El sastre, el autor, el creador, el poeta que, como artesano, elabora obras de arte y significado a partir de elementos simples como las mariposas ; las cuales son estas ideas creativas que el autor transforma en arte.
En la inmersión introspectiva de su obra, "El sastre de las mariposas", Víctor Andrés De Oleo desafía las fronteras del alma poética. A través de versos que desbordan sinceridad, el autor no se amedrenta ante su propia vulnerabilidad y debilidad. En este viaje literario, el poeta se presenta ante nosotros con una desnudez emocional que traspasa las letras y busca penetrar en el alma del lector.
Encontramos que su lírica se convierte en espejo, y el poeta se enfrenta a su propio reflejo sin temor. El poeta, en tan solo un instante, emerge con la poderosa declaración:
«Solo entiendo que entre la ceniza
y la piromanía de mis palabras
soy la única persona que se acordará de mí»
En primer lugar, la ceniza en este contexto es lo que queda después de que algo ha sido consumido por el fuego, una metáfora de la efímera existencia de las personas. El poeta reconoce su propia mortalidad, su propia pequeñez, su propia vulnerabilidad y la idea de que eventualmente desaparecerá, como todos los demás, pero ¿por el fuego de sus palabras o por lo que dicen de él y asume como voz propia? ¿Lo que busca el poeta es sugerir un deseo apasionado de comunicar a través de la escritura, una necesidad de expresión ardiente?
El poeta nos grita «Soy la única persona que se acordará de mí», refleja la preocupación del poeta por su legado. Se enfrenta al temor de que, al final, solo él mismo se recordará a través de su obra. Esto puede interpretarse como una manifestación del deseo de trascendencia, de dejar una huella duradera en el mundo a través de su poesía.
Por otro lado De Oleo se mueve con destreza por los territorios de su ser, explorando heridas y fracasos:
«deambulo por heridas derrotadas en mis dedos
no soy más que mi propio dios»
En esta afirmación, se expresa su cansancio y la carga de la auto divinidad que lleva sobre sus hombros. Ante la ausencia de un dios externo que lo ayude, el poeta se erige a sí mismo como el creador y solucionador de sus propios dilemas.
Por otro lado, en el transcurso de su poesía, el autor nos lleva a un espacio donde ha dejado atrás las plegarias que alguna vez hizo cuando estuvo cautivo, sobre el aire arrugado. En esta negación de su pasado, se vislumbra una pérdida de fe en sí mismo como su propio dios. Ya no está confinado en esa burbuja espiritual, y el recuerdo de las plegarias se desvanece en el aire arrugado de su memoria.
«y he olvidado las plegarias que hice
cuando estuve cautivo
sobre el aire arrugado»
El poema culmina en una desgarradora imagen de desesperanza:
«no habrá un ojo de aguja para dormir esta noche
ni camino al cual regresar
si llora la sangre de mi madre»
Aquí, el autor está varado en un mar de pensamientos sombríos y ansiedad, incapaz de atravesar la estrecha puerta que representa su pesar abrumador. Su camino se vuelve incierto, y su destino, un enigma insondable, sin importar las lágrimas que su madre pueda derramar.
En conjunto, este fragmento destaca el conflicto interno del poeta, quien está consciente de su propia mortalidad pero sigue siendo impulsado por una pasión creativa que lo lleva a perseverar en la creación poética. Muestra la tensión entre el deseo de expresión y el temor de ser olvidado, lo que es una experiencia común entre los artistas y escritores. El poeta, a través de estas líneas, se enfrenta a la dualidad de la vida y la creatividad, explorando su propia inmortalidad a través de las palabras.
Así mismo, De Oleo nos habla de la importancia de su tierra La Romana y su percepción de ella, como la ve sufrir, como la ve evolucionar, como la ve mendigando y sobre todo como la ven los grandes:
«Morirán con un nombre
Morirán con un nombre
el indigente en la puerta
la prostituta en el plato
el niño que extiende la mano
para arrancarle a Dios
la golondrina en tu olor
y la noche que fue el techo
de los que no se habían dormido.
Morirán con un nombre
las arrugas de la caña
las pensiones fermentadas
en bolsillos ajenos
y el humo que mañana
se untará tu sudor»
En las primeras líneas, el poeta se refiere a La Romana como un ente con vida propia, atribuyéndole emociones y sufrimiento. La ciudad, para el autor, es una entidad que siente y experimenta dolor, evolución y necesidad. Esta personificación de la ciudad sugiere una conexión emocional profunda del autor con su lugar de origen. El uso de la palabra mendigando resalta la idea de que La Romana está pasando por tiempos difíciles, luchando por sobrevivir o prosperar. Esta imagen de mendicidad sugiere una ciudad en busca de ayuda o atención.
Por otro lado, Víctor también menciona cómo los grandes ven a La Romana. La forma en que los grandes ven la ciudad, como pequeña, pobre y triste, refleja la percepción de la ciudad desde una perspectiva más amplia y posiblemente desde una posición de poder. Esta visión negativa de La Romana por parte de los grandes destaca la desigualdad y la falta de reconocimiento que enfrenta la ciudad.
El repetitivo «morirán con un nombre» enfatiza la importancia de recordar a las personas y las cosas que están sufriendo o en desventaja. El poeta parece estar recordando a aquellos que a menudo son olvidados o marginados en la sociedad, como el indigente, la prostituta, el niño que sufre, y otros. Esta repetición sugiere una sensación de urgencia y la necesidad de preservar la memoria de aquellos que luchan en la ciudad.
El fragmento destaca la empatía del autor hacia su comunidad, su deseo de que se reconozca a aquellos que sufren y se vea el valor en las vidas y las experiencias de todas las personas, sin importar su posición social o económica. Además, la imagen de morirán con un nombre sugiere la idea de que el autor busca dar voz y significado a aquellos que a menudo son olvidados, otorgándoles identidad y dignidad en su obra poética.
Finalmente, El Sastre de las Mariposas se erige como un testimonio de la lucha interna de Víctor Andrés De Oleo, quien, como un sastre de palabras y emociones, teje un manto poético con hilos de vulnerabilidad y autodescubrimiento. Su obra nos sumerge en las profundidades de un alma poética que no teme mostrar sus cicatrices, sus miedos y su búsqueda constante de significado en medio de un universo aparentemente indiferente.