La libertad está en ser dueños de la propia vida. – Platón.

Los narcisistas regresan constantemente porque en sus mentes tienen la creencia de que eres de su propiedad, y no les importa lo abusivos que hayan sido ni el dolor que hayan causado. Si encuentran un obstáculo en su camino, si perciben que reconquistar te involucra un riesgo tangible o ficticio que los comprometa ante los demás, buscarán la manera de engancharte nuevamente cuando lo deseen. Cuando el narcisista regresa, utiliza una táctica de persuasión basada en llamadas o mensajes de texto a través de cualquier medio de comunicación virtual. Esta técnica se llama hoovering, proveniente del inglés "aspirar" o "aspiradora". Es la táctica de la aspiradora, utilizada por los narcisistas para atraerte nuevamente a su conexión de toxicidad.

Debes estar muy atenta a esto, porque esta estrategia de manipulación puede resultar confusa, especialmente cuando parece una conciliación. Los narcisistas hacen estos intentos para que vuelvas a ese vínculo que te causó tanto trauma. Usan el hoovering cuando perciben que sus presas se están apartando de ellos. No importa por qué te retiraste. Fingen afecto, cariño y remordimiento, dicen que te recuerdan, que te añoran. Harán todo lo que sea necesario para atraerte nuevamente a su infierno. Esto dependerá de tu personalidad: si eres frágil, tu fragilidad será explotada mediante el método que mejor se ajuste a sus intereses. Comenzarán a manipularte, moviéndote con hilos como si fueras una marioneta, para que reconsideres y tomes la decisión de caer nuevamente en sus tentáculos.

Existen grandes diferencias entre los que no padecen el desequilibrio narcisista y aquellos que lo sufren. Los que no tienen este trastorno, al enfrentar un sincero arrepentimiento, tienden a regenerarse y a no reincidir. Pero los narcisistas no lo hacen; ellos perpetúan sus abusos para recuperar el control y seguir seduciendo. Son expertos en conducir a sus víctimas a la entrada de su dominio cerebral.

Establecen una comunicación contigo como por arte de magia. Después de meses o años sin hablarte, te envían un mensaje, un texto que describe un poema, una canción o una actividad que ambos solían disfrutar. O mencionan una película romántica que era su favorita, o simplemente te dicen "te echo de menos". Ese "¡Te extraño!" te desconcierta, pero estas palabras carecen de verdadero sentimiento. Están vacías de afecto y lo saben muy bien. Debes vigilar esos gestos con lupa, porque son propios de personajes manipuladores que intentan controlar tus emociones. Con este sistema, el narcisista te "aspira" nuevamente hacia su conexión. Conocer esta artimaña es vital para evitar caer en ella.

Esto puede ser sorprendente para ti, ya que la ruptura no ocurrió en buenos términos. La sensación de mariposas en el estómago no es agradable. Es una táctica clásica de los narcisistas, que te hacen sentir de esta manera. Justo aquí comienza el hoovering, su mecanismo preferido para succionarte a su capricho. Los narcisistas se aprovecharán de fechas especiales como Navidad, Año Nuevo, San Valentín, etc., para enviarte mensajes. Estos mensajes, aparentemente corteses, te aturden y desorientan, generando dudas: "¿Será que todavía me quiere? ¿Estará arrepentido?". Pero todo esto es solo un cálculo para ver cómo vas a reaccionar. Es como pinchar el pastel con un cuchillo para saber si está listo. Buscan hacerte pensar en los momentos en que estuvieron juntos. A veces dicen que nunca te olvidaron y que el amor sigue latente, pero debes recordar que todo esto es solo azúcar en tus oídos. Como dice una canción de Silvana Di Lorenzo: "Palabras, palabras, tan solo palabras hay entre los dos". Sus promesas se disipan en el aire. Nunca tienen fundamento.

Romper el ciclo patológico de estos seres y evitar caer en su vínculo tóxico es crucial, porque su fusión tormentosa causa ataduras dañinas, llenas de adicción. Cuando no se reconoce la perversidad de estos individuos, las consecuencias pueden ser devastadoras. Son un azote para aquellos que son comprensivos y empáticos. ¿Acaso alguien con empatía merece esta agonía? Si somos seres de luz, ¿por qué alguien debería robarla de nuestra existencia? Es imperativo salir de este sueño intoxicado de un amor encantado, que no es amor en absoluto, sino una adicción destructiva.

¿Crees que estos maltratadores pueden cambiar? No lo harán, ni siquiera lo desean.

Cuando regresan, estos cazadores encubiertos te engancharán nuevamente. Retomarán sus cadenas para aprisionarte en esa esfera nociva de abuso y control. Es patológica la persecución que te harán. Si adoptas el contacto cero, este es el correctivo que los desequilibra, porque los atormenta. Es como una espina que no pueden arrancar hasta que te atrapen nuevamente. El contacto cero los agota, porque pierden el control sobre ti. Como presa del perpetrador, tu fortaleza puede tambalear. Las víctimas codependientes tienen una potente adicción. Como una paloma mansamente, puedes sentir la necesidad de salvar al narcisista, creyendo que tiene bondad en su corazón.

Emplean el hoovering para acercarse, fingen ser víctimas y hacen su mejor papel, diciendo que ya no son lo que eran, que han cambiado. Esto ocurre cuando sienten que te estás despegando de su control. El descarte no es el final de su abuso. Con el tiempo, regresan alegres, queriendo capturarte nuevamente, aspirar lo que queda de ti. Aunque te hayas recuperado, quieren arrastrarte de nuevo a su remolino de injurias y utilización. Nunca le dan cierre a la relación, solo la suspenden temporalmente, pues en su trastornada mente, creen que pueden reclamar a sus víctimas cuando lo deseen, para aprovecharse de ellas nuevamente. Las víctimas son su suministro, su combustible. Las observan como fieras al acecho, esperando a que estén disponibles cuando las necesiten para extraerles lo que quieran: sexo, dinero, beneficios diversos. Todo estará disponible para ellos cuando les convenga.

Cuando deciden descartarte, lo hacen de manera definitiva, eliminándote de su pensamiento como si nunca hubieras existido. Así es su nivel de desprecio por ti. El distanciamiento puede durar días, meses o años. Para ellos, el tiempo no tiene importancia. El perturbador narcisista te ha despreciado tanto que ni siquiera lo disimula; siente animadversión hacia ti. ¡Cuánto resentimiento guarda para ti! En su mente, eres una persona sombría e inútil. ¡Qué infantiles son sus comportamientos! Los narcisistas oscilan entre sublimizarte, poniéndote en un pedestal, y degradarte sin miramientos, arrojándote al abismo del desprecio.

En este ciclo, nunca podrás hacer nada que los haga ver algo positivo en ti. Todo lo que expreses o hagas será en vano. Ellos no reconocen la humanidad de sus víctimas, su valor no es cuestionable para ellos. Todo esto es solo producto de su cerebro perverso. Las víctimas no comprenden las maquinaciones que están sucediendo. Anímicamente, su vida está desmoronada, se martiriza pensando: "¿Por qué estos ultrajes sin merecimiento?". Los humanos lógicos y ordinarios tienen la capacidad de ver las imperfecciones de los demás, pero también de valorar lo auténtico. Los narcisistas no entienden las diferencias. Son incapaces de matizar, su ideología es blanco o negro, oscuro o claro. En su mundo, no hay lugar para matices.

Es increíble, pero así es. Los narcisistas no pueden vivir sin ese "combustible" negativo. Para ellos, la energía que proviene del dolor emocional de sus víctimas es lo que los mantiene vivos, lo que los alimenta. Mientras destruyen tu interior, buscan una nueva víctima que pueda reemplazarte. Y cuando se aseguran de que alguien más ha caído bajo su control, dan la patada final

Siempre encuentran el tiempo preciso para hacer más daño. Se retirarán seguros de que eres inferior a una "cucaracha" en su existencia, que no eres nada. Y, por lo tanto, no puedes tener el privilegio de estar con alguien ilustre y excepcional. Posteriormente, te borrarán de su mente, como se rompe un vaso y se tira al cubo de la basura. No esperes un cierre, no te darán explicaciones. Te abandonarán en cualquier rincón, sabiendo que eres una víctima hecha pedazos, con múltiples interrogantes en tu mente, a pesar de la conmoción psíquica. ¡Qué golpe mortal tan contundente! ¡Cuántas víctimas atrofiadas! Muchas tardan un tiempo largo en recuperarse del aturdimiento. Por lo general, con la ayuda de intermediarios, podrán reconocer el desequilibrio narcisista de su agresor y comenzar un tratamiento para mitigar los efectos del abuso sufrido. La víctima debe girar hacia el contacto cero. Ese puente que hay que cruzar para escapar de la relación destructiva y seguir existiendo indemne del engendro.

Aunque la experiencia haya sido catastrófica, el narcisista regresa intermitentemente, asomándose a tu puerta, tocando despacio. Vuelven a tocar. Lo hacen con "carnadas de amor". Cuando estos estafadores del alma regresan, su reaparición depende de muchas circunstancias. Les urge un nuevo combustible. Quieren usar a la presa para poder trilateralizar. Se sienten satisfechos por su habilidad para restablecer la comunicación. Tienen ansiedad por saborear el poder que aún ejercen sobre ti. Este es el sentimiento si la víctima ha huido y ha establecido contacto cero. Es probable que deseen vengarse. Retoman las mentiras y encuentran el momento preciso, inesperado para la víctima, para desintegrar el vínculo y desaparecer.

Cuando logran seducir nuevamente a esa persona que han castigado, a quien han vencido quebrando su escudo de protección, derribando el muro de contención que protegía y salvaguardaba el contacto cero, este suministro les da una sensación inigualable. Una emoción de potenciación y autoridad. La enajenación máxima los envuelve. Se sienten prominentes, como demiurgos, como deidades. El narcisista sondea a su presa. En el preámbulo, puede enviarte un correo electrónico, un mensaje por WhatsApp, un saludo amable, cortés. Suelen inventar que padecen una enfermedad terminal para enternecerte, preocuparte y generar compasión. Pueden pedirte un favor, contarte alguna situación adversa que estén viviendo, fingir un encuentro casual, o utilizar una de sus estrategias más antiguas: implorar por un nuevo comienzo, exhibiendo un remordimiento incierto y jurando que esta vez todo será diferente.

Saben que la víctima necesita respuestas, que está sumergida en las aguas turbulentas de una relación llena de espinas, y la cubren con todo su encanto seductor. ¡Cuántas trampas de manipulación! Otra estratagema habitual es proponer que puedan ser amigos, que sería maravilloso, que saben que se llevarían perfectamente. Si la víctima cae en este ardid, tendrá la oportunidad de entrar y salir a su antojo. Inesperadamente, la enlazará cuando lo desee y comenzará una nueva etapa de atropellos y manipulaciones.

¿Cuántas artimañas preparan los narcisistas para someter a sus víctimas? Demasiadas, tienen un depósito de ellas. Estas trampas las fraguan con el objetivo de restablecer la unión, de empalmarse con su pasado, que es su manantial de combustible, especialmente cuando agotan el abastecimiento. En algunos momentos, se pondrán en contacto para confirmarse a sí mismos que aún tienen el poder y control sobre su voluntad. Se divierten con las ilusiones de su presa, se valen de su gasolina, y rápidamente la rechazan y desaparecen.

Estas afirmaciones son clave para cuidarse de los "ataques" de los narcisistas. Ellos siempre encontrarán la forma de volver a atraparte, ya sea rápido o dentro de un largo tiempo. Tienes que mantenerte alerta. Esa gente vive acechando, ocultos detrás de las puertas. No regresan porque el amor brote de su corazón, o porque una amistad sincera emane de ellos. Estas personas despiadadas nunca tienen vínculos cariñosos con nadie. No pueden dar amor porque están congelados por dentro, no entienden el sentimiento del amor y no saben de lazos afectivos. Su único propósito contigo es extraer todo lo que puedan, exprimirte hasta dejarte sin nada.

Los trastornados narcisistas no se afligen, no lamentan sus malas acciones. Sus comportamientos injustos no los distinguen, ni asumen ninguna culpabilidad. Las aclaraciones que hacen a sus víctimas son amañadas y tienen como fin adulterar la impresión de sus actos y defender lo indefendible. De su boca no escucharás las respuestas que deseas oír. ¡Jamás lo esperes! ¿Crees que estos maltratadores pueden cambiar? No lo harán, ni siquiera lo desean. Pueden jurarte que corregirán su comportamiento, que irán a psicoterapia… ¡Nunca creas sus mentiras! Todo es parte de un plan para engancharte de nuevo. Lo que rige a un narcisista es una naturaleza constante de opresión y falsificación, sin importar la duración de la relación.

Esa "luna de miel", cuando te elevó y te mostró su máscara bondadosa, ¡jamás se repetirá! Todo fue una actuación diseñada para hechizarte. ¿Podrías borrar de tu mente ese antifaz que se esconde detrás del perpetrador narcisista? Después de esa etapa de agravios a su lado, ¿no deberías olvidarla? Esa careta cruel debe tatuarse en tu mente. El narcisista lo entiende, y no se esforzará por volver a representar el papel del inicio de la relación. Qué difícil es entenderlo, pero nunca existió amor. Fue una ilusión extraordinaria, un espejismo que ahora está hecho añicos, cortando todo a su paso. ¿Lo puedes asimilar? No hubo amor.

Cuando comienzas una segunda vuelta con un narcisista, todo será más rápido. Será un mar de peores experiencias. El golpe emocional y psicológico, ten por seguro, será más destructivo. La separación no se transformará si dejas la puerta abierta. Volverá a drenarte cada vez que quiera. La separación definitiva está en tus manos, si eres capaz de proclamarla y decidirlo. El contacto cero es la solución. Si pones un candado a todas las posibilidades de reencuentro con esa persona llena de toxicidad, medita sobre estos eventos que son vitales para protegerte de sus intenciones.

La técnica del "hoovering" se distingue por los amagos de autoagresión. Pueden decir que, si no respondes a sus llamadas, se harán daño, incluso llegarán a afirmar que acabarán con su vida. Eso no es más que extorsión emocional. Si crees que puede estar en peligro, puedes contactar al 911 o, si es necesario, a otros servicios de ayuda. No te sometas a su chantaje. ¿Vas a ceder a su victimización? ¡Escucha! Presta atención a esa voz interna que te dice que algo no cuadra. El amor es maravilloso, entonces, ¿quién te dijo que debe hacerte daño?

Enfrenta el regreso del narcisista. El método más seguro es no contestar nada de lo que te diga. Es determinante escuchar a tus corazonadas y esos presentimientos que gritan que hay algo raro en el narciso. Nunca olvides las razones que te llevaron a poner fin a la relación. Cuando el "hoovering" lo active, recuerda las causas que te empujaron a tomar distancia. Es decisivo para tu tranquilidad emocional. Los narcisistas son expertos en victimizarse, ¡ojo con esto! Es una técnica común. Se hacen pasar por ofendidos, transformando la situación para que te sientas culpable de lo que les sucede. Pueden perturbarte emocionalmente, sembrando indecisiones y desconciertos en tu percepción del vínculo. A veces actúan como si no hubiera pasado nada, como si todo estuviera igual que antes. Esta técnica les favorece, pues reanudan la conexión con tal descaro, como si no hubieran causado daño alguno. Subestiman el pasado tormentoso. Lo ignoran.

El perpetrador, con esta técnica, hace que la víctima dude de su propia percepción. El desgraciado borra mágicamente con luz de gas los problemas antiguos. Los acertijos y rompecabezas son juegos mentales que también utilizan para mantener a su presa en vilo. Psíquicamente la enredan, dificultando que pueda pensar con claridad y decidir lo que realmente le conviene. El cambio de identidad es otra estrategia que suelen emplear, adoptando una postura encantadora y conciliadora para ganarse el cariño de su expareja nuevamente. Pueden contradecirse, empequeñecer los motivos de los abusos que causaron la ruptura de la relación, y negar sin reparos el daño infligido. Son volubles. De repente, muestran un interés persistente y luego se enfrían, se apartan sin motivo alguno. Esta disparidad mantiene a la víctima desconcertada, y astutamente, hace que busque su aceptación.

Tienes que tener mucho cuidado cuando evocan tiempos venturosos. Estos personajes que siempre regresan rememoran contigo esos momentos compartidos de felicidad, esos sentimientos inmejorables, creando una burbuja de comunicación única. Disfrutan ejerciendo control emocional. Cuando emplean el “hoovering”, sus tácticas buscan generar emociones de tristeza, culpa y necesidad de apego. Centralízate en tu autocuidado. No permitas que la empatía que tienes en tu interior te haga apresurarte a rescatar al demoledor psicópata. ¿Quieres ir a su encuentro, darte prisa para buscarlo y salvarlo? ¿Sabes cómo se siente un narcisista cuando desdeñas sus intentos de succionarte? Cuánta incapacidad, cuánta frustración los envuelve. No lo toleran, por eso intentan lo indecible para recuperar el control sobre la víctima que desean drenar, como sanguijuelas una vez más.

¿Crees que estos maltratadores pueden cambiar? No lo harán, ni siquiera lo desean.

Los narcisistas que desean descartar o romper la conexión lo hacen únicamente para ejercer dominio y ser dictadores. La conveniencia de reavivar esa unión está alentada por la urgencia de ganar, de sentirse más poderosos, de ver cómo su ego crece cuando ganan un debate, cuando logran estar por encima de ti, cuando todo gira en su derredor. La necesidad de llenar su megalomanía los obnubila. Debes estar alerta constantemente para no ser víctima de la aspiración narcisista secreta. Ellos tienen esa particularidad secreta de chuparte todas las emociones que te habitan, mermar tu autoestima, despojarte, cansarte y deshabilitarte como un desierto invadido de desesperanza.

El narciso incógnito no avisa de su presunción. Se sirve de sus presas para saciar sus exigencias mentales y somáticas. Es más complicado identificar y localizar los moldes nebulosos en su proceder, pues sus inclinaciones narcisistas tradicionales y dañinas están enmascaradas por una apariencia aparentemente impecable. Los psicoanalistas reconocen esta técnica de la aspiración como maltratadora. Los narcisistas vuelven después de una larga ausencia para demoler lo que queda de sus rehenes. La aspiración narcisista oculta es completamente mortal para la salud física y mental de sus víctimas. Pasan por variaciones de temperamento exagerado, oscilando entre fases de declive y demencia. Nunca los narcisistas entenderán de límites, mientras la pareja tenga tolerancia y esté dispuesta a invisibilizar sus apetencias para acomodarse a las de ellos. La unión puede parecer excepcional, pero en el momento en que se exijan cosas, comenzarán las dificultades en el ‘’Nirvana’’. Esta situación discurre entre manipulación, abuso mental y emocional, y pueden incluso llegar a la agresividad y violencia extrema.

Los narcisistas diseñan una apariencia distinta para tener bajo su control y sometida a su voluntad a sus víctimas. Estas no tendrán voz ni voto, pues ejercerlos sería considerado improcedente por ellos. Los narcisistas encubiertos son extremadamente sensibles, inestables e inflexibles. Tienen una conciencia desmesurada de su valía. Estos son los rasgos que revelan la personalidad encubierta de estos psicópatas. Un narcisista encubierto podría ser un hermano, un amigo, un padre, tu pareja, etcétera. Si intuyes que un desaprensivo te cansa con estas absorciones prolongadas, no ignores estos signos peculiares de su psicopatía. Estos te gritan: ¡Peligro! ¡La fiera quiere devorarte!

Lo peor que puede pasarte es avergonzarte, porque la vergüenza reside en tu interior, por todo lo vivido en tu relación con el narcisista. Sabes que, si este vínculo no sigue, todo el esfuerzo y tiempo invertido no valieron la pena, pero no quieres aceptar esa responsabilidad. Regresas porque piensas que aún hay una solución y decides intentarlo de nuevo para soltar esa vergüenza escondida que sientes por el fracaso de tu enganche. Vuelves cuando atisbas cualquier señal de remordimiento, o de que ha cambiado, sea cierto o falso. Tu opción será confiar nuevamente, dándote una oportunidad con la esperanza de que esta vez la relación mejore. Pero la cruda realidad es que nada cambiará. Imposible que lo roto se repare y la gran decepción será intentar de nuevo. Estos personajes se rigen por el arte de la manipulación, la habilidad de engañar. Por lo tanto, debes ser más astuto/a y aprender a distinguir las tácticas arriesgadas que utilizan en su modo operativo. No tropieces con el “hoovering” del psicópata perpetrador. ¡No te atrevas a tropezar con una piedra filosa! Nunca cambiará. Si lo haces, te esperan laceraciones, ultrajes nuevos.

Aunque te sientas resistente, fuerte, aunque hayas descubierto todas sus máscaras y tengas claro sus manipulaciones, no te engañes. Tu única fortaleza segura es aplicar el contacto cero. Ellos son los maestros de la influencia. Te harán dudar, te dañarán. Nunca subestimes su potencial. ¿Por qué tienes que cargar con tanto peso? Amuralla tu entorno. De este modo vencerás y sanarás. Dale un aviso contundente: ¡Ya no ejerces poder sobre mí! Si quieren recargar su narcisismo, que lo busquen en otro lado. Junto a ti, ya la oferta pasó. Podrás lograrlo. La subida es difícil, pero tiene el sabor del triunfo. Descifra las señales de los narcisistas encubiertos. Estas aspiraciones son extremadamente peligrosas para la salud física y mental de sus víctimas, porque con frecuencia no se encuentran en situaciones razonables para discernir las señales de alerta. Es vital protegerse durante el tránsito por esos pasillos tenebrosos y salir airosos de esos corredores.

Decodifica las tácticas de aspiración y las formas de resistirlas. Es fundamental orientarse sobre las dinámicas de poder y agresión en una relación con ellos. Para reconocer y esquivar los posteriores intentos de “hoovering”, es esencial establecer límites claros y mantener la determinación imperturbable de alejarse del narcisista dominante. Bloquea todo contacto, impide cualquier interacción que posibilite un acercamiento. La cooperación de familiares y amigos puede ser un apoyo crucial en esta fase. Acepta que eres un ser digno y que no eres una cosa para ser depredada o manipulada; es el principio hacia tu restauración y plenitud emocional. Es trascendental que busques ayuda profesional, es completamente efectivo.

Para romper el ciclo de manipulación emocional y recuperar el control de tu vida, es necesario superar el “hoovering” escabroso. Este proceso puede ser desafiante, pero con el apoyo adecuado y el compromiso con el autocuidado, es posible mejorar, sanar y construir relaciones saludables en el futuro. Olvídate de esa persona similar a una quimera, esa criatura que te arrastró al edén pero que sabías que haría trizas tu alma, tu corazón, tu vida. ¿Vale la pena arriesgarse? Mira en el espejo frente a ti, esas alas estoicas del ave Fénix. ¡Extiéndelas! Mira, es hermoso cómo remontas el vuelo, indiferente al dolor que dejas atrás. Cuando vuelas, dejas cerrados todos los accesos posibles al narcisista. Ahora tus alas están blindadas. No hay enfermedad, el caos quedó atrás. Vuela, solo vuela. Nada más hermoso que tus alas libres. Vuela.