«Su muerte es la antesala de mi vida». La poesía, en su esencia más pura, se presenta como un canal que conduce a las profundidades de la experiencia humana, manifestando las emociones de manera vívida y sensible. En «El Silencio de Abril», la autora Marivell Contreras utiliza su poesía para explorar el proceso de duelo y el poder de la memoria. Este poemario es  una creación nacida del dolor que siguió a la muerte de un ser amado, nos sumerge en una travesía emocional marcada por la nostalgia, la tristeza y, finalmente, la aceptación. La poeta nos dice:

«Me acuesto sabiendo que no voy a dormir,

lo hago con la esperanza de que si me poso,

vendrás a mi regazo»

En estas palabras, el sueño y la vigilia se convierten en símbolos de la conexión espiritual que trasciende la muerte. La estructura aquí se presta a la reflexión y la contemplación, como si cada palabra estuviera colocada con precisión quirúrgica para transmitir el dolor y la esperanza.

Por otro lado, Contreras expresa:

«El cuerpo

es la antesala del cadáver

Un cadáver

es un cuerpo florecido en el silencio

Una vida con todos sus riesgos

pasiones y manías

queda registrada en esas venas sin sangre»

El poema, «¿Quién?», es una meditación poética sobre la vida y la muerte. Utiliza la imagen del cuerpo humano como un punto de partida para reflexionar sobre la transición inevitable de la vida a la muerte. El poema resalta cómo el cuerpo, a pesar de su transformación en cadáver, conserva los vestigios de una vida pasada.

El poema, conmueve profundamente debido a su fuerte exploración de la dualidad entre la vida y la muerte. Desde el principio, el verso nos aborda con  «El cuerpo es la antesala del cadáver» establece una conexión innegable entre la existencia y su fin. Lleva a la reflexión sobre cómo la muerte es un componente natural e inevitable de la vida.

Luego de esto, tenemos el verso que dice: «Un cadáver es un cuerpo florecido en el silencio», esta metáfora del cadáver como algo florecido, a pesar de su aparente inmovilidad y silencio, sugiere que la muerte es la culminación final de la vida en su máxima expresión. Es como si la vida floreciera en su plenitud y luego, en la muerte, encontrará su máxima expresión.

Por último, este fragmento finaliza con «Una vida con todos sus riesgos, pasiones y manías queda registrada en esas venas sin sangre», subraya la idea de que el cuerpo, incluso sin vida, retiene las huellas de las experiencias humanas. Las «venas sin sangre» me hacen pensar en el cuerpo como un archivo silencioso de una vida completa, una especie de libro de registro de la existencia. El tema recurrente del «silencio» en el poema me permite sopesar sobre cómo, en la muerte, se experimenta un silencio final, un cierre definitivo. El poema evoca una sensación de quietud y reflexión que me lleva a considerar la naturaleza efímera de la vida y la transición ineludible hacia la muerte.

Para finalizar, «El Silencio de Abril» es un testimonio de amor, pérdida y duelo, expresado con una maestría poética que corta profundamente en el alma del lector. Marivell Contreras muestra la capacidad de la poesía para transformar el dolor en belleza, la poesía tiene el poder de iluminar los momentos más oscuros de la vida, de dar voz a lo inexpresable y honrar a quienes hemos perdido. Invitamos a los lectores a escuchar los gritos del alma en  «El Silencio de Abril».