A lo largo de la historia, muchos han sido testigos y, quizás, hasta partícipes de numerosos fenómenos con carácter polémico en los diversos ámbitos existentes. El feminismo sin duda ocuparía un lugar contundente si se debatiera sobre una lista; este movimiento ha sido uno de los tantos controversiales que hoy en día se conocen. Pero,
¿qué se entiende en realidad por feminismo? Varios autores han traído luz a este término con sus concepciones. Según Fiss (1993) «es el conjunto de creencias e ideas que pertenecen al amplio movimiento social y político que busca alcanzar una mayor igualdad para las mujeres». Además, que, «como su ideología dominante, da forma y dirección al movimiento de las mujeres y, desde luego, es moldeado por este» (pág. 319). Asimismo, Fernández (2011) sostiene un concepto sobre este movimiento:
El feminismo es una ideología, filosofía y ética y una propuesta social que intenta mejorar la calidad de vida de las mujeres, al proponer la igualdad social a través de la liberación de la mujer y la oposición al sexismo basado en el machismo y la misoginia, a la opresión, la exclusión, la dependencia y la subordinación de la mujer (párr. 1).
Dentro de las definiciones de estos y otros autores es perceptible una cualidad fundamental que recae en aquello que busca el feminismo: la emancipación de la mujer. Sin embargo, omitiendo el largo recorrido histórico del feminismo, este ensayo propone de manera más específica el afianzamiento en la búsqueda del pensamiento feminista desde la visión y plasmado en la literatura de tres mujeres con eminencia: Simone de Beauvoir, Virginia Woolf y Alice Walker, por tanto, se expondrán algunos fragmentos de obras puntuales de estas autoras que hacen referencia al movimiento en cuestión.
Si se alude al feminismo es preciso mencionar a Simone de Beauvoir, una mujer francesa que navegó entre las letras, el existencialismo, la educación, la filosofía, el periodismo, etc. Desde muy joven tenía muy marcada su ideología, dejando a un lado el cristianismo, creencia familiar de la cual estuvo rodeada en su niñez, y evidenciado su posición atea, que influyó bastante en sus nuevas ideas. Además, es importante mencionar que su padre lamentaba no haber tenido un hijo, situación que de una forma u otra pudo haber repercutido en la infancia de Simone. Así, vivió arraigada en su pensamiento liberal, nunca se casó ni tuvo hijos biológicos, aunque tuvo una vida amorosa bastante peculiar y polémica.
Su obra cumbre El segundo sexo vio luz por primera vez en 1949 y es una de las más indispensables dentro de la literatura feminista. La filósofa López (1998) en su libro Simone de Beauvoir: una filósofa del siglo xx, cita a de Beauvoir al exponer su pensar respecto al momento de iniciarse en la investigación sobre la condición de la mujer, registrado en la tercera parte de sus memorias:
Investigué y tuve la revelación: el mundo era un mundo masculino, mi infancia se había forjado de mitos forjados por hombres y yo no había reaccionado ante ello de la misma forma que si hubiese sido un chico. Me interesé tanto que abandoné el proyecto de confesión personal para ocuparme de la condición femenina en general (pág. 127).
Con su búsqueda de la condición de la mujer nace entonces El segundo sexo (1949), donde se plantea la idea de que “no se nace mujer, se llega a serlo”; Simone expone que el ser mujer es una construcción social, es decir, creada por la sociedad y que no es con base en la biología como se tiene entendido.
Asimismo, por medio de su obra El segundo sexo (1949), argumenta lo siguiente:
La mujer no se define por sus hormonas, ni por instintos misteriosos, sino por la forma en que percibe, a través de las conciencias ajenas, su cuerpo y su relación con el mundo; el abismo que separa a la adolescente del adolescente ha sido agrandado de forma deliberada desde los primeros momentos de su infancia; más adelante ya no es posible impedir que la mujer sea lo que ha sido hecha y siempre arrastrará tras ella ese pasado; si medimos el peso de esta circunstancia, comprendemos claramente que su destino no está fijado para la eternidad (pág. 666).
Otra autora relevante dentro del feminismo es Virginia Woolf, una escritora británica que vivió con la muerte muy de cerca. Tras la muerte consecutiva de su madre, hermana y padre, reincidía constantemente en episodios depresivos, además, junto a su hermana llamada Vanesa, padeció abusos sexuales por parte de sus medios hermanos, lo que intensificó su tragedia. A diferencia de sus hermanos que asistían a la escuela, ella debía permanecer en casa y ser educada desde allí. Sin embargo, a pesar de las situaciones que protagonizó, su vida literaria se mantuvo. Woolf, en su literatura «posee un estilo de escritura innovador, con el que explora temas sobre la identidad, la subjetividad y la complejidad de la vida interior de las mujeres» (Vives, 2023), juntamente con sus luchas a favor de la igualdad de género.
Virginia Woolf escribió también una serie de ensayos que giraban en torno a la condición de la mujer, en los que destacó la construcción social de la identidad femenina y reivindicó el papel de la mujer escritora, como en Una habitación propia (1929). (Fernández y Tamaro, 2004).
En su ensayo destacado dentro del feminismo, Una habitación propia, la autora plantea que una mujer solo necesita independencia económica y una habitación propia para poder escribir ficción. En su lucha por ser vista dentro de un mundo liderado por los hombres (por ejemplo, el hecho de la limitante educacional que tenían las mujeres), la autora realza el hecho de que la mujer, con las cualidades mencionadas anteriormente,
podría hacer literatura tan buena como la creada por los hombres. Por tanto, la idea de Woolf es que “una mujer debe tener dinero y una habitación propia para escribir novelas”.
Alice Walker finaliza este brevísimo recuento de tres autoras destacadas dentro del feminismo; una escritora afroamericana ganadora del Premio Pulitzer en 1983, siendo así la primera mujer negra en obtenerlo con su novela El color púrpura (1982). Su vida estuvo marcada desde su niñez luego de recibir un disparo en un ojo a la edad de 8 años, situación que la acomplejó durante mucho tiempo. Producto de aquel acontecimiento se mantuvo aislada del mundo y en ese tiempo se aferró a la lectura y a la escritura. Walker fue una activista que mantuvo la lucha por la igualdad de los afroamericanos y de las mujeres. Su pensamiento podría evidenciarse en este fragmento expuesto por Ayala (2021) respecto a la producción literaria de Walker:
Sus obras dan a conocer la opresión de la mujer negra, que resulta de la expectativa de que deben ajustarse a moldes que no han sido diseñados por ellas mismas. En sus obras aparecen mujeres destruidas por el deterioro físico, las que son víctimas de la violencia psíquica y física, y las que están dentro del activismo político, entre otras. La característica común entre ellas es la búsqueda independiente de la identidad individual sin esperar tener que ser definida por aquellos que la oprimen, la lucha por llegar a un conocimiento que les permita controlar sus propias vidas, la búsqueda de un significado en sus raíces y tradiciones, y el reconocimiento que solo abrazando esas raíces y su pasado pueden encontrarse a ellas mismas en el presente. Walker da vida a mujeres que están doblemente encerradas dentro de los confines de su raza y su género (pág. 154).
En su obra más representativa dentro del feminismo, El color púrpura, concebida a través de la epístola, narra la vida de sus protagonistas Celie, Shug y Nettie, sobrevivientes al incesto, a la violencia y al racismo en búsqueda de una mejor vida.
Desde una visión un tanto subjetiva podría decirse que la historia dentro de la novela puede tener alguna resonancia en cuanto a su historia de vida.
Aunque trascendieron en distintos momentos y desde distintos lugares, estas escritoras feministas conservan muchas cosas en común: su ardua lucha por la emancipación de la mujer es una de las principales. En su literatura se ve marcado el fuerte pensamiento feminista con el cual se hicieron notar. Además de poseer la misma orientación sexual, estas autoras comparten la polémica que desencadenaron sus obras de manera particular. Desde su perspectiva y en un momento determinado, cada una realzó su voz por la mujer y por cómo debía ser visto el rol de esta dentro de la sociedad en búsqueda de un nuevo camino.
Referencias bibliográficas
Ayala Rodríguez, I (2023). El discurso de la mujer negra en un cuento de Alice Walker, una caracterización. Revista Cubana de Ciencias Sociales, (54), 146–162 [Link]:
https://rccs.edicionescervantes.com/index.php/RCCS/article/view/14
de Beauvoir, S. (1949) El segundo sexo (6 ª ed.) Ediciones Cátedra Universitat de València Dos Santos Fernández, M. (2011). La lectura feminista en la literatura. El caso de Delmira
Agustini. Castilla. Estudios De Literatura, (2), 233–251 [Link]: https://revistas.uva.es/index.php/castilla/article/view/67
Fernández, T. y Tamaro, E. (2004) Biografia de Virginia Woolf. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona, España. [Link]:
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/w/woolf.htm
Fiss, Owen M. (1993) ¿Qué es el feminismo? pp. 319-335. [Link]: http://hdl.handle.net/10045/10686
Lopez Pardina, T. (1998) Simone de Beauvoir: una filósofa del siglo xx. Cádiz. Vives, J. (2023) Virgina Woolf y el feminismo: un legado que aún perdura [Link]:
https://www.planetadelibros.com/blog/actualidad/15/articulo/virgina-woolf-