Antes de que el término seguir acuñara la acepción que tiene hoy en el cibermundo, especialmente en las redes sociales, en las que se les atribuye una gran importancia a temas como, el debut de nuevos peloteros; los amores de Yeilín, Anuel y el próximo; los Twitter de los políticos, entre otros; ya éramos seguidora del trabajo de Federico Henríquez Gratereaux.

Don Federico, ya un tanto retirado, vuelve a publicar sus artículos por la red social Facebook, lo que constituye una gran oportunidad para quienes quieren seguir disfrutando su de su trabajo y para los que desean conocerlo.

Quien suscribe ha obtenido gran beneficio de sus lecturas, tanto en el ámbito profesional, como personal. De aquí que aprovechamos para recomendar su disfrute, en especial a los jóvenes.

En el rol de maestra iniciaremos con el estilo, no hemos conocido otro escritor con tanta precisión y concisión como éste en su columna A pleno Pulmón, que era publicada en un diario del país.

Nos preguntamos ¿Cómo puede decir tanto en solo cuatro párrafos? De esta emana una gama de ideas que encierran igual cantidad de conocimientos históricos, filosóficos, prácticos, políticos y sociales; en fin, la cultura en todo su esplendor. Ayudan a explicarse el mundo por sí mismo, la razón de las cosas, por qué somos lo que somos, cómo somos; de donde heredamos costumbres, hábitos, comportamientos; características que nos conforman como sociedad.

Otro aspecto que valoramos es su postura frente a las opiniones, los conflictos, los hechos. No aparenta ningún afán por vender sus creencias, pero es tan rico el contenido que los lectores pueden reconstruir sus conocimientos y pensar por cabeza propia. En sus ideas no trasmite fanatismo, parcialidad e intolerancia. Un trabajo muy objetivo y ético.

Tres de sus ensayos conforman una propuesta pedagógica y metodológica. El caso de algunos escritos cortos, La gimnasia del escribano y Ensayar un ensayo sobre el ensayo contienen todo lo concerniente al género, desde su génesis, importancia y medio de difusión del conocimiento e ideales que han transformado la humanidad. Constituyen un recurso por excelencia para enseñar y orientar a los alumnos el proceso de elaboración de ensayos. Igual valoración tienen los demás, contenidos en sus libros La feria de las ideas y Un ciclón en una botella.

Sería beneficioso rescatar los programas de televisión: Entre puntos y Sobre el tapete. Del primero, es loable destacar esa forma de expresión libre y a la vez cuidada, sin histrionismos innecesarios; ni violencia, ni agresividad verbal, ni intolerancia; en donde él expone sus ideas y usted reconstruye su verdad. El segundo, compuesto por unos diálogos filosóficos entre él y otro intelectual, el doctor Enerio Rodríguez Arias,  constituye una amalgama de tonalidades ideológicas sobre lo que fue el mundo; idóneo para explicar lo que es en el presente, comprenderlo y en cierto modo formarse hipótesis sobre lo que será.

Finalmente, con este atrevimiento de querer explicar a quien se explica por sí mismo, lo que se ha pretendido es motivar a que los demás, en especial los jóvenes, busquen su obra, la conozcan; porque sería de mucho provecho para todos.

Puesto que todo mundo está muy expuesto a que le muestren las mentiras como verdades, lo virtual como real, los principios y valores negociables y canjeados por un pragmatismo que deshumaniza toda acción humana. Leer la obra de Federico Henríquez Gratereaux nos alienta a ser mejores ciudadanos, mejores profesionales; y lo más importante, mejores personas.

 

Andrea Teanni Cuesta Ramón en Acento.com.do