra es el atrevimiento, y a la vez la invitación a escribir la historia desde el punto de vista de los más pequeños, mostrando empatía, valentía y asertividad.

Eleanor firmando libros.

Nos invita a no olvidar, a no callar, a conectarnos con nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro, “ya que los pueblos que no conocen su historia, están condenados a repetirla”.

Enhorabuena, Eleanor Grimaldi Silié. Por muchos más “había una vez”, desde esta isla tropical.

Había una vez…en una isla tropical

Eleanor Grimaldi Silié

Editora Búho (2024). Santo Domingo