‘’Cuando aceptas lo que eres sin tratar de cambiarlo lo que eres se empieza a transformar’’-Jiddu Krishnamurti.
Niurca Herrera
Niurca Herrera.

Niurca Herrera, sobresaliente escritora, esta vez, en su segundo parto de cuento infantil "La tortuga presumida", nos deleita con una historia que deja un final que estremece los sentidos. Un relato único que nos conduce a ver el mundo más allá de las posibles imperfecciones que podamos tener, aceptándonos tal y como somos. La felicidad no es el propósito, es el camino. La felicidad auténtica no consiste en lo que tenemos, sino en lo que somos.

En este texto nos preocuparemos y nos deleitaremos con las situaciones nuevas por las que transitará la tortuga presumida, en una cirugía inusual. Se reseña cada instante de esta vivencia, revelando los sentimientos que surgen en todas sus formas, para que sean valorados y encarados con afecto y estima.

¿Por qué es importante este relato? Nos ayuda a adelantarnos a lo que acontece en una práctica quirúrgica, mostrando la eventualidad de prepararnos para fases que pueden ser frágiles y sensibles, como la separación para ir a la sala de operaciones. Estos momentos son de apoyo y unión, para decirles a los pequeños, a través de los dibujos, las láminas y las palabras meticulosas, que estamos con ellos. Una forma considerada de recorrer la experiencia, que da oportunidad tanto a los niños como a los adultos de declarar sus sentimientos. Nos guía con afecto a través de este tiempo de desasosiego y angustia, iluminando lo que verdaderamente valen esos instantes.

Es crucial instruir desde una edad temprana que la hermosura interna es mucho más valiosa que la externa, que cualquier ser humano, por diferente que sea, puede ofrecer cosas estimables que no se ven a simple vista. Este cuento de Niurca Herrera, con su excepcional inventiva y emotividad, nos invita a una aventura diferente. ¡Cuánta fluidez en sus páginas coloridas! Diseñadas magistralmente por la paleta matizada de Yanet Pérez Rosas, cuyas ilustraciones nos sumergen en dibujos fascinantes, por su exquisitez. Un pincel utilizado con destreza para el deleite de todos los que lean este cuento infantil. La escritora contagia y conecta con su magia creativa.

"¿Cómo es posible? ¡No puede haber una tortuga con cintura mientras yo sea redonda!" En una sociedad adicta a estereotipos de belleza ilusorios y presiones para cumplir con ideales corporales inaccesibles, es habitual que muchas personas, especialmente mujeres, luchen por la aprobación de sus figuras.

Tortuguita hermosa
Dime, ¿cuál es el secreto para que te veas así?
¡Dímelo, amiguita linda!
Quiero verme así,
con esos pintados ojazos
y esa cinturita como no hay igual.
Dime, tortuguita regia, ¿cuál es el secreto para tu hermosura?
Si tú me lo dices, te daré repollo, muchas zanahorias y mil coliflores.
¡Yupi, yupi!
Gracias, tortuguita, ahora me parezco a ti,
con mis maquillados ojitos tan verdes.
Ahora no existe nadie más linda que tú ni que yo.
¡Trala, la, la!

Conservar la autoestima, asimilar el amor propio y consentir nuestro organismo tal como es, es un paso fundamental para llevar una vida estupenda y satisfactoria. En este cuento, reconoceremos lo valioso del amor propio, en la conexión con nuestra complexión y la manera en que abrazamos la hermosura de la pluralidad. Este enfoque puede liberarnos de expectativas equivocadas y promover una satisfacción corporal auténtica.

El apóstol Pablo nos dice en Primera de Corintios 6:19: "¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?" Nuestro cuerpo es algo más que una presencia material; es la morada que nos habita. Nuestra autoestima comienza cuando consideramos que nuestro cuerpo es sagrado. Es trascendental experimentar y conectar con el universo. Todos los cuerpos son singulares y merecen ser tratados con deferencia y gratitud. Cuando abonamos la philautía (amor propio), profundizamos en honrar a nuestro organismo y ponemos esmero en su cuidado adecuado, en lugar de exponernos a procesos extremos para alcanzar modelos estéticos falsos.

Esta historia es un excelente recurso que nos muestra en su esencia los trazos de belleza, la naturaleza, las conductas y los sentimientos de los seres vivos. Hoy en día, los estándares de belleza simétrica son un desafío para la humanidad. Los medios de comunicación y la propaganda contribuyen a inmortalizar los tópicos de hermosura que son inalcanzables.

"Cuando la reina tortuga vio que ya no quedaban más cinturones, lloró amargamente. ¡Pobre de mí! ¡No podré obtener el cuerpo anhelado!" Las personas, generalmente, buscan aprobación y satisfacción. Es algo constante en el recorrido de la vida. Es importante destacar que la urgencia de aprobación es una necesidad difícil de ignorar.

Verde es el lagarto,
verde es el melón,
verde es el camaleón,
verde es la tortuguita más bonita
que sale modelando del coqueto cascarón.

Existen otros elementos y actitudes que deberían ser decisivos para la subsistencia, como la moral, el desarrollo personal y el éxito. Sin embargo, la relación más significativa es la que tenemos con nosotros mismos. "Pero el día que salió del castillo a pasear por los jardines, terminó su felicidad. El sol le quemaba la piel." El placer corporal se configura sobre la base del amor propio, de la identificación y la apreciación que tenemos de nuestro propio cuerpo. Cuando se tiene conciencia corporal, esto nos permite tener claro el lugar primordial que ocupamos en este cosmos, así como la existencia de los demás.

La la tortuga presumida .

Esta percepción del cuerpo se ajusta a partir de las señales y símbolos que se contemplan como prototipo de lo que el cuerpo debe ser para estar a la altura de la belleza, la sensualidad y la moralidad. A partir de esto se forman representaciones conceptuales a las que la mayoría de las personas desean someterse. Desafortunadamente, al engrandecer la estética y la belleza corporal, se le resta relevancia al ingenio, al intelecto y a los méritos.

En este cuento infantil, Niurca Herrera nos invita a fomentar en la primera infancia el desarrollo de una autoimagen real. Es complicado, en la actualidad que vivimos, con tanto homenaje a la belleza promovido por los medios sociales y otras vías de comunicación. Es esencial que los padres, adultos y toda la sociedad logren transmitir este mensaje desde la niñez.

"La reina colgó el caparazón en la pared de su habitación como un recuerdo. Ahora se paseaba por los pasillos con vestidos y cinturones, luciendo el cuerpo deseado." Los cuentos contribuyen a comprender conceptos complejos, vocablos imprecisos y valoraciones difíciles de esclarecer. Por ello, son ideales para enseñar a los pequeños valores y para transferirles ciertos contenidos o consejos. La escritora nos invita a reflexionar sobre la importancia de valorar el encanto interior, los talentos y el valor espiritual, por encima de la belleza externa y las posesiones materiales.

La tortuga camina con sus patitas,
que tienen las uñas pintaditas con todos los colores de las florecillas
del valle nuevo, verde y aterciopelado.
La tortuguita se pasea, comparona, por la montaña de verde terciopelo.
La carita de la tortuguita se parece a la luna nuevecita
cuando se balancea en el azul del firmamento.
La tortuguita bebe agua fresca del río,
se pone una rosa amarilla en sus rizos sueltos.
A mí me provoca alegría y risa la carita de la tortuguita,
cuando se mira en el espejo, sintiéndose bella y altiva,
cuando camina bajo la sombra de la luna nueva
y bajo el fresco de los árboles,
en las mañanas de la dulce primavera.

Fabuloso cuento infantil sobre la vanidad, que permite a los niños comprender que es preferible ser humilde y sencillo, que la modestia es más valiosa que presumir la vanidad, ya que esta última puede provocar resultados desdichados. Debemos inculcar en los más pequeños el valor de la humildad y el respeto por encima de la vanidad. Enseñarles que las personas vanidosas, con regularidad, pueden perder amistades debido a sus actitudes de prepotencia y a lo falso que las rodea. Es fundamental enseñarles a quererse y valorarse a sí mismos, pero sin caer en la sobrevaloración de la belleza superficial. Aceptarse a uno mismo es preferible a vanagloriarse. Y nunca se debe valorar a los demás por su aspecto.

La tortuga presumida, a partir de la experiencia vivida, comenzó a sentirse bien consigo misma tal cual era. No fue fácil, pero empezó a querer su cuerpo, entendiendo su valía, y ya no deseó alterarlo. Ahora, todo giraba en torno a su autoaceptación y no a la imposición. Todo el tiempo que la tortuga solía gastar en desear transformar su cuerpo lo invirtió en actividades diferentes, como pasear y disfrutar de la naturaleza junto a sus seres queridos.

Para la mayoría del mundo, las apariencias idealizadas producen sentimientos de inestabilidad y vergüenza en aquellos que no se ajustan a los cánones establecidos. No obstante, al ejercitar el amor propio, logramos enfrentar con firmeza estos clichés y distinguir la belleza en todos sus estilos y formatos. Todos los cuerpos son singulares. No hay una descripción exclusiva de lo que es la belleza. Cuando no estrechamos la disparidad (la vanidad), instauramos una atmósfera más integral y digna para todos los seres humanos.

Niurca Herrera nos invita a aceptar la fuerza del agradecimiento y el bienestar personal. A cuidar el reconocimiento de nuestro cuerpo y sus capacidades, que son esenciales, en lugar de enfocarnos en lo que el cuerpo no puede hacer o en compararlo con el de los demás. Aprendemos a estimarlo por lo útil que es, por lo que podemos vivir a través de él. Ejercitar el cuidado personal, con una adecuada alimentación, practicar gimnasia y descansar de manera apropiada refuerza nuestro vínculo con el cuerpo y lo sustenta con estabilidad.

Debemos dejar de compararnos continuamente con otros seres humanos, ya que estas comparaciones afectan la autoestima y nuestra percepción corporal. Cada individuo transita su propia aventura. No existe un patrón que se pueda copiar en este mundo. En lugar de enfocarnos en lo que nos falta o en los defectos percibidos, podemos transformar nuestros pensamientos hacia la introspección y el autoconsuelo. Aceptarnos completamente y abrazar nuestras características es un acto valioso de autoestima que nos libera de las trampas de la autoevaluación constante. Somos más de lo que vemos en el espejo.

Gracias a esta escritora por lo valioso que interpretamos en esta nueva joya de la literatura infantil. Cuando decidimos ser felices, nos enfocamos en que no todo tiene que ser perfecto. La clave está en tomar la decisión de mirar más allá de nuestros propios defectos, como lo asumió nuestra tortuga presumida.

Tortuga, cantemos una cancioncilla
entre los rosales, bailemos felices entre las piedras del río.
Tortuga, modela tu caparazón al lado del mío.
Que hermoso reluce con los matices dorados
al primer bostezo cuando el sol despierta.
Tortuga, nunca dejes de cantar, nunca pares de bailar,
ni de lucir tu singular caparazón.

Niurca Herrera, mi agradecimiento por hacernos caminar en ese escenario imaginario tan desbordante que creas. Por hacernos volar por esos universos tan propios de ti. Es placentero dejarse llevar por la magia de tus letras, que nos invitan a una introspección para que aflore, en un abrir mejorado, la belleza más pura, esa que solo brota desde el alma y perfuma el cuerpo.