Este artículo forma parte de una serie de tres, que pretenden poner en perspectiva la pertinencia del análisis del discurso en la formación de ciudadanos íntegros y su ejemplificación a través de tres obras de José Saramago: Ensayo sobre la ceguera, Ensayo sobre la lucidez y Las intermitencias de la muerte, en las que en tres mundos ficcionales distintos recrean el discurso de la epidemia, el caos y el poder. La primera ya fue tratada y en ese ordene le corresponde a la segunda.
En la novela Ensayo sobre la lucidez Saramago recrea un escenario en el que parte de una situación política poco usual y de grandes repercusiones. En un supuesto país en elecciones el 70% de los votantes emite su voto en blanco. Lo que en principio se creyó fruto de las condiciones climáticas, cambió de visión conforme el mal tiempo mejoraba y se vislumbraban las verdaderas causas del suceso y sus posibles consecuencias. Lo que provocó, entre otras situaciones, un estado de sitio. No hubo abstención, por el contrario, alta votación con un sorpresivo mensaje implícito en sí misma, la indignación de los votantes frente al inescrupuloso pragmatismo de quienes tienen el poder.
Una epidemia de votos en blanco de la que se desprende un mudo mensaje con grandes implicaciones sociopolíticas e ideológicas que trasciende de su mundo ficcional hasta el real y establece un paralelismo común en distintos lugares y tiempos históricos. Dado que el discurso se puede entender como un instrumento de acción social, tal como lo plantean las corrientes de estudio sobre este y la sociolingüística interaccionar, permite develar los abusos, perpetrados desde posiciones de poder en distintos contextos históricos y temporales. Este se puede convertir en un medio valiosísimo al servicio de la crítica y del cambio.
El caos se generaliza en todo el pueblo, la búsqueda de respuesta por parte de las autoridades a tan extraña situación, se investigan sobre los responsables, para ello se utilizan todas las formas de sugestión, de acosos y represión hacia la población. El poder vierte su pus por todas partes, la desesperación y la impotencia se adueñan de sus representantes.
Ante semejantes acciones cualquier lector se siente no solo identificado, sino indignado, dadas las implicaciones de interacción entre el discurso y el lector.
A partir del siguiente pasaje, por ejemplo, pueden surgir una serie de inferencias y relacionarlas con hechos políticos del presente.
Los votos válidos no llegan al veinticinco por ciento, distribuidos entre el partido de la derecha, trece por ciento, partido medio, nueve por ciento, y partido de la izquierda, dos y medio por ciento. Poquísimos los votos nulos, poquísimas las abstenciones. Todos los otros, más del setenta por ciento de la totalidad, estaban en blanco
No cabe duda de que este mundo ficticio creado por Saramago encierra un reclamo de cambios en las prácticas políticas.
Todos los días, los medios de comunicación masiva reportan protestas de todas latitudes, fruto de un ejercicio del poder con acciones nefastas en contra de la colectividad. La República Dominicana fue testigo de acciones malignas y vergonzosas en un intento por mancillar la democracia que tanto ha costado a este pueblo. Estados Unidos recientemente sufrió una intentona de golpe de estado, por mencionar algunas. Todas ellas han despertado la crítica, la protesta de los pueblos por el respeto a la democracia, el discurso ha sido su arma principal y letal para dichas acciones. Chile, Colombia, Cuba, Haití, entre otros han sido blanco de protestas masivas en contra de decisiones y acciones que violentan los derechos ciudadanos.
Confluyen en el texto los discursos democráticos y antidemocráticos. El siguiente pasaje es una muestra del segundo.
…la verdad sea dicha, ya no se esperaban grandes resultados, el mayor para proseguir con el interrogatorio de las quinientas personas retenidas, no detenidas, no se confundan, aumentando como y cuando fuese necesario la presión física y psicológica que ya estaban sometidas.
Quiere decirme, por favor, por quién votó, la respuesta que le daban, como una consigna bien aprendida, era, palabra, por palabra, la que se encontraba sancionada en la ley, Nadie puede, bajo ningún pretexto, ser obligado a revelar su voto, ni ser preguntado por el mismo, por ninguna autoridad. Este es una muestra de discursos democrático y antidemocráticos.
Estos relatos, como se ha dicho, trascienden a distintos contextos, dejan claro la fragilidad de los sistemas democráticos y la vigilancia de sectores opuestos a los intentos de destrucción y que emprenden acciones que reclaman por su fortalecimiento. Porque desde la retórica antigua, desde una perspectiva pragmática se ha estudiado el carácter polisémico del discurso, en tanto que, provoca una reacción en el oyente. Y desde la nueva retórica se suma el carácter utilitario del análisis del discurso literario, que ha demostrado tiene implícito un contenido social.
En fin, el análisis crítico del discurso es una herramienta efectiva para la formación de ciudadanos íntegros, por su implicación con disciplinas como la sociolingüística, las psicolingüísticas y la pragmática, su carácter interdisciplinar contribuye al desarrollo del razonamiento crítico, competencia fundamental para dichos fines. Asimismo, la genialidad de José Saramago para la creación de mundos literarios insospechados, como lo es Ensayo sobre la lucidez, pero que encierran un alto contenido social desentrañables por medio de su lectura despiertan en el lector la capacidad de indignarse ante la injusticia, así como la suficiente sensibilidad y empatía para velar por un sistema político cada vez más democrático y esperanzador para todos.