En sus postulados educativos Paulo Freire se refería a la relación entre la alegría necesaria para la actividad educativa y la esperanza. Afirmaba que tanto el profesor como el estudiante tenían que resistir a los obstáculos que oponen tanto a la alegría como a la esperanza. En este escrito haremos énfasis en la alegría, el placer y la felicidad, términos que nos serían útiles en el análisis.

¿Tenemos escuelas alegres? ¿Son felices nuestros estudiantes en el centro educativo?

Aquellas áreas cerebrales y las sustancias bioquímicas actuantes que son importantes para el sistema de recompensa del cerebro son las mismas que actúan en el aprendizaje. El psicólogo Daniel T. Willingham (1961- ?) expresa que el cerebro humano está dotado para realizar numerosas tareas, pero razonar no es precisamente lo que mejor hace. Comprender cómo funcionan las mentes de los estudiantes y utilizar ese conocimiento en el proceso educativo permiten mejorar las prácticas docentes.

Entonces, al cerebro no le gusta razonar ni reflexionar, es un órgano bien complejo, y siendo así, no es fácil ofrecer respuestas simples. Las teorías de la educación en las últimas décadas se han venido auxiliando de la psicología, la neurociencia, la neuropsicología y otras ciencias asociadas al estudio biológico, químico y el funcionamiento del cerebro. En ese sentido, cuando se analiza la calidad en los aprendizajes hay que determinar cómo se siente el estudiante desde el punto de vista físico, mental, social y emocional.

Sin embargo, cuando se soluciona algún problema por vía del razonamiento se activa un sistema natural de recompensa cerebral. Esto viene dado por la producción de dopamina, la llamada hormona del placer, que funciona como un neurotransmisor relacionado con la expresión de las emociones. En cuanto a la relación aprendizaje-placer los neurocientíficos no han encontrado vínculos explícitos, pero existen los indicios de esa relación. A pesar de todo lo expuesto el docente no puede dejarse entrampar solo por la neurociencia, las ciencias cognitivas abarcan campos de estudios inexplorados que ofrecen la oportunidad de conocer en profundidad al individuo humano en una gama de posibilidades.

La responsabilidad del profesor y el sistema en sentido general va más allá de ofrecer conocimientos, asignaciones de tareas, demostraciones, metodologías adecuadas

Todavía queda mucho por estudiar de la función del cerebro y esas sustancias bioquímicas en el desarrollo de la personalidad, el lenguaje, la autonomía, la conciencia del “yo”, por solo nombrar estos ejemplos. Sería importante analizar la actividad del cerebro desde lo biológico, partiendo del análisis de la psicología lógica operatoria de Piaget y  la psicología histórico-cultural de Vygotski, para indagar cómo se comporta la actividad mental y emocional y comprender principios del desarrollo cognitivo.

La animación sociocultural se utiliza como estrategia para estimular los aprendizajes, activa el cerebro y desde estructuras exteriores (sociales) puede construir estructuras interiores (personales) lo que le permite al estudiante explicar fenómenos del presente y estar en capacidad de crear e innovar.

Todos los procesos cognitivos y emocionales no están determinados necesariamente por el nivel o activación de sustancias bioquímicas presentes en el cerebro, sin embargo hay que estar conscientes de sus funciones y como el cerebro reacciona ante tales conocimientos y emociones. Precisamente, la formulación del vínculo conocimiento-emoción fue tomada muy en cuenta para generar métodos de aprendizajes desde la psicología.

Se podría verificar el proceso de construcción del conocimiento explicado por los constructivistas como Lev Vygosky, David Ausubel, Jean Piaget o Jerome Bruner. El docente, también en este caso, tampoco se puede dejar entrampar de la animación sociocultural o la animación en el aula ya que muchas veces, si no existe una buena metodología el estudiante fija la representación simbólica de la técnica y no aprehende el conocimiento como propósito de la clase, porque se le queda lo lúdico y solo eso recuerda.

Un estudiante alegre expresa felicidad y existen indicadores para que el docente se dé cuenta de ese estado: muestra curiosidad por aprender, se vuelve participativo, competitivo, confía en sí mismo, busca que lo reconozcan y ostenta por sus logros. Indudablemente que en este tipo de estudiante el entusiasmo aflora, sus niveles de dopamina y otras sustancias están activadas a nivel cerebral. Se muestran felices. Esa activación no es igual en todos los estudiantes, en unos se expresa más que en otros.

Lograr que se activen el pensamiento, el razonamiento, la investigación, el espíritu crítico, creativo e innovador, es una tarea que necesita de muchas actitudes, formación e incentivo por parte del docente. Es necesario que se él sienta estimulado para poder estimular a otros.

Una de las ficciones humanas es la obtención de la felicidad, no solo en un estado pasajero, sino permanente. Esa ilusión está unida a la existencia desde el ser primigenio. El ansia de buscar esa felicidad anda a su vez unida a aquella de superar la muerte misma.

La educación es un camino para la emancipación como ya se ha dicho, que también su acto de plenitud es ficcional. ¿Existe la emancipación humana en destellos temporales? Parece que sí. Solo bastan microsegundos para alcanzar los niveles de esos estados de felicidad y plenitud. Pero como si fuera algo paradójico, si se alcanzara de forma permanente, la vida perdiera mucho de sus sentidos o a lo mejor se crearan otros sentidos, quién sabe.

Lograr estados de felicidad en los estudiantes en los procesos de enseñanza y aprendizaje sería un buen propósito en el desarrollo de las acciones educativas. La responsabilidad del profesor y el sistema en sentido general va más allá de ofrecer conocimientos, asignaciones de tareas, demostraciones, metodologías adecuadas; debe reflexionar y actuar en los estados individuales y colectivos, poniendo énfasis en las micropolíticas escolares para el logro de los propósitos educacionales. ¿Puede el docente dominicano asumir esa tarea bajo las condiciones del sistema escolar vigente? ¿Cómo hacer felices a los estudiantes? Serían preguntas para ser desarrolladas en otros análisis.

El autor es escritor y académico

12 de junio de 2022