Cuando se tiene una idea clara, precisa y pertinente, sobre la función política y el compromiso ético de ser humanista, se asumen riesgos conscientes. Más aún, en una sociedad dependiente y subdesarrollada, como la nuestra, en este presente de incertidumbre y de acelerados cambios sociopolíticos, educativos, culturales y económicos.
Ser humanistas, conlleva a ser sujetos del pensar. Y, pensar, en las sociedades como esta, en la que hoy vivimos, es algo así como un delito.
Desde la familia y desde la escuela, nos han cercenado nuestra capacidad de pensamiento, nos han "mochado" el "cocote", por lo que nuestros niños, y niñas, crecen como sujetos-momias, lo que implica la rebelión espiritual y política de nosotros, los que nos hemos situado, de manera consciente o no, en las filas de los humanistas.
Nuevo o no, asumimos un humanismo transformador y crítico.
Cuando ustedes me sienten ese acercamiento al filosofar, no puedo negar mi apego a la lectura de intelectuales nuestros, y que bueno, que los tenemos cerca, muy cerca de nuestra vista y de nuestros sentidos.
Me refiero a las teorías de polémicos intelectuales dominicanos que, desde la voz de sus libros, me han ayudado ver el mundo, desde otra perspectiva filosófica, como sucede en este caso, con el libro de ensayos "En la espiral de los tiempos" (Segunda edición, editora Búho, Santo Domingo, D.N., enero, 2005, 303 págs., del Dr. Manuel Matos Moquete).
Hay libros que te marcan y no tienen que venir, necesariamente, de la literatura clásica griega, porque tú los tienes muy cerca, tan cerca… que ellos "te pellizcan"… y te llaman… y te reclaman leerlos.
Eso fue lo me pasó con esta obra, la miré, me miró y me reclamó leerla, para acercarme con una visión epistémica y crítica, al humanismo que necesita este presente turbulento y de cambiantes paradigmas.
Esta obra consta de un prólogo y cinco (5) capítulos. Desde el ensayo comencé a llenarme de inquietudes, cuando encontré una respuesta a una preocupación que me embargada a cada instante, en relación a mi apego al periodismo reflexivo y mi posible alejamiento de la investigación institucional o académica. Al respecto, el Dr. Matos Moquete nos dice:
"(…). El ensayo periodístico es una de las tantas formas -quizás la más adaptada a la naturaleza reflexiva del periodismo moderno-de intervenir poéticamente en los problemas del hombre y la sociedad".
(Ver pág. 9, obra citada).
Hay aquí profundas teorías sobre el ensayo y sobre el "ser humanistas", de ahí. Sobre el ensayo, me quedo con esta expresión de Matos Moquete: "El ensayo es un modo de expresión de libertad". (pág. 8).
"(…)el ensayista es un conocedor, más bien un sabio, que deja transparentar en las páginas su sensibilidad, sus pensamientos y creencias, sus pasiones, sus razones; expuestos libremente, con agudeza y originalidad".
(Pág.11, obra citada).
Al leer esta obra, y particular ese fragmento, sentí el temor de mirarme en mi propio espejo.Vi una imagen que se reflejaba en mi sombra…y que me señalaba y me alejaba de la
pertinencia para opinar sobre este libro, por los irrenunciable identidad con su principios o enfoques teóricos, sostenidos en su discursividad.
En realidad, hay aquí una recopilación de aquellos ensayos publicados por el doctor Manuel Matos Moquete, bajo el título de "Matices humanos", en el ya desaparecido periódico "El Siglo", entre los años 1989 y 1993.
Leyendo estos ensayos, descubrí que conocía sólo un filón del armazón político y filosófico de este autor. No era suficiente tenerlo como docente en la primera maestría sobre Lingüística aplicada a la enseñanza del Español, coordinada por el ya fenecido doctor Maximiliano Arturo Jiménes Sabater, y el Dr. Walter y el Dr. Manuel Núñez, entre otros prestigiosos y polémicos intelectuales dominicanos.
No es posible cerrar estos juicios, sin resaltar la lectura de un trabajo titulado "Retornar a nosotros mismos" (págs. 54/57).
Tampoco puedo dejar de asegurarles encontrar disfrute y sapiencia, al leer el ensayo titulado "Crisis del intelectual crítico" (Págs. 85/88), ya que en ambos trabajos los humanistas quedamos al desnudo…y sin excusas para no entender que nuestra misión está en la transformación del hombre, como sujeto del pensar y como entre creativo y crítico.
Y si es que no estás conforme con esos textos, te sugiero pararte un momento y conversar con este texto, mira que no te dije "leer", sino, "conversar" con " La utopía utópica de Sarmiento". (Págs. 108/112).
Desde aquí, en estas lecturas, vuelvo a reencontrarme con los otros, y bien lo dice el autor de estos ensayos: "En todo pensar hay un desplazamiento de lo uno hacia lo otro" (Ver pág. 227. Obra citada).
No me digas que conoces del pensamiento humanista y político del Dr. Manuel Matos Moquete y su proyección transfirmadora sobre la la lengua, la cultura, el Estado, el sujeto y el discurso, sin conversar primero con este libro.
Debes tocarlo, saludarlo, olerlo y hacerlo tuyo, desde nuestra propia otredad.
No te arrepentirás de seguir siendo un humanista y descubrirás que ya no cabes en ningún lugar… donde quieran que tú dejes colgada tu cabeza y dejes de pensar como tú, a favor del vivir de los otros, a costa de nuestro propio morir.