Unas vacaciones de Fausto Rosario Adames me acercaron a Gustavo Olivo Peña, su codirector en el diario Acento. Había tratado mucho al primero y poco al segundo. El día que visité junto a Ian Felipe Rodríguez las oficinas de Acento TV para llevar el material fílmico de “Carta Malva, Poniatowska y Dominicana Conversan”, Olivo Peña nos encontró en un pasillo e invitó a su programa diario de televisión para promover el proyecto.
El día de la entrevista llegué con tiempo en el bolsillo, para serenarme antes de enfrentarme a las luces. Es más cómodo estar detrás cámaras. Mi entrevistador me recibió con un café, una conversación brillante sobre literatura y, de regalo, un libro de su autoría.
Ese preámbulo alivió el miedo escénico. Gustavo es un interlocutor cálido y sensible. Al igual que su colega mexicana, protagonista del mediometraje, este otro periodista dominicano ha encontrado en la literatura la resurrección de sus letras. Sus palabras han volado hasta salir de la vida de mariposa de la escritura periodística.
En una etapa veterana de su oficio en la prensa, acaso para evitar la suerte cantada por Héctor Lavoe a una mujer antes amada, la escritura de Gustavo Olivo no morirá con los días, en periódicos de ayer. Su obra, “Un hombre discreto y otras historias”, resultó Premio Nacional de Cuentos José Ramón López 2022.
El narrador omnisciente de los cuentos de Olivo Peña refresca como un vaso de agua mineral en ayunas. Hidrata al lector a sorbos con frases limpias y cortas: “Vivía el desvelo del amor primario…” sin abandonarse a la poesía. Prefiere la descripción de los hechos y circunstancias del relato y evita interpretar los actos de sus personajes.
Se sitúa en sus manifestaciones más discretas: “…se empeñaron en guardar el secreto. Cuando él entraba a la taberna el rostro de ella adquiría una alegría que no pasaba inadvertida”.
La admiración a Julio Cortázar se manifiesta y aunque en algunos de los cuentos hay acotaciones locales, la gran mayoría de los relatos, incluido el que a mi gusto es el mejor de la colección, “Decisiones”, pudieron ocurrir en cualquier sociedad. De todos modos, bautiza a la dominicana. Dinory es una de sus mejores engendros literarios.
En “El Encargo”, de manera especial, el periodista y el escritor realizan juntos una investigación por los senderos donde la conducta humana tiene más capas que las de la simple apariencia.
La colección de cuentos de Gustavo Olivo Peña explora el mundo de los secretos inconfesos que habitan en miradas elocuentes y en silencios mal comprendidos. Sus personajes tienen conductas propias de una sociedad alimentada por el hambre de conocer la vida ajena vaciándole el libre albedrío a gente que se protege ayunando con el silencio.